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LUCES Y GRANDES SOMBRAS DEL FÚTBOL INFANTIL

 Publicado: 07/12/2016

Manchado hasta las pelotas


Por Omar Sueiro


¿POR DÓNDE EMPEZAR?

En este número casi redondo de vadenuevo no podía estar ausente un fenómeno tan importante para el Uruguay y de tales dimensiones sociales, económicas, políticas, patriotéricas y hasta criminales, como el fútbol. Esta complejidad hace muy difícil definir por dónde empezar el análisis.

Intentaremos entonces abordarlo por lo que estimamos de mayor gravedad social: la gigantesca explotación que esta actividad implica, extendida por todo el mundo, más grave cuanto más pobre es el ámbito donde se materializa, con una profundidad que afecta a los lazos familiares más íntimos y que tiene a los niños y adolescentes como principales víctimas, pero que a la vez origina contraimágenes con acciones humanas ejemplares destinadas a proporcionar felicidad a los niños, en especial a los menos favorecidos socialmente.

Una gigantesca picadora de carne… humana

La terrible mezcla de sentimiento, pasión, dinero y explotación humana que caracteriza al fútbol moderno lo ha convertido en una máquina infernal que no admite que nada se le interponga, y que afecta irremisiblemente a todos y cada uno de los individuos que se desempeñan en su entorno.

La comarca y el mundo

Cada fin de semana, en Uruguay, entre 60.000 y 70.000 niños (y ahora también niñas) de 6 a 13 años de edad patean la pelota, registrados en 60 ligas y 600 clubes federados en la ONFI (Organización Nacional de Fútbol Infantil) .

De ellos solo el 1,5% (algo menos de 1.000) llegan a jugar en algún equipo de primera o segunda división y solo el 1,5 por mil (menos de 100) logran el ansiado pase al exterior. Finalmente, alcanzan los dedos de una mano para contar a quienes consiguen asegurar el futuro familiar. Y lo que ocurre en Uruguay puede extrapolarse al resto de los países y lugares del mundo que “producen” jugadores de futbol. Un ejemplo impresionante es lo que nos cuenta El Pueblo, de Salto (Uruguay)[2] sobre la realidad socio‑futbolística del lugar donde nacieron y comenzaron a formarse los dos futbolistas uruguayos más exitosos y mejor remunerados de nivel mundial:

Detrás de los 3.000 niños que corren detrás de una pelota todos los fines de semana está la historia de 18 clubes salteños que brindan todo lo que está a su alcance en pos de ayudar en su formación… Un caso emblemático es el de La Blanqueada, el equipo más humilde de todo el baby fútbol salteño. Esta institución del barrio Calafí, que sólo posee categorías infantiles (por lo que carece de un club detrás que la respalde), sobrevive al impulso casi exclusivo de una sola persona: Rosario Custodio. Esta mujer de 53 años se ocupa de los 100 niños que integran las ocho categorías del club. Y se ocupa de ellos en el sentido integral de la palabra: los va a buscar a su casa los días de entrenamiento y partido, les compra medias y les consigue zapatos para que todos puedan competir, les da un vaso de leche chocolatada para que no estén con el estómago vacío y, cuando puede, les da un plato de alimento… Rosario (“Rosita” para los niños) es la única delegada de La Blanqueada y cada fin de semana que al club le toca ser locatario reza para juntar los 1.140 pesos que tiene que pagarles a los árbitros. “Con mis hijas hago tortas fritas para recaudar algún peso y por suerte se venden bien. ¿Qué pasa si no completo el dinero para los jueces? Y… tengo que ponerlo de mi bolsillo." …

Los padres y el sueño casi utópico de que el hijo reporte el esperado ascenso social

 “¿Dale corré! ¿O querés estudiar toda tu vida?”. El grito desaforado de una madre apuntando a su hijo en pleno partido de baby fútbol pinta de cuerpo entero la presión que deben soportar muchos niños, quienes son vistos por sus familias como la única esperanza de tener un futuro prometedor. La frase del inicio se escuchó en una cancha de Salto Nuevo, pero bien pudo haberse escuchado en cualquier otro barrio de la ciudad, porque la problemática no es exclusiva de ciertas zonas, sino de todo Salto, e incluso de todo el país. …

Los padres ven en la carrera futbolística del niño la única vía de ascenso social, por lo que invierten todo el tiempo disponible y, muchas veces, los minúsculos recursos que poseen.

