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ATENTADO A LA JUBILACIÓN EN EL GRADO DE IMPROVISACIÓN
¡Y Saldain ya abrió el paraguas!
Por Omar Sueiro
Originalmente habíamos centralizado el enfoque de este artículo en la gigantesca patraña que lo sustenta, que en buen romance puede sintetizarse en el argumento de que las jubilaciones van a mejorar sustancialmente y ello será posible por el nuevo marco que define esta ley.
Para nosotros la argumentación proreforma tenía iguales fundamentos a los de una oferta comercial de “Pollos de 4 patas”, que agregaba dos patas adicionales al ave, pero al precio del pollo entero que es mayor que el individual de las patas.
Las pequeñísimas inclusiones de último momento de Cabildo Abierto (CA) y el Partido Colorado (PC), tienen el mérito de manejar valores; a partir de ello, queda en claro cuánto le va a costar a los jubilados futuros el nuevo sistema, el que no va a ser financiado por nadie más que ellos, con mayores aportes por el alargamiento de los períodos exigibles de trabajo y la reducción de ingresos por rebaja de pasividades y sus laterales, como la limitación de las pensiones de los causahabientes, etcétera.
Según manejó el periodista Raúl Ponce de León, en el programa de VTV Análisis de las Noticias: “las modificaciones introducidas por Cabildo Abierto y el Partido Colorado le van a costar al Estado medio punto de producto, o sea, entre 300 y 400 millones de dólares anuales”.
En buen romance: la nueva redacción del proyecto devuelve a las jubilaciones a 1% o 1.3% del PBI aproximadamente, 1.100 millones de dólares anuales.
La redacción final de la Reforma está orientada a evitar, en años sucesivos, que las prestaciones impliquen un costo estatal del 5% del producto, hecho que ocurrirá en caso de no haber reforma.
El propio Presidente Lacalle comentó estas rebajas: “se le ha echado agua a la leche, pero sigue siendo leche”. Dicho de otra forma: la Reforma seguirá siendo un instrumento importante para reducir el gasto estatal en pasividades. Por ello, si bien al pollo lo habían pensado de 4 patas, de todas maneras, el de tres patas es igualmente útil.
Los toma y daca que se quedaron con una pata del ave
Pero el “Tout Va Très Bien Madame La Marquise” que en ese momento entonaban los corifeos presidenciales no era tan así, debido a que uno de los coaligados -connotado experto en el arte del “toma y daca” sorprendió a sus compañeros con la exigencia de reducir las edades jubilatorias máximas (convirtiéndose en el “bueno” de la coalición), y agregando para su familia militar ventajas materiales no previstas en la ley y, aparentemente, también libertades anticipadas para los presos de lesa humanidad de edad avanzada. Ello indujo a algunos legisladores colorados a poner el grito en el cielo, afirmando que ellos no querían seguir siendo tratados como “los hijos de la pavota”, reclamaron vehementemente otra mejora en las edades de retiro, etcétera.
El paraguas de Saldain
Ni corto ni perezoso, este avezado navegante de las procelosas aguas políticas del “yo no fui”, tomó estas modificaciones como justificativos del déficit que acarreará el sistema.
Esta situación, ya presente en la actual situación de las pasividades gestionadas por el “sistema AFAP”, instaurado por la primer Reforma de 1996, se va a repetir, vaya a saber con qué magnitud en el nuevo ámbito AFAP generalizado de la nueva reforma. La reacción temprana de Rodolfo Saldain lo ratifica plenamente. la diaria titula así su nota sobre el “conversatorio” acerca de esta reforma, organizado en Facultad de Economía de la Universidad de la República (27.04.2023), en la que el gestor fue parte muy activa:
Saldain dijo que la aprobación de la reforma jubilatoria es “un cambio central”, pero advirtió que “no está asegurada la sustentabilidad”
Del anteproyecto que el presidente Luis Lacalle Pou le entregó en mano al presidente del Frente Amplio (FA), Fernando Pereira, en julio del año pasado, al proyecto que finalmente se aprobó el jueves en el Parlamento hubo decenas y decenas de modificaciones. Con todo, igualmente habrá una reducción del gasto previsional “en el entorno de los dos puntos del PIB” a largo plazo, lo cual supone “un cambio central”, afirmó Rodolfo Saldain, principal redactor de la reforma jubilatoria, el jueves en un conversatorio organizado por la Facultad de Ciencias Económicas y de Administración.
