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Al pie de las letras
Tres Poemas
Por MarÃa Laura Blanco
I.
Estuve muchas veces con la muerte
pero una noche le conocà la voz.
La habÃan traÃdo helada del quirófano
la doctora murmuró cosas que no entendÃ.
Nos dejaron allÃ, en una pieza oscura
de un viejo hospital triste, descascarado.
Asà mueren los pobres, pensé
Cubierta por sábanas impolutas
blancas, casi almidonadas pude verle
estatua, marmórea, abandonada.
Parada a sus pies la observé en su orfandad
tenÃa los ojos cerrados, la boca apenas abierta
bella en la hora de su viaje, tantas veces iniciado
tantas veces trunco.
Con mis manos la arropé, se produjo entonces
un breve movimiento, una respuesta al borde,
un estertor.
Luego la inmovilidad, el vacÃo.
No lloré, ese sonido de alguna forma dijo
que se habÃa logrado el objetivo.
Acabado el tiempo resigné el deseo
de que se quedara.
Ahora la paz, un vuelo interminable
tal vez sentir por fin que la queremos,
palabras pronunciadas por mi boca
cuando avisé a sus deudos la noticia.
II.
Sutil como pájaro en balcón ajeno
tratando de hurtar una migaja
rápido vuelo, escape perfecto,
vislumbre apenas de movimiento
¿quién afirmarÃa que ese trémulo ser
ojos asustados, alas en máxima alerta
pueda llegar tan alto o tan hondo?
no sólo tiembla el intruso
las ramas circundantes reverdecen
la flor se agranda en vano intento
el velo mecido por el viento
oculta una sonrisa, un gesto,
¿será de mármol la presencia
tal vez un muerto o prisionero?
la mirada trasciende todo intento
fuga y redada se vuelve en un instante.
La palabra dice:
persiste
aún en la ceniza.
III.
Un chaleco de silencio
el pecho apretado
el estupor
los peces muertos
no flotan
tapizan el fondo
la luz atraviesa
el manto de agua
hasta que choca
con la coraza de escamas
un brillo enceguecedor
se proyecta hasta las rocas
donde observo sentada
esta inmensidad oceánica
los cisnes intentan flotar
con su cuello ahora quebrado
creyendo estar aún
en las aguas del lago..