El niño puede no asistir a la escuela, pero a los partidos de baby fútbol no falta nunca....

Las excepciones

Si bien las perspectivas no son buenas y la estadística está en contra, los padres se aferran a algunos datos de la realidad, como ser que todos los futbolistas que hoy brillan en el mundo han pasado por el baby fútbol. En materia local, Luis Suárez y Edinson Cavani son un claro ejemplo. El primero jugó a los seis años en Deportivo Artigas y después se fue al Urreta de Montevideo, donde todos los años se coronó goleador. Cavani jugó en Remeros, Nacional y Peñarol, siempre en territorio salteño.

Por derechos de formación: el pase de Cavani a Francia reportó U$S 276.500 a los clubes salteños….

La Liga, por su parte, recibirá U$S 34.500, mismo monto que obtendrá la Organización Nacional de Fútbol Infantil (ONFI). El total de los derechos formativos se divide de esta forma: el 80% corresponde para los clubes donde se formó el futbolista, el 10% para la liga a la que pertenecen dichos clubes y el restante 10% para la organización nacional de fútbol infantil….

Este derecho se genera cuando el futbolista es transferido de un país a otro y no en transferencias realizadas entre equipos de un mismo país….

En el último período de pases, ONFI identificó 99 transferencias al exterior de jugadores que pasaron por el fútbol infantil uruguayo, e inició trámites para cobrar lo que corresponde. Uno de los casos es el de Luis Suárez, quien con seis años jugó en Deportivo Artigas, por lo que se intenta que esta institución cobre sus derechos de formación. Empero, la mayor recompensa se la llevará el club Urreta de Montevideo, donde el goleador salteño realizó la mayoría de las categorías de baby fútbol.”

LIONEL MESSI Y JORGITO GARCÍA: EL CIELO Y EL INFIERNO

Jorge Adrián García nació el 19 de agosto de 1986 en el Barrio Borro de Montevideo, 10 meses después, el 24 de junio de 1987, en el también modesto barrio Gral. Las Heras de Rosario (Argentina) nacía Lionel Andrés Messi. Poquitos años después ambos mostraban particular habilidad para jugar a la pelota, aunque el argentino ‑infelizmente‑ comenzaba a evidenciar problemas en su crecimiento, dificultades que paradojalmente daban espectacularidad a sus habilidades futboleras, dado que su aspecto lo mostraba como de menor edad que la real. Luego de jugar de los 6 a los 12 años en los Babies y Menores de Newells Old Boys, emigró con su familia a Cataluña, pasando al club Barcelona, que se hizo cargo del tratamiento de su dolencia de crecimiento. Y allí comenzó una carrera futbolística de permanente éxito y crecimiento personal y profesional.

Al mismo tiempo Jorge García se convertía en la estrella juvenil de Danubio ‑tradicional formador de cracks‑ hecho que llamó la atención del club británico Chelsea, y en 2002 partió con destino a Londres para continuar su perfeccionamiento futbolístico. La vuelta al barrio afectó irremediablemente al adolescente quinceañero, del que siguió aflorando una innata calidad futbolera que un par de años después le permitió llegar a ser campeón uruguayo de primera división

En enero de 2004 el pibe viajó a Inglaterra a probarse en el Chelsea. Al regresar, toda la familia, incluida su novia Estefanía, comenzaron a estudiar inglés, ya que Jorge les había dicho que cuando firmara con el club londinense los llevaría a todos. Además, le dijo a su padre que cerrara el puesto de frutas y verduras que desde hacía 14 años tenía en su propia casa y con el cual solventaba el presupuesto familiar. Jorge tenía 17 años y un futuro brillante. A su regreso, luego de tres semanas de prueba en Chelsea, estaba superentusiasmado: "Cuando me llamaron para decirme que me iba no lo podía creer. Londres es espectacular, lo que más me gustó fue la gente, que es muy amable y se preocupaba si precisaba algo. Y el hotel, que era allí mismo en las instalaciones del club, y las canchas, todo... ¡Todo! Llegaba al entrenamiento y tenía todo pronto esperándome: la ropa, las toallas, tres pares de zapatos. Y al otro día cuando volvía estaba otra vez todo limpito. ¡Pensar que acá me tenía que llevar el bolso![3]

