Compartir

AL PIE DE LAS LETRAS

 Publicado: 07/06/2023

Poemas


Por Gili Haimovich y Teresa Korondi


Sincronía, sintonía y simbiosis, podrían ser los “SÍ” de la poesía, y haber tenido la oportunidad de conocer a Gili Haimovich, poeta israelí, hace evidente esta afirmación. Al menos para mí, porque la posibilidad de establecer una relación y afinidad poéticas con una persona de lengua extranjera y desconocida, en un festival de poesía, siempre es relativa; sin embargo, en nuestro caso toda la energía confluyó para que sucediese.

Fue en 2022, en un encuentro al que asistimos en Chile. Aunque Gili identificaba algunas palabras en español, no hubiese podido seguir la dinámica de las actividades, si no hubiera contado con una traducción prácticamente simultánea de todo lo que estaba aconteciendo. Se necesitaba a alguien que hablase inglés con cierta fluidez, idioma que Gili afortunadamente domina y a mí se me da bastante bien.

Quien sería la traductora “oficial” de Gili, se vio demorada en su ciudad de residencia en los Estados Unidos, así que desde la organización me encomendaron la tarea y empezó este derrotero que hoy nos tiene colaborando en una publicación trilingüe de poemas de ambas, que procuran establecer un diálogo textual y emocional a través de un ordenamiento fluido. Un ejercicio que nos llevó tiempo de profundización, de conocimiento, e intentar ponerse en la cuerpa de la otra para encontrar, en nuestra propia lengua, el lenguaje, el tono, la justa armonía y melodía de los textos originales.

Traducir a Gili fue mi primera experiencia de traducción fuera de mis propios textos. Aquí presento una brevísima muestra de tres de sus poemas llevados al español, donde lo coloquial y cotidiano se imbrica de una profunda reflexión.


Teresa Korondi, mayo de 2023





El Otoño es tan bello como la Primavera

En el país donde el otoño es tan bello como la primavera
no es necesario lamentar el invierno
que aún no aparece.
El striptease de los árboles es más placentero
que su desnudez.
En un largo proceso de separación,
se aferran a sus hojas, no sea que
se revelen sus partes íntimas en el parque.
Porque, ¿qué es un árbol sin hojas?
Sólo palidece en potencia.
La hierba es la única que consigue
refugiarse bajo su envoltura
que deja caer copos dorados
como migas de pan.
Estoy juntando las hojas del pelo negro sobre tu pecho
y escondo mi cabeza dentro de ellas.
Si no veo el frío
tal vez pase sobre mí.





Na-na-na, Nana, Chau Chau  

A estas alturas se suponía que íbamos a ser padres, dueños de nuestro propio
hogar.
En lugar de eso,
nuestras auras sin hogar persisten en las calles mojadas,
la única mantita que arrastramos durante el día y sus lágrimas.
"Mi-sán-tro-pa, mi-sán-tro-pa", me arrullo a mí misma, acurrucándote.
"Misántropa", esparzo mi canción de cuna sobre un día entero, una era.





Murmullo

A través de la habitual rutina monótona,
a través del tedio abrasador de las calles húmedas,
te llevo
como un murmullo.

Capas de cuerpo y distancia,
este regalo que se distorsiona de tantas formas
no es más que calor.

¿Puede uno entregar a otro algo que no sea atención?

Tan atrevidamente como el verde fresco en las hojas de la copa del árbol
amo \ escribir.
Esa es mi protesta.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *