UNA INSTITUCIÓN EJEMPLAR

El trabajo del Instituto Nacional de Estadