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CON HENRY SEGURA (*)

 Publicado: 02/11/2009

El cine uruguayo en cuestión


Entrevista por Henry Segura


A casi un siglo de que Félix Oliver registrara las primeras imágenes en cine en Uruguay y con el estreno de "La historia casi verdadera de Pepita la pistolera" (1993), nace definitivamente para algunos el cine nacional. ¿Se puede hablar de un comienzo definitivo, luego de tantos intentos?

- Hay una producción que se ha sistematizado pero no se puede individualizar un título como el punto de partida para lo que está pasando ahora. Más allá de los esfuerzos esporádicos e individualizados, la historia registra momentos de una movilidad creativa notoria. Basta pensar en lo ocurrido en los años `60 donde ven la luz varias obras de Fucho Mussitelli, Mario Handler, Mario Jacob y Walter Tournier, por nombrar algunos. Lo que sí ha ocurrido, sobre todo en la última década, es una presencia permanente de cine uruguayo con vocación para conseguir una cuota de mercado, a partir de un talento propio probado que posibilitó la colocación de las obras en festivales internacionales de primera línea (sobre todo los que la asociación internacional de productores cataloga como clase A: Cannes, Berlín, Venecia, San Sebastián), los que a su vez han operado como puntos de lanzamiento para tratar de ensanchar el territorio donde explotar las películas. Sabido es que el mercado uruguayo es absolutamente insuficiente.

- ¿A qué factores atribuye esa irrupción? ¿Podía haber sucedido antes? ¿Se debe a la existencia de una masa crítica sobre el cine, de nuevos técnicos?

- El factor más genuino es el surgimiento de gente joven, con inquietudes creativas, con cosas para decir y capacidad para hacerlo. Pienso en Pablo Stoll, Juan Pablo Rebella, Carlos Ameglio, Fernando Epstein, Diego Arsuaga, Álvaro Buela, Álvaro Brechner, Guillermo Casanova, Enrique Fernández, César Charlone, Adrián Biniez, entre otros. Que se sumaron a lo que venían haciendo otros cineastas (Beatriz Flores Silva, Esteban Schroeder) desde un poco antes.

También fue muy importante el inicio y desarrollo de una política de estímulos hacia el sector, que se remonta a 1994-1995 cuando una decisión del gobierno nacional (la creación del Instituto Nacional del Audiovisual-INA) se combina con una medida de la Intendencia Municipal de Montevideo (la creación del Fondo de Fomento a la Producción Audiovisual-FONA). El INA fue un instrumento que nació un tanto desprovisto de herramientas y sin presupuesto para ir más allá de su propia operativa. Pero el establecimiento de un primer mecanismo para obtener algunos recursos para producir fue muy importante realmente. La misma primera administración de Mariano Arana, con Gonzalo Carámbula en la dirección de Cultura, establece un año después la creación de un departamento de locaciones. Ese proceso, que después buscó combinaciones a nivel internacional (el programa Ibermedia, el DocTv, ambos a escala iberoamericana) tiene una primera culminación cuando el gobierno de Tabaré Vázquez aprueba las leyes de mecenazgo y la de creación del Instituto de Cine y del Audiovisual, otorgando recursos para estimular la realización cinematográfica en Uruguay.

- ¿Qué papel jugaron los centros de formación de cineastas (Dodecá, Ecu, talleres como Contraplano, la Cinemateca) en la consolidación de la industria del cine uruguayo, si se puede hablar de industria a esta altura de su desarrollo?

- A aquellos factores del presente hay que sumar uno de carácter histórico: la fuerte ascendencia que lo cinematográfico ha tenido en nuestro país, con el desarrollo de importantes corrientes críticas en los medios y la creación de instituciones de difusión. En eso han jugado un papel sustancial Cine Club, Cine Universitario, los cine clubs del interior del país y, sobre todo, Cinemateca Uruguaya. El accionar de esas instituciones fue esencial para la formación de un público sensible, crítico, y muy bien predispuesto para recibir las obras propias. No hay milagro cuando "En la puta vida" es vista por más de 100.000 personas ni cuando "Whisky", "Viaje hacia el mar" y "El baño del Papa" tienen recepciones de una calidez únicas.

De igual manera, los centros de formación son básicos para el profesionalismo, o sea, para asegurar capacidades a la hora de enfrentarse a un guión, un rodaje, una edición.

- ¿En qué medida han incidido instrumentos como los fondos del FONA, la construcción del INA, entre otros?

- Sin ellos difícilmente se hubiera logrado el volumen y la calidad a la que se llegó. Y están destinados a jugar un papel aun más relevante. El cine, como necesidad cultural, llegó para quedarse y de aquí en más hay que seguir peleando para que sus espacios sean cada vez más generosos e importantes. Los tiempos que vienen para la industria cinematográfica global están llenos de interrogantes. Basta pensar que es una actividad a la que la banca internacional pasó a considerar de riesgo y que está dejando su espacio a los conocidos capitales de alto riesgo, los que a su vez han salido a buscar alianzas en países donde existan fondos de estímulos, principalmente en Europa. En estas encrucijadas la claridad y profundidad de las políticas de fomento a la realización audiovisual son claves.