Saldain aclaró que aun así “no está asegurada la sustentabilidad” de la seguridad social porque “es imposible lograr un equilibrio fiscal en un sistema previsional como el nuestro”. Afirmó que la “clave” está en que el “desfinanciamiento”, que existirá “siempre”, “debe ser controlable”. El principal redactor de la reforma destacó especialmente la creación de un suplemento solidario para las jubilaciones más bajas. (la diaria, 28.04.2023)
La tremenda “verdad de la milanesa” de las dos reformas
Con su actitud, el Dr. Saldain está ratificando lo que en junio de 2022 advertíamos en Vadenuevo:
Pero lo que es más grave es que en el 2006 le cargaron la romana al Banco de Seguros del Estado (BSE) porque ninguna AFAP agarraba viaje con el pago de las rentas vitalicias.
Con el adelanto de Saldain, ahora va a pasar lo mismo y las consecuencias serán peores.
Reiteramos lo dicho en nuestro artículo de febrero pasado porque mantiene total vigencia, agravada:
El déficit del BSE aumenta... La reforma jubilatoria va… Y la orquesta sigue tocando.
El Banco de Seguros del Estado, obligado a navegar en el océano de la reforma de 1996, ya chocó con el “iceberg” de afrontar las Rentas Vitalicias de Vida Previsional. Ahora, merced a la nueva reforma en trámite legislativo, deberá enfrentar un océano plagado de témpanos.
La única salida que se encontró para hacer operativo al tramo de pasividades atendido por el llamado “Sistema AFAP” creado por la Reforma de 1996, fue forzar que el Banco de Seguros del Estado se hiciera cargo del pago de las pasividades emergentes del mismo.
El nivel de pérdidas que registra el BSE por esta causa, no solamente es ignorado por quienes deben solucionar la grave situación, sino que además intentan implantar otra que multiplica riesgos y pérdidas. [...]
El tamaño y la incidencia de la nueva reforma en relación con la de 1996
CERES da un buen ejemplo para deducir la dimensión de la nueva “Reforma Previsional”:
“Actualmente, en Uruguay, el Banco de Seguros del Estado (BSE) es el único que da ese servicio de renta (lo que se denomina “desacumulación”). Por ejemplo, para el caso hipotético de un hombre de 35 años que hace 12 años trabaja y percibió en este periodo un promedio de $ 60.000 mensuales, y se espera que perciba lo mismo por el resto de su vida laboral, la proyección de su jubilación, para el caso de retiro a los 65 años, es de $ 32.175 (valores nominales al momento de retiro) por el tramo de “reparto” y de $ 3.666 por lo generado en la AFAP (etapa de acumulación), que se lo pagará la compañía de seguros (El BSE, actual mente único oferente de ese producto)”.
La situación que ejemplifica CERES demuestra que los montos que actualmente maneja el “sistema AFAP” son sustancialmente menores a los que se prevén volcar con la nueva reforma. Si el mecanismo actual, que significa riesgos y pérdidas para el BSE, se generaliza sin correcciones sustanciales aumentando el volumen de aportes o reduciendo el monto de las prestaciones, el sistema caerá en default o, mejor dicho, el BSE caerá en bancarrota.
Los déficits actuales
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- Según el BSE (fuente: estudio previo del BSE enviado a la Comisión de Especialistas). tomando bases reales correspondientes al período enero 2018-abril 2020, en ese lapso se incorporaron jubilaciones del Sistema AFAP que serán pagadas con Rentas Vitalicias Previsionales a cargo del BSE, por las que el Banco recibió de las AFAP $ 492 millones (pesos uruguayos).
A su vez, el BSE calculó que entre gastos y pagos de rentas vitalicias durante el período legalmente definido tendrá egresos por $ 567 MILLONES, o sea que perderá con el correr del tiempo de vida del jubilado y su eventual pensionista, en realidad como ya los contabilizó, solamente en el principio de su actuación ya perdió un 15.3%, setenta y cinco millones de pesos actualizados (-$ 75:). (Período 1/18 a 4/20).
