LAS DESIGUALDADES EN FOCO

El drama migratorio cotidiano

Hay noticias que probablemente lleguen a todos los países

El tema migratorio continúa enfrentando grandes desafíos. Llegan a Europa multitud de latinos, africanos, indios, de otros países, buscando más trabajo, comestibles y salud más accesibles, menor violencia. Hay personas de Venezuela que piden asilo y que, en general, son admitidas; si ello no sucede, no se les brindan documentos de residencia. También hay quienes piden asilo por su opción sexual, porque son perseguidos en sus

países de origen. En España, concretamente, Oxfam Intermón junta firmas para que los sirios reciban el asilo con los mismos derechos que los ucranianos.

Hay dos noticias casi simultáneas que sucedieron hace pocos días, primero el hundimiento de un barco en el Mediterráneo, el 14 de junio. La embarcación había zarpado desde el este de Libia y naufragó en el mar Jónico, al sur de la península del Peloponeso, en aguas territoriales griegas, en la ruta migratoria más peligrosa del mundo.

Fueron rescatadas 104 personas, 78 se encontraron muertas, y se estima que 500 se encuentran desaparecidas.

En el barco viajaban libaneses, paquistaníes, sirios, egipcios, palestinos, etcétera, rumbo a Italia, a donde nunca llegaron. Iban centenares de niños y mujeres en la bodega y la cubierta se veía, en fotos, abarrotada; en total, aproximadamente 700 personas.

No es la primera que esto sucede, en 2014 murieron en el mar, en estos barcos, más de

2.000 personas. Se estima que en 2023 fueron 2.800 en el mar y unos 1.000 en tierra.

Otra noticia de hace pocos días, que también sucede en el mar, es la explosión del submarino Titan a 3.800 metros de profundidad, con cinco tripulantes. Este viaje se realizaba para observar de cerca los restos del famoso Titanic y costó 250 mil dolares por pasajero.

Las condiciones del viaje

Muhammad, quien fue rescatado del naufragio referido, describe que “egipcios y libios nos pegaban y nos obligaban a sentarnos, no nos permitían levantarnos. Tampoco nos dejaban hablar entre nosotros”. “Cuenta que en el medio del viaje se quedaron sin agua y sin comida y fueron obligados a beber agua del mar”. Un día antes del naufragio, tres barcos se acercaron y les dieron agua y comida.

Mohammed estaba sin trabajo en Pakistán y buscaba una vida mejor. Las personas pagaron 5.000 dólares por persona por este viaje a la muerte.

Existen versiones encontradas acerca de si un posible remolque del barco a aguas griegas hizo que se hundiera. Hay más de diez egipcios detenidos por trafico de personas y otros cargos, como negligencia.

En el barco hubo peleas por el agua y la comida. La gente se desmayaba en el barco por las condiciones de viaje. Grupos de derechos humanos afirman que las autoridades tenían la obligación de actuar independientemente de lo que dijeran las personas a bordo sobre su deseo de continuar hacia Italia.

Este año más de 1.000 personas han fallecido tratando de llegar a Europa, según la OIM (Organización Internacional para las Migraciones). Más de la mitad de las muertes están relacionadas con los retrasos de las autoridades en los rescates.

La ONU también alerta a los países de la carencia de un marco legal que prevenga estos  desastres en las rutas migratorias.

Preguntas

Estas dos noticias nos hacen pensar en varias aristas del tema: por ejemplo, ¿existe legislación para viajes de turismo en el mundo submarino? ¿Cómo afectará esto al ecosistema? ¿Se cobran impuestos por estos viajes de placer, que luego se podrían destinar a que migrantes viajen en mejores condiciones o sean alojados de mejor manera al ser rescatados del mar?

Sin duda que el tema migratorio debe revisarse profundamente. Estos migrantes del  barco que naufragó pagaron 3.500.000 dólares. ¿Habrían tenido posibilidades de instalarse en pueblos despoblados o acometer emprendimientos en sus países, de manera legal y organizada, con el dinero que emplearon en su conjunto?

También faltan organizaciones que los orienten antes de emigrar, para que esta migración sea exitosa y, por supuesto, no pierdan su vida.

Si miramos hacia América Latina, vemos el peligro que corren miles de personas adultas y niños atravesando el Amazonas para cambiar de país, o en la frontera México-Estados Unidos. Asimismo, la violencia extrema que sufren algunos ciudadanos latinoamericanos sin dinero, extorsionados por pandillas, que luego deben pedir asilo.

Como decía Eduardo Galeano, el mundo patas arriba.

Seguramente hay muchas cosas que pueden transformarse, en paz, con la inteligencia de los seres humanos, luchando contra la inteligencia artificial, que ha originado que  millones de personas estén sin trabajo en el mundo.

Por supuesto que las responsabilidades no solo están en los científicos que crean las maquinas que suplantan a los humanos, lo están en los gobiernos y en los pueblos que los votan, aunque la ignorancia hace que, muchas veces, no se sepa qué se está votando, y esto en el caso de que haya democracia.

Por otra parte, los países desarrollados se han comprometido, en múltiples ocasiones desde los años 70, a colaborar con el 0,7% de su Producto Nacional Bruto para fomentar el desarrollo de otros. Escasos son los que honran dicho compromiso.