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VADENUEVO DE COLECCIÓN: DEL NÚM. 133 (OCTUBRE DE 2019). LOS ERRORES EN POLÍTICA NO SON IGUALES A LOS DEL TENIS
Los errores de Talvi
Por Omar Sueiro
En el tenis -deporte individual- se clasifican los errores en “forzados” y “no forzados”. En política tal distinción no corresponde, pues quien se equivoca debe responder ante los terceros perjudicados y por ende todo error es de entera responsabilidad de quien lo cometió.
Un terrible error de apreciación
El 18 de agosto de 2016 -tres años atrás- en una alocución ante entidades turísticas y comerciales de Rocha y Maldonado, Ernesto Talvi manifestó abiertamente su optimismo sobre la influencia benéfica que tendría sobre la actividad comercial uruguaya una verdadera avalancha turística y compradora desde la región. De Argentina, a la luz del impulso dado por el gobierno del presidente Mauricio Macri. En esos momentos el dólar se compraba en la vecina orilla a 15 pesos argentinos, pero ya comenzaban a aparecer quejas de la población por el avance de los precios internos, reclamos que el gobierno enfrentaba con un “hay que pasar este semestre y vendrán tiempos mejores”. Talvi, creyendo en la política liberal que había adoptado su amigo Macri, pensaba sinceramente que desde allí -y desde Brasil- habría un importante derrame de prosperidad que llegaría a las zonas turísticas y fronterizas del Uruguay. En la misma oportunidad dijo que en caso de alcanzar el futuro gobierno nacional le sería posible ahorrar 1.200 millones de dólares al año, “haciendo innecesario un ajuste fiscal”.
"Creo, y esto es importante para Rocha y Maldonado, que las mejores noticias se van a recibir, si todo sigue como está, desde la región”, afirmó. "Vamos a tener en la costa atlántica la mejor temporada en los últimos doce años". Agregó: "Me animo a decirlo, porque si no estamos de manera permanente a la defensiva, dando cuenta que el contexto externo se nos deterioró". Entre tanto, sobre Brasil dijo que es un caso más complejo en la medida en que la crisis política es más difícil para hacer previsiones o establecer cómo va a evolucionar. No obstante, "como Brasil sufrió la peor depresión en un siglo, no descarto que empiece a recuperarse", señaló. Lamentablemente nada siguió como estaba y rápidamente la realidad neoliberal se le vino encima, Argentina cayó irremediablemente, el dólar saltó al final de 2018 a 39 pesos, en junio de 2019 a 43 y en setiembre a 60 pesos el “oficial” y a 70 el “blue”, mientras que el Brasil de Jair Bolsonaro también se desliza hacia abajo aunque con menor velocidad y estruendo que la Argentina. La capacidad de adelantarse a las variaciones futuras de la economía y la política no parece ser su mejor facultad.
Los ahorros del Sr. Talvi: otro error (¿técnico?) de magnitud
Previamente, cabe señalar que el economista Talvi incluye en el gasto estatal el pago de las pasividades a cargo del Banco de Previsión Social (BPS); por ende considera déficit estatal los puntos de IVA que cubren la diferencia entre la recaudación de aportes y el pago de jubilaciones.
En abril de 2019, en un reportaje en LaRed21, la periodista Ana María Mizrahi tuvo este diálogo con el candidato Talvi:
Mizrahi: Quien asuma en marzo de 2020 tendrá que afrontar un déficit ubicado en el 4,5%. ¿Cree que compromete lo que se pueda a hacer en el próximo periodo?
Talvi: Compromete, y el próximo gobierno tendrá que darle respuesta al tema. Nosotros hemos planteado ahorros en un quinquenio, transformando la organización y funcionamiento de las empresas del Estado y no reponiendo vacantes; ahorros de 2.200 millones de dólares para eliminar el déficit fiscal.
También aclaró que dicha cifra incluía 1.200 millones de dólares anuales por concepto de menor costo de mano de obra.
A los periodistas de Informativo Sarandí, Raúl Ponce y Gabriel Pereyra, les pareció exagerada la cifra manejada en ese momento por Talvi de 1.200 millones de dólares anuales por concepto de eliminación de cargos públicos, que ellos comparaban con estimaciones completas de gastos anuales (gastos personales y gastos materiales) hechas por el sector económico que respalda al candidato Luis Lacalle Pou, cuya totalidad no supera los 900 millones de dólares. Entonces, el 13 de setiembre de 2019 preguntaron a Talvi sobre el alcance de las medidas propuestas para producir ahorros en el gasto del Estado y reducir el déficit estatal.
Al aire por Radio Sarandí, a las 8.15 horas del día 13 de setiembre de 2019, Talvi aclaró que, como los retiros posibles de empleados públicos por jubilación y fallecimiento se sitúan entre 8.500 y 9.000 anuales, al final del próximo quinquenio gubernamental, si no hay reposición de cargos, las vacantes (8.500 o 9.000 por año durante 5 años) sumarían de 42.500 a 45.000, lo que según él ahorraría entre 1.100 y 1.200 millones de dólares anuales.