En las notas del BSE a los balances de 2019 y 2020, figuran las aperturas de los resultados operativos del sector Rentas Vitalicias Previsionales del BSE con pérdidas ya contabilizadas para esos dos años de más de $ 8.300 millones que, para ser enjugadas, requerirían o un 22% más de aportes o, en su defecto, un 19% menos de pasividad.
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- Según el CERES:
“La normativa permite la entrada de aseguradoras privadas, pero en la actualidad solamente está operando el BSE, lo que indica que este mercado podría padecer ciertas ineficiencias. En tal caso, eliminarlas mejoraría la situación para las compañías aseguradoras y sería más favorable para los usuarios al momento de su retiro. Acerca de este punto, Dassati & Lluberas (2018) estiman que las ineficiencias del mercado respecto a los costos para 2006-2015 rondaban en 17.8%”.
Como puede apreciarse, más allá del lenguaje tecnocrático, rebuscado y sibilino de la expresión, hay aquí una comprobación de la gravedad de la situación, particularmente si se considera que las modificaciones al estudio del Parlamento la agravan notoriamente, porque ahondan la brecha entre ingresos y egresos. No se habla de financiamientos de fuentes diferentes fundamentalmente porque generalizan el sistema AFAP/BSE a todos los casos, lo que implica multiplicar las falencias en vez de corregirlas.
En síntesis, todos y cada uno de los años en los que el BSE se hizo cargo del pago de las pasividades del sistema AFAP generaron cuantiosas pérdidas al organismo. Según sus registros a diciembre de 2020, superan largamente los ocho mil millones de pesos uruguayos, pérdidas que además son crecientes.
Para nivelar la situación habría que conseguir un aumento de aportes del 22% o rebajar las pasividades AFAP en un 19%. CERES coincide y sitúa el déficit en 18 (estimación período 2006-15)
La calificacion de riesgos del Banco de Seguros del Estado
La consultora internacional Moody's, en su última evaluación de octubre de 2022, calificó la fortaleza financiera de Banco de Seguros del Estado (BSE) en AAA.uy con perspectiva estable.
Sus fundamentos son los siguientes:
“La calificación de BSE se encuentra respaldada por su posición dominante en el mercado asegurador uruguayo -con una participación mayor a dos tercios de las primas totales de la industria-, el reconocimiento, reputación y trayectoria de la compañía en el mercado. Ser la productora líder de seguros en el país le otorga la ventaja de una reducción de gastos vía economías de escala [...] Asimismo, la compañía goza de una situación de monopolio en el ramo accidentes del trabajo y enfermedades profesionales y, si bien no existe un monopolio legal para el segmento de rentas vitalicias previsionales, BSE es la única compañía con participación de hecho en este ramo.
El Estado Nacional Uruguayo es el propietario de BSE y la calificación refleja el apoyo implícito y explícito que le brinda a la compañía como único accionista. Además, la calificación incorpora el riesgo de reinversión y de calce de activos y pasivos a los que se enfrenta la compañía en su segmento de vida previsional. [...]
Adenda final
Hasta aquí hemos cumplido con el propósito de mostrar, a través de los análisis del propio Banco, de CERES -insospechable de cualquier matiz proteccionista y/o populista- y de la imparcial calificación de Moody's, la gravedad de la situación en que se ha puesto al Banco de Seguros del Estado al hacerlo responsable del pago de las pasividades del Sistema AFAP derivado de la Reforma Jubilatoria de 1996 y la insólita y peligrosa encrucijada en que -de materializarse- la dejará la nueva reforma en curso.
Todo ello sin poner, hasta ahora, nada de nuestra parte, ni siquiera una coma: a continuación, haremos algunas precisiones para reafirmar lo peligroso de la situación del BSE originada en las reformas jubilatorias.
1. En 2020 la mitad de los ingresos por primas devengadas proviene de los fondos de los jubilados AFAP. Imaginemos la incidencia que tendrán cuando se generalice el sistema según promueve la nueva Reforma.
2. Las pérdidas ya contabilizadas por el BSE y las estimaciones de CERES evidencian un déficit del orden del 20% entre egresos e ingresos y, dado que los impulsores de la nueva reforma sostienen que las remuneraciones no se modificarán -salvo que se recurra a fuentes de ingresos adicionales a los aportes actuales-, la suerte del BSE esta echada.