El principio del fin

Pero lo del Chelsea de a poco se fue enfriando. Es que Jorge ya no era tan juvenil, jugaba en Primera, y su conducta estaba lejos de ser la de un profesional que generara el interés de un poderoso club europeo. Por estacionar en un lugar prohibido en Jardines y discutir con un policía registró su primer antecedente. Por agredir a otro policía en Mariachi, el segundo. Entonces en Danubio intentaron enderezarlo a tiempo, sacándolo de su entorno en el Borro y alquilándole un apartamento en Pocitos. Pero él decidió volver a su barrio; y cayó en cana de nuevo, por manejar borracho y a contramano. En Danubio le pusieron un psicólogo, reforzando el intento de corregirlo, pero fue en vano. Meses después protagonizó un incidente en el Borro y fue preso. A las pocas semanas cayó de vuelta, por manejar sin libreta e intentar sobornar a un oficial. Y ahora por conducir ebrio y con cocaína en su auto.[4]

Pero lo más terrible aún no había llegado

En 2013 la madre de Jorge fue asesinada en “Los Palomares” del barrio Borro. Le dispararon por la espalda cuando salía, a la una de la madrugada, de un almacén. La versión policial indicó que se trató de ajuste de cuentas por venta de drogas, dado que se la señaló como parte de una red de narcotraficantes.

Y finalmente, el 5 de marzo de 2014, El País consignaba:

El ex futbolista de Danubio, Cerrito y Cerro, Jorge Adrián García Echeverría (Montevideo, 19-08-1986), fue detenido por el homicidio de su padre. Desde la Jefatura de Policía de Montevideo informaron que el hombre de 27 años fue detenido en la zona de Aparicio Saravia y San Martín conocida como Los Palomares.

Fuentes policiales consultadas por El País afirmaron que el exjugador mantuvo una discusión con su padre en la noche de ayer, cuyo origen habría sido la muerte de la madre de García, asesinada en febrero de 2013.[5]

Procesado por el homicidio de su padre, y luego de que una pericia psiquiátrica determinara que era inimputable, fue llevado a la sala de máxima seguridad del Hospital Vilardebó.

Al mismo tiempo Lio Messi y su padre también tenían problemas con la justicia española, pero en este caso por eludir impuestos sobre los elevadísimos ingresos que el crack percibe por salarios, premios, publicidad y otros conceptos.

LAS AVES DE RAPIÑA

Cubriendo la Tierra como la capa atmosférica, se ha desarrollado una gigantesca red de captación de jovencitos y niños, cada vez más pequeños, para proveer de material al negocio mundial del fútbol. Y no se escapa nada: en todo continente, islote, desierto o campo helado donde haya un niño jugando a la pelota, habrá un eventual representante pronto a captarlo si motiva un atisbo de capacidad que permita en el futuro ser conchabado[6] como jugador de algún equipo profesional, generándole un ingreso al contratista.

En la AUF, un par de años atrás había, oficialmente registrada más de media centena; pero la FIFA, en 2015, ordenó una reinscripción con criterios más restrictivos y quedaron solo 14 habilitados.

Sin perjuicio de ello son centenares los incontrolados que pululan por los campitos y canchitas de baby fútbol de todo el país. Ello tiene como consecuencia no solamente el dominio sobre el jugador, sino una irresistible presión sobre los clubes que tienen los derechos federativos de su plantel, que por urgencias económico‑financieras deben ceder total o parcialmente a los intermediarios, aunque en los últimos tiempos irrumpieron nuevos agentes que contando “con otros ingresos adicionales” pudieron patear el tablero otrora dominado casi en exclusividad por Francisco Casal permitiendo a las instituciones percibir porcentajes algo mayores que antes.

LA TRATA DE NIÑOS

Juan Pablo Meneses, periodista deportivo chileno editó en 2013 un pequeño libro de 200 páginas que tituló “Niños Futbolistas”. Para escribirlo, durante dos años recorrió Latinoamérica y España simulando buscar “un niño futbolista, una futura estrella para comprar él mismo una joven promesa y hacer un buen negocio”. De esta manera revela la verdadera cara del sórdido mercado futbolístico que implica tráfico de niños a través de redes de captación que se extienden hasta los más recónditos rincones del mundo.

