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AL PIE DE LAS LETRAS

 Publicado: 07/01/2018

Poemas


Por Omar Tagore


LA MENTE COMO PIENSO OSCURO

                        (Del libro inédito Silos de Desprendimientos)

 

La máscara mastica una zona,

como el Saturno de Goya.

Y avanza hasta llegar a sus cortesías,

la vuelve un personaje trágico

vestido para el fin. Por dentro su traje

de intrépido, de especie

de mono espacial y enigmático.

Su esqueleto es un astronauta

encubierto o guarecido de la lluvia

bajo la peluda piel. Aquí esas cosas

pueden conducir con tranquilidad

sus deseos junto al visible reverso

de una nave oblicua y pueblerina.

Ahí mismo hay un manual de

Instrucción para armar y desarmar

una estrella negra o un hombre

blanco que se agrieta lentamente.

Piensa en esa parda Pentalfa.

Ya podrías ensamblarla como

esos juegos didácticos que diseñan

en China con todas sus sombras

que solo encastran, andan y cantan.

La imagen lúdica y a la vez pulcra,

estilizada, de la Desintegración,

la elegancia caótica del cangrejo .

No hay violencia en esto,

la música no lucha por sí,

no tiene brazos. Ella obedece

Incluso cuando dejamos caer las armas.

                                   (a D. Bowie, in memoriam)

 

DEL DJ AIMÉ DE ELEUSIS

Ayer 10 de diciembre del 3017,

mil años después de la caída

del ave del sauce, de oriental zafiro.

Llegó finalmente Jaime Lepé

y con él vino su amigo Lemebel.

En realidad vino con algo más:

un anclaje que tanto busqué.

La aniquilación del yo. Y no se

Puede. Y sí se puede vivir una

vida duplicada en verdades, una

sin “yo” y otra con “yo”. Una,

parecida a la infancia o al éxtasis

místico, cuya alettas dorsales

se parecen y es fácil confundirlos.

Otra, donde se toma distancia,

uno se viste, pone el ojo tras la

horqueta, y tensa la redonda vocal

–el benteveo no debe derrumbarse-

para tener una visión un tanto

anquilosada y hasta inteligente

de esa infancia donde no es

posible ver la palabra más que

como una entidad enérgica

de pecho mullido incapaz de

recortar algo de este mundo,

mientras Néstor fala de un “rara”

Secta. Una vez ra, otra vez ra.

La materialización del templo

elemental brota como una broma

entre los labios: dos columnas

y el ara en medio. Néstor sal.

El dios solar que sabes. Un canal

que siempre será el mismo, no

tiene sentido cambiar e inaugurar

otra vía, a no ser que se quiera

dar vida y vuelta al árbol, al árbol

más antiguo del lenguaje. El árbol

del mundo, el árbol visible,

matérico y barroco. La interferencia.

La seductora interferencia que

nos rodea con todos sus espejos.

                        (a N. Perlongher, in memoriam)

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