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¿ES POSIBLE EN URUGUAY?

 Publicado: 02/11/2009

Generar valor con el conocimiento


Por Prof. Alberto Nieto


El PBI/capita de nuestro país es aproximadamente US$ 11.000 y para tener una sociedad inclusiva que le permita una buena calidad de vida a la gran mayoría de sus ciudadanos deberíamos llegar, en un período de 10-15 años, a unos US$ 25.000 con apropiada distribución. ¿Es este un objetivo posible para Uruguay? ¿Cómo podríamos llegar a él? La respuesta, que, obviamente, es mucho más fácil de decir que de llevar a la práctica, sería esta: tenemos que generar valor a mayor velocidad que ahora y generar, con similar velocidad, los mecanismos de redistribución eficaces para funcionar en ese nuevo contexto.

¿Es posible hacerlo solamente mediante la exportación de commodities? Nadie defiende esta postura teóricamente pero es lo que mayoritariamente sigue haciendo Uruguay en la práctica. La matriz productiva capaz de generar valor a mayor velocidad y ser viable en Uruguay, de acuerdo a experiencias de otros países con algunas similitudes con el nuestro, debe basarse en el crecimiento sostenido y acelerado del valor agregado tanto a nuestros productos tradicionales como a otros para los que existan nichos de oportunidad en el mercado global. Deberán generarse las fortalezas para hacerlo de forma competitiva.

LA INNOVACIÓN BASADA EN LA I+D. En todo el mundo ese crecimiento acelerado del valor añadido a la producción de un país se basa en la innovación, como elemento básico que provee competitividad estructural (no coyuntural, como el tipo de cambio). Gran parte de esa innovación se desarrolla en empresas intensivas en el uso del conocimiento como factor productivo.

Para diferenciar claramente la innovación de la investigación, podemos decir de forma simplificada que la innovación es un proceso en el cual se usa conocimiento para generar dinero, mientras que la investigación es un proceso en el cual se usa dinero para generar conocimiento. La innovación no tiene por qué estar asociada a la investigación. Se puede innovar en el modelo de negocios, o en el modelo de organización, o introduciendo tecnología, etc., y esto puede ser crucial como sostiene el Prof. Lundvall experto mundial en innovación:(ver artículo) .

En este contexto, la innovación basada en la I+D (Investigación y Desarrollo) juega un rol muy relevante. En Uruguay, como en toda América latina, la mayor parte de la investigación se hace en las universidades. ¿Cómo funciona la investigación universitaria? ¿Cómo se articula con la innovación que se puede hacer en las empresas? Fundamentalmente de dos maneras: i) a veces, a través de las publicaciones científicas y tecnológicas que hacen los investigadores de las universidades y pueden proporcionar conocimientos útiles para innovar, y ii) sobre todo, a través de los propios investigadores que se forman como tales en el marco de la investigación universitaria y, una vez formados, pasan a trabajar en las empresas en actividades de innovación.

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APROPIACIÓN NACIONAL DEL CONOCIMIENTO CONTENIDO EN PUBLICACIONES CIENTÍFICAS.Para poner un ejemplo, la gran mayoría de las patentes registradas en EEUU que tienen referencias a publicaciones científicas chilenas, no son registradas por empresas chilenas sino americanas y europeas (ver EL MERCURIO 11/9/05)1. Eso significa que en Chile hay un bajo nivel de apropiación y valorización del conocimiento publicado por los investigadores que trabajan en ese país y que son financiados con fondos chilenos. O sea que el retorno para los chilenos de la inversión que Chile hace en esa investigación es poco significativo.

Si ese estudio se hiciera en Uruguay, muy probablemente diera similares resultados.

Esto no sería así si las empresas uruguayas contrataran investigadores y usaran la capacidad de estos para generar valor a través de la innovación en productos y/o procesos. De esa forma volvería transformado en riqueza y empleo el valor de la inversión que la sociedad hizo en la investigación universitaria. Pero lamentablemente esto es poco frecuente en América Latina.

LA INVESTIGACIÓN UNIVERSITARIA. Las empresas no suelen incluir actividades de I+D en su estrategia de negocios, porque no perciben que sea buen negocio invertir en I+D. Como consecuencia hay falta de demanda de investigadores por parte de las empresas y eso genera la casi saturación de los empleos universitarios para investigadores, auspiciando una tercera opción laboral para estos últimos: la emigración. Eso hace que el principal producto apropiable por la sociedad, como fruto de la inversión social en I+D universitaria, no llegue a ser apropiado por Uruguay sino por sociedades más desarrolladas cuyas empresas sí generan valor a través de la I+D y, en consecuencia, demandan investigadores.

Esta situación amenaza la sustentabilidad de la investigación universitaria por disminución de aspirantes a cursar doctorados quienes son la mayoría de los trabajadores científicos universitarios en todo el mundo. Porque, si no es significativa la capacidad de absorción de nuevos investigadores por parte del tejido productivo, que es donde podría crecer sostenidamente el mercado laboral de los mismos, solamente queda la demanda universitaria de investigadores que tiene un crecimiento insuficiente para absorber la oferta creciente de los científicos formados a través de los doctorados. Con una expectativa de empleo tan poco halagüeña es poco probable que siga creciendo el número de estudiantes de doctorado y eso también tiende a disminuir la capacidad de investigar por parte de la Universidad, que es lo que define a una universidad.

Es necesario que exista I+D en el sector privado no sólo para generar más valor en el sistema productivo, sino también para que sea sustentable la investigación universitaria, que es la única capaz de formar investigadores, para alimentar esa visión de país descripta al principio de este artículo.

Esto exige un incremento significativo de la inversión privada en I+D, tanto la realizada "en casa" como la tercerizada (innovación abierta, http://www.openinnovation.eu/download/OIPAFfinalreport.pdf), pero ninguna de las dos es significativa en Uruguay.

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URUGUAY Y LA INVERSIÓN EN I+D. Algo que diferencia una inversión en I+D, de una inversión tradicional en Uruguay, es su largo plazo y alto riesgo. En Uruguay se eligen mayoritariamente opciones de inversión menos riesgosas y de menor plazo, aunque de mucho menor rentabilidad que las de I+D.

¿Es posible que la inversión en I+D sea percibida como un buen negocio en Uruguay? ¿De qué factores dependería esa nueva percepción? En Uruguay existen tanto subsidios como beneficios fiscales importantes para estimular las inversiones en I+D. Sin embargo hasta ahora la demanda de esos subsidios, aunque ha crecido, es inferior a las oportunidades disponibles.

USO DE CONOCIMIENTO Y OPORTUNIDADES DE NEGOCIOS. Para que ese tipo de inversiones llegue a tener impacto en la matriz productiva del Uruguay, que, como se dijo, sigue basada mayoritariamente en la exportación de commodities, el primer paso a dar es la identificación de nichos de oportunidades de negocios globales para Uruguay basados en el uso intensivo de conocimiento. Este es el eslabón más débil de toda la cadena de valor del conocimiento en el país. El caso de la industria del software, que ha sido y es exitosa en la identificación de oportunidades de negocios en el mercado global, no hace más que confirmar esta hipótesis.

Todos los subsidios y beneficios fiscales del mundo no convencerán a una empresa para invertir en I+D si no ve claro un mercado potencial interesante para la innovación que resulte de esa I+D.

En este tema hay, por lo menos, dos tipos de actividades que el Estado puede promover para colaborar con las empresas a identificar esas oportunidades:

- La inteligencia de mercado (o competitiva), junto con la vigilancia tecnológica, para hacer una primera evaluación de oportunidades globales de negocios en áreas tecnológicas en las que el Uruguay sea fuerte.

- Posteriormente a esa primera aproximación, el trabajo de operadores (brokers) conocedores de los mercados donde están esas oportunidades, para poder generar negocios específicos para empresas y/o grupos de empresas (clusters) uruguayos. Una experiencia interesante a analizar en este sentido es la de Fundación Chile (www.fundacionchile.cl).

Este acercamiento a las oportunidades de negocios globales para empresas intensivas en conocimiento ya existe en forma dispersa y embrionaria en nuestro país, pero su impacto sólo será significativo si se transforma en una actividad sistémica, considerada estratégica por el Estado y percibida como auténtica fuente de buenos negocios por las empresas.

Algunas experiencias en el Uruguay demuestran que, una vez que esto ha ocurrido, las empresas comienzan gradualmente a incluir la innovación (y a veces la I+D) en sus estrategias de negocios, y ese camino, una vez que comienza a recorrerse, usualmente conduce a un proceso acelerado de cambios innovadores en las empresas y en su sector, producto del éxito en sus nuevos negocios de base tecnológica.

EUSKADI: EXPERIENCIAS A TENER EN CUENTA. Para bajar a tierra estos conceptos proponemos un caso de estudio que me parece interesante para Uruguay. Vamos a exponer a grandes rasgos lo sucedido en Euskadi2 (País Vasco) en esta área en las últimas dos décadas, y a ubicarlo en el contexto de España.

La inversión en I+D de las empresas españolas (0,57% del PBI) es muy inferior a la media de la UE-25 3(1,3%). Además, la proporción (54%) de la inversión privada en I+D en relación al total (pública más privada) en España, es menor que la media de la UE-25 (63%). Consistentemente, en España el 30% de los investigadores realiza sus investigaciones en empresas, frente al 48% en la Unión Europea y el 82% en los Estados Unidos. O sea que las empresas españolas desarrollan muy poco conocimiento propio, y existe una baja valorización del conocimiento que generan los Centros Públicos de Investigación españoles. Como consecuencia, la solicitud de patentes de las empresas residentes en España es baja en comparación con la media europea, el peso de las exportaciones españolas de alto nivel tecnológico en el total es también bajo, y hay un claro déficit de la balanza comercial de los sectores manufactureros de alta tecnología.

Pero esta realidad de España no es la de una de sus comunidades autónomas (CA): Euskadi. El País Vasco invierte ? 778,44 millones en I+D, lo que representa 8,7% del total español. Esta inversión es 79,2% privada (mayor que el 54,5% de la media española), mientras que las universidades invierten sólo el 17% (la media española es 29,5%), y la Administración Pública vasca invierte 3,8%, (frente al 16% español).

El País Vasco invierte en I+D 1,51% de su PBI, por encima de la media española, que es 1,07%. Entre 2000 y 2004, el porcentaje del PBI invertido en I+D en Euskadi se incrementó en 0,36 puntos porcentuales (0,16% fue la media española).

Euskadi concentra 7,6% del empleo total español en I+D. El empleo vasco en actividades de I+D es el 1,3% del total, superando la media española en 0,4 puntos porcentuales.

El 2,7% de las empresas vascas están en sectores punteros en tecnología (2,3% en toda España), e invierten el 43,6% del gasto en I+D vasco (32% en el caso español) y facturan el 35,5% del PBI regional (la media española es 26,2%).

El 33% del empleo industrial vasco es en actividades de alta y media-alta tecnología, mientras en España es el 27,1%. La inversión privada en innovación tecnológica en relación al PBI regional es superior a la media española (2,31% frente al 1,49% español). Las empresas vascas destinan 11.186 millones de euros a innovación tecnológica (9,5% del total español). La proporción de estudiantes universitarios por cada 100 habitantes de 19 a 25 años es en Euskadi de 33,8 estudiantes (33,4 en España). La producción científica vasca anual por cada 10.000 habitantes, tanto en revistas nacionales como en internacionales, es alta. La actividad patentadora en Euskadi es claramente superior a la media nacional, tanto en la EPO (Oficina Europea de Patentes) como en la OEPM (Oficina Española de Patentes y Marcas). Por millón de habitantes, en Euskadi se solicitaron 19,1 patentes en la EPO (14,3 en España) y 110,2 patentes en la OEPM (73,4 en España).

El Gobierno Autónomo Vasco ha tenido un liderazgo muy fuerte en este proceso y hay una institucionalidad muy estable en esta área, sostenidos durante más de dos décadas. Euskadi es la única CA que recauda sus propios impuestos y envía al gobierno central una alícuota para solventar los servicios estatales centralizados (defensa, relaciones exteriores, etc.). El País Vasco tiene una disponibilidad fiscal que le permite diseñar, instrumentar y financiar más libremente sus estrategias de desarrollo.

EUSKADI Y URUGUAY. Hace un lustro que el PBI uruguayo está creciendo a tasas significativamente superiores a las históricas, y que el país está ampliando considerablemente su comercio exterior así como la captación de inversión extranjera directa, todo esto asociado tanto a la favorable coyuntura internacional como a apropiadas políticas económicas y sociales a nivel nacional. Pero debe reconvertir su tejido productivo para hacer sustentable este crecimiento, lo que exige diseñar estrategias (y acuerdos políticos y sociales) de largo plazo para promover la innovación/competitividad.

En este contexto, es importante extraer lecciones de procesos que pueden ser útiles para países como Uruguay, como el caso vasco, sobre el cual vale la pena agregar algunos elementos más, referidos a lo que se hizo desde el sector público. El Ministerio de Industria de Euskadi, desde su creación, lideró la reconversión hacia industrias intensivas en conocimiento, apostando a coordinar las fortalezas dispersas y a valorizar el conocimiento. Creó la Sociedad para la Promoción y Reconversión Industrial (SPRI), encargada de diseñar e instrumentar esa política, asignándole los fondos consistentes. Promovió los conglomerados productivos (clusters) y contrató a especialistas de primer nivel internacional, como Michael Porter (http://en.wikipedia.org/wiki/Business_cluster), para asesorar al gobierno vasco en el tema. Decidió crear nuevos centros tecnológicos (extra universitarios) para apoyar a la industria con servicios tecnológicos, financiándolos durante una década (decreto de tutela).

La estrategia vasca se basó en los siguientes pilares: 1) diseño y liderazgo de una política industrial; 2) diseño de planes de C&T (Ciencia y tecnología); 3) definición de una visión a largo plazo de la I+D+i (Investigación + Desarrollo + Innovación tecnológica); 4) fomento de alianzas estratégicas público-privadas; 5) fomento de la competitividad de algunos sectores industriales ya existentes; 6) diversificación hacia nuevos sectores intensivos en conocimiento: biotecnologías, micro & nanotecnologías, energías alternativas, electrónica & mecatrónica.

PARQUES TECNOLÓGICOS. Los Parques Tecnológicos (PT) son instrumentos de fomento de la economía intensiva en conocimiento, basados en la instalación en un mismo lugar de Centros de I+D con Empresas de base tecnológica.

En Bilbao se creó el primer PT de España, en 1985. Luego se crearon PTs en Vitoria, San Sebastián y, por último, en Mondragón (2008). Son instituciones sin fines de lucro que, con apoyo del gobierno vasco, de los gobiernos locales y de actores privados, han generado clusters de empresas intensivas en conocimiento, logrando promover la I+D+i en las PYMES y articular la generación y el uso del conocimiento facilitada por la cohabitación de centros públicos y privados de I+D con empresas de base tecnológica. El equilibrio de la estructura de financiación de los PTs se da al llegar a 1/3 proveniente de subsidios públicos, 1/3 de facturación por sus servicios y 1/3 de fondos competitivos.

Hace muchos años que el PT de Bilbao obtiene beneficios que ha estado usando para mejorar sus servicios y su infraestructura, y ahora comienza a usarlos para colaborar en la creación de nuevos PTs donde identifica oportunidades y socios.

Existe una red de los cuatro PTs vascos que tienen en conjunto el mismo presidente del directorio, que es el responsable de la red, y un director por cada PT. Los Centros Tecnológicos vascos, que generan conocimiento (hacen I+D) a demanda de las empresas y sus conglomerados, están organizados en dos redes (Tecnalia e IK4) y están mayoritariamente ubicados en los PTs.

Durante los años ochenta y noventa se logró una profunda reestructuración de la economía vasca cuyas consecuencias hoy son que el PBI creció por encima de la media española y europea en la última década; las exportaciones son el 29% de la producción y la mitad de ellas son de contenido tecnológico medio/alto; el desempleo bajó del 25% al pleno empleo en 2007; el crecimiento de la renta per cápita entre 1998 y 2007 (140%) fue superior a la media de la UE.

Variaciones anuales del PIB
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En fin, sería importante tener en cuenta en Uruguay experiencias como esta, no para copiar sino para extraer nuestras propias enseñanzas para la imprescindible tarea de generar valor con el conocimiento.

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