Comenta la reseña del libro:

¿De dónde viene aquello que el mercado nos ofrece con tan persuasiva naturalidad? "Lo que más se vende al extranjero son los argentinos; los uruguayos son un producto en alza porque se adaptan a todas las condiciones y muchos también tienen pasaporte europeo, pero un brasileño todavía vale más que el resto." Juan Pablo Meneses compró una vez un ternero. Ahora se plantea comprar un niño bien barato en América Latina y venderlo en Europa por mucho dinero. Pero este libro no habla de gastronomía ni de canibalismo, sino del capitalismo de los milagros. Sabemos que hay ternera en el súper y Messi en la tele, pero no nos preguntamos cómo han llegado hasta ahí. Mucho menos a qué limbo van a parar los niños que consiguen "salir" pero no alcanzan a "llegar". Es por eso que Meneses inventó y cultiva el "periodismo cash". Pero lo escandaloso aquí no es la demanda de materia prima, sino las inagotables ofertas recibidas por el autor. El sueño europeo que se desmorona en escuelas y hospitales, pero se mantiene en los estadios de fútbol y en los medios. Por cada revelación, ¿cuántos secretos entre ojeadores, clubes, entrenadores y padres? Meneses nos muestra, así, la tramoya folletinesca del fichaje de jóvenes promesas. Para ello selecciona, pacta, se deja aconsejar y sobre todo, se patea los campos de tierra de América Latina, donde los hombres de negocios construyen sin piedad lo que Vázquez Montalbán llamó la religión más extendida del planeta.

“Los cracks que no llegaron” y los que los explotadores ansiosos no dejaron que llegaran

Más arriba referimos algunas cifras uruguayas: de 60.000 niños que practican baby fútbol, mil llegan a jugar profesionalmente (si es que puede llamarse profesional a quien gana como mínimo 8.000 pesos mensuales) y menos de cien consiguen pases al exterior. Pero la gran mayoría de esos pases son a Argentina y Centroamérica y un mínimo a Europa o México. De hecho los 30 que conforman el plantel de la selección son quienes “salvaron” económicamente su porvenir familiar y este núcleo se conforma a lo sumo con 2 o 3 incorporaciones anuales. Llevadas esas proporciones a las cantidades del Tercer Mundo, estamos frente a millones de seres frustrados, con el agravante de que la frustración se produce durante la adolescencia y la juventud, o sea en los precisos momentos en que se termina de conformar la personalidad humana.

Pero de estas multitudes, que sabiamente Jaime Roos pide que sean recordadas por los letristas de las murgas, “los cracks que no llegaron”, hay una categoría mucho más sufrida y lastimosa: los cracks que, por ser muy tempranamente expoliados por los intermediarios, quedaron malogrados en el camino.

Un caso fue el del mencionado Jorge García, que según relata el periodista Jorge Señorans, cuando se diluyó la posibilidad de su pase ‑adolescente, casi infantil‑ al Chelsea, fue prácticamente abandonado por su representante Pablo Bentancur.

Otros casos muy notorios, e igualmente injustos, fueron los de los jóvenes e indefensos futbolistas Enzo Scorza y Gerardo Vonder Putten también de Danubio.

Escribe Señorans:

Cara de niño. Pelo largo. Piernas chiquitas que se perdían en largos pantalones. Enzo deslumbró rápidamente. Era capaz de tomar la pelota, eludir a todo el cuadro rival y colocarla lejos del alcance del golero. En la cancha era un verdadero demonio. Fuera de ella, un niño como todos, con sus sueños, ilusiones y el enorme deseo de jugar.

Por las calles de Rivera el rumor corrió rápido: El Sarandí Universitario tenía un botija que la rompía; y la vida del niño cambió. El estallido fue más allá de lo imaginable. No pasó mucho tiempo hasta que las cadenas de televisión de Brasil fueron a captar imágenes del niño maravilla. Y como todo lo que luce en la frontera recuerda a Pelé, la inocencia de Enzo fue atropellada. Sus condiciones generaron una revolución en el departamento. Tendría unos 10 años cuando empezó a notar que mucha gente andaba dando vueltas a su alrededor. … Bastó con que el rumor llegara a Brasil, que la televisión lo mostrara jugando, para que los brasileños posaran los ojos en aquel diamante en bruto. Entonces, de aquellas tardes de campito con la camiseta de Sarandí, de los jugos y refuerzos al rayo del sol, de la cocoa para templar los días de frío, Enzo fue depositado en una nube.

"En ese momento me empecé a dar cuenta de que ya era otra cosa, de que yo era un negocio, cuando lo único que quería era divertirme. Todo fue muy loco porque enseguida me vinieron a ver Gremio e Inter de Porto Alegre y empezaron a insistir para llevarme", me cuenta Enzo desde su Rivera.

De la noche a la mañana las propuestas invadieron a papá Scorza, que tuvo que reformular su vida. "Todo se inició en la etapa del baby fútbol, ahí comenzó a aparecer gente de todos lados. Fue un disparate. Enzo tenía 10 años. Nosotros fuimos frenando el tema. ¿Cómo lo frenamos? Fuimos negando para acá, para allá, porque lo querían llevar a todos lados. Entonces yo les decía que era muy chico, que tenía que estudiar, pero llegó un momento en que no dio más la cosa y tuvimos que largar todo", admite con resignación el papá del niño maravilla, Aldo Scorza. …

Lo cierto es que poco le importó a Gremio que Enzo fuera a la escuela, que no tuviera edad para decidir. A todo o nada, fue a Rivera por la joya y se la llevó una semana a Porto Alegre. Las promesas los ilusionaban, los lugares visitados deslumbraban. …

La valija de los US$ 200 mil

Con su vuelta a casa la ciudad de Rivera se volvió a convertir en un panal rebosante de miel para emisarios, representantes, y dirigentes de clubes dispuestos a lo que fuera por el niño jugador.

Por aquellos tiempos se produce el rumor de que iba al Milan de Italia. Se acercaron Nacional, Danubio, dicen que hasta el Real Madrid... Apareció en escena River Plate de Argentina. El papá de Enzo fue citado a una pizzería en Montevideo. Hacia allá viajó. Lo esperaban con una sorpresa: una valija minada de dólares a cambio de su hijo. "Pasaron muchas cosas, aparecieron con una maleta llena de dinero, se dijo que eran US$ 200.000. Me hablaron bien, que no lo querían apurar. El tema es que se salió todo de las manos", rememoró Aldo.

Todo terminó con la aparición de Francisco Casal en escena. El empresario pasó a representar al niño maravilla y recomendó que lo más adecuado sería comenzar por un club de la capital. Cuando Enzo tenía 12 años viajaron a Montevideo y arreglaron con Danubio, que le pagaba un sueldo de jugador de primera división. La decisión de trasladarse a la capital se tomó porque los padres del chico querían que estudiara. Con el dinero del salario la familia Scorza alquiló una casa en la zona de Instrucciones y Millán. Enzo era menor, de modo que el sueldo lo cobraba el padre, pero con una condición que acordó con los dirigentes: que el niño no se enterara del tema del dinero, querían que se dedicara solo a jugar y estudiar.

En cuarto de liceo, al ser citado a las selecciones juveniles se le complicó con los entrenamientos y los viajes y Enzo abandonó los estudios.

Enzo Scorza jugó en selecciones juveniles de Uruguay. Debutó en el primero de Danubio donde, por diferencias entre el presidente Arturo Del Campo y el empresario Francisco Casal, fue sacado del club. Lo llevaron a Rampla Juniors y Central Español. Se desligó del grupo Casal y emigró. Jugó en la serie C de Italia.[7]

Anota Silvia Pérez:

Enzo Scorza: de la gloria al infierno

Enzo Scorza hace diez años parecía ser la gran promesa del fútbol uruguayo. Lo veíamos jugar en la punta izquierda de la selección juvenil y pensábamos que era un crack en potencia. Ahora a los 23 años de edad, está hace dos meses en Rivera sin equipo. Dice estar arrepentido de no haber renovado su contrato con Danubio en el 2009 y sueña con volver a colocarse la camiseta de la franja. Los malos consejos te pueden arruinar la vida. …

"No porque considerara que era poco para mí, pero me habían prometido otras cosas. Me dijeron que si no iba a Rampla, no me iban a representar más. Y terminamos. Fue en buenos términos y me dijeron que cualquier cosa que precisara los llamara, pero nunca más supe de ellos", contó Scorza.

Y allí comenzó un azaroso recorrido internacional, llevado por promesas de otros presuntos contratistas, por cuadros de la segunda de Italia, Brasil,

"Hoy estoy horrible. Me siento re‑mal. Hay momentos en que estoy muy desanimado y deprimido. Sin ganas de nada. A veces me pregunto si voy a seguir jugando porque me salió todo mal. Primero, estoy arrepentido de haberme ido de Danubio y después rechacé ofertas y no me salió lo que esperaba. Por suerte, mi familia, y mi señora Natalia, me apoyan mucho", dijo el delantero.

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Los "niños maravilla", como todos los niños, crecen y se hacen adultos. No termina con eso la manipulación y la expoliación de su talento. Hablaremos de esa maraña en otro artículo.

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