- La Ley de Cine, más la reciente concreción del Cluster Audiovisual, ¿darán un impulso sostenible a la industria del cine nacional? ¿Cuál será su impacto económico en la industria?

- Soy de los que todavía se agarra de los matices semánticos. No estoy muy seguro que sea correcto hablar sobre una "industria del cine nacional", por lo que prefiero pensar en términos de "producción audiovisual" que obviamente está inserta en ese contexto mucho más amplio de las "industrias culturales". Repito lo dicho antes: los instrumentos que se están dando tienen una función sustancial. A escala nacional será muy relevante lo que hagan para que el empresariado uruguayo (público y privado, entiéndase) tome conciencia de la importancia que tienen las inversiones. Es de las cosas que mejor imagen generan pero todavía se está muy lejos de conseguir que eso se entienda.

- Teniendo en cuenta que la taquilla uruguaya no es suficiente para financiar las producciones de nuestros cineastas, ¿qué estrategias debería plantearse la industria en cuanto a la búsqueda de nuevos públicos? ¿Es posible producir para un mercado más amplio?

- Hay productoras, como Control Z, que están haciendo escuela al respecto. Aparte de salir a buscar fondos locales e internacionales, tienen un plan estratégico para calificar sus producciones a través de los festivales y desde esas vitrinas hacer las ventas a otros países. Han sistematizado una experiencia que se había hecho con "El dirigible", la primera película uruguaya que logró entrar al festival de Cannes. Más que preguntarse si es posible producir para un mercado más amplio, hay que afirmar: es necesario producir para un mercado más amplio. Es una máxima que vale tanto para los uruguayos como para los argentinos o los españoles. Hay que fijarse lo importante que ha sido en esto el plan Ibermedia. - Importancia de los circuitos internacionales, la figuración en los festivales, los premios reiterados...

- Son las cartas de crédito más relevantes. Quien repase las formas en que es presentada "Gigante" en otros países encontrará un elemento que se repite y repite: fue la ganadora de tres premios en Berlín, dicen. Es un hecho extraordinario que habla mejor que cualquier otra campaña publicitaria. Estoy seguro que cuando Pablo Stoll estrene su nueva película, "Hiroshima", fuera de Uruguay se lo estará recordando como el co director de "Whisky", la película premiada en Cannes.

- Desde el punto de vista de la calidad artística de las producciones uruguayas, ¿cuál es su visión? ¿Ha confeccionado un ranking personal de lo que se ha filmado en Uruguay en los últimos quince años?

- Nadie puede explicar cómo en un país tan chico, con una producción nada numerosa, se consiga un nivel creativo como el existente. Son situaciones excepcionales que responden al compromiso de los cineastas con sus obras y que ojalá puedan continuarse en el tiempo.

Respecto al ranking, no lo tengo, aunque, como a todos, hay obras que me impactaron más que otras. Pero prefiero ir por la positiva y recordar la formidable expresividad del minimalismo de "Whisky", transformando una experiencia humana en algo tan rico como indefinido, donde el humor subterráneo se cruza con la tragedia. O la vitalidad de "El baño del Papa" y su capacidad para llegarle a la gente. O cómo juega la ingenuidad, un elemento ya difícil de encontrar, entre los personajes de "Viaje hacia el mar", y que también está presente en ese grandote aniñado de "Gigante", capaz de llegar con su amor hasta un final genuinamente romántico. Por suerte, puedo seguir entusiasmándome.

- El impacto de filmes como "Hit", ¿acaso son una señal de la necesidad de un cine que documente la identidad de los uruguayos?

- "Hit" tiene la frescura de sus directoras, dos jóvenes estudiantes que fueron a descubrir con una cámara a grandes músicos de este país. Esos flashes que lograron obviamente hablan de la importancia que tiene ver en la pantalla grande a gente con la cual de una u otra manera uno se identifica. Pero la documentación de identidades creo se está produciendo siempre, sin que necesariamente tenga que hablarse de lo uruguayo (después de todo, y a esta altura ¿qué es?), desde la ficción, desde la fantasía, y no sólo del testimonio directo. La satisfacción que produjo "Hit" en la gente no sólo se reflejó en la cantidad de espectadores que fueron a los cines a verla, sino que ahora circularon 8.000 ejemplares de su DVD con un diario, que se agotaron en pocas horas, con lo cual obligó a una nueva reedición.

- ¿La distribución sigue siendo la mayor debilidad de lo que se produce en nuestro país?

- No. Los empresarios de cine son muy conscientes de la importancia que tienen las películas uruguayas y han coordinado los lanzamientos con los productores, tratando de darles lugares de privilegio. Hablo de grandes empresas. Incluso algunas de ellas, en ocasiones, se excedieron en las expectativas comerciales. Claro que la razón de un negocio es el rédito y que este canon también es aplicado al cine hecho acá. Por eso mismo, el interés que se ha puesto quiere decir que las películas uruguayas pueden ser tanto o más redituables que las hechas en Hollywood

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