Interpretando la aclaración de Talvi, el proceso sería el siguiente:
El anuncio de Talvi indicó una cifra anual de 1.200 millones de dólares para el próximo quinquenio de gobierno. De cumplirse todos los supuestos que él realiza, se alcanzaría un 60% de esa cifra: 720 millones de dólares (3.600 millones en cinco años).
Además el Ec. Talvi no consideró como costo las pasividades que generarían las bajas producidas. Esas pasividades -habida cuenta de la esperanza de vida a los 65 años- tendrían una duración de unos 15 años para los hombres y casi 20 para las mujeres. Además debe considerarse que, al producirse el fallecimiento del titular de la jubilación, puede continuar el pago a través de la asignación de la pensión jubilatoria al cónyuge supérstite o a los hijos discapacitados. En nuestro ejemplo tomaremos 17 años como promedio.
Como se podrá apreciar, el cálculo parte de la base de lo manifestado por Talvi: 45.000 bajas permitirían ahorrar 1.200 millones de dólares. Otro elemento a considerar es que solamente corresponde al BPS el pago con un tope, pues habrá un resto a cargo de la AFAP que no incide en el Estado.
Del detalle del cuadro surge que el salario mensual medio sería superior al tope. El segundo cuadro tiene como resultado el desembolso necesario para hacer frente a esas obligaciones, y que no fue tenido en cuenta por Talvi en su cálculo.
Comprobaciones
Durante el próximo período -económicamente- no solo no se producirá un ahorro, sino que habrá un costo todavía no absorbido, según el siguiente detalle:
Financieramente la situación es distinta, pues los pagos de pasividades se verifican en un período mayor que el tiempo en que se producirían los ahorros supuestos.
Cabe señalar que posteriormente Talvi aumentó el número de eliminables de 45.000 a 50.000 sin expresión de causa ni justificación económica.
Resumiendo
- El ahorro U$S 1.200 millones anuales para el próximo quinquenio de gobierno, que surgía del primer anuncio de Talvi, fue corregido por este al aclarar que se lograría “al final del período de 5 años”. Bajó entonces a un 60% de la original: o sea U$S 720 millones (U$S 3.600 millones: / 5 años – U$S 720 millones).[1]
- No está en el cálculo de Talvi el costo de las pasividades que durante 17 años (esperanza de vida a los 65 años) serán pagadas por el Estado a cada uno de los 45.000 o 50.000 retirados o a sus causahabientes.
- Terminado el quinquenio de gobierno, aún quedaría un saldo que se absorbería -según lo expuesto por Talvi- recién en los dos años siguientes.
- No reponer 45.000 o 50.000 vacantes, nada menos que el 17% de un total aproximado a 300.000 empleados estatales, no es “moco e pavo”; no hay en la propuesta ni un estudio superficial sobre el cómo “eliminarlos” y ni siquiera una mención en el dónde se suprimirían. La discusión sobre su cumplimiento no tendría sentido y sería interminable; sin embargo, hay una experiencia que puede ser indicativa de la probabilidad de éxito de esta promesa electoral, por tener algunos puntos de contacto interesantes: se trata de la situación de los bancos estatales a principios de los 90 del siglo pasado y de ciertas medidas tomadas por la conducción económica -liberal- del gobierno de Luis Alberto Lacalle de Herrera, nada menos que por el doctor Ramón Díaz, que ejerció el liderazgo de la política financiera y la presidencia del Banco Central del Uruguay (BCU) en el período 1990-93. Con esta situación dada ingresa el Dr. Ramón Díaz al BCU, situación que alguien de pensamiento neoliberal pensaría como ideal: contingente escaso y con baja remuneración; por lo tanto -teóricamente- no habría que gastar más en dotación de personal y mejora salarial.
Pero la realidad resultó muy distinta para el Dr. Díaz -el fundador de Búsqueda, campeón del neoliberalismo en el Uruguay- que se encontró sin la cantidad y el nivel técnico de personal necesario para la ardua tarea que le aguardaba. Y entonces Díaz decidió acordar con los trabajadores del BCU la equiparación con los bancarios privados: a igual tarea, igual remuneración. Con ello Díaz pudo conseguir el personal capacitado que necesitaba para cumplir sus funciones adecuadamente; producto de lo cual, entre otros, se produjo el ingreso del economista Talvi como empleado del Banco Central. A continuación el acuerdo se extendió, primero al Banco República (BROU), luego al Banco Hipotecario (BHU) y finalmente al Banco de Seguros del Estado (BSE), de manera tal que, cada vez que los salarios se ajustaron por inflación, se les adicionó un porcentaje igual por equiparación y a la vez se completaron los planteles con el número y la capacitación requeridos.
Qué piensa Talvi de los “errores” e invenciones
En el mencionado reportaje de Ana María Mizrahi a Ernesto Talvi, este expresó al respecto:
“Los compromisos que se asumen tienen que estar fundamentados, eso es lo que «Ciudadanos» hace. Todas nuestras propuestas tienen estudio y trabajo detrás que cuantifica esas propuestas. Lo que hay que chequear es si la propuesta es un bolazo (sic) o algo que está fundamentado”.
El lector juzgará si esta nota de Vadenuevo ha logrado cumplir el deseo del candidato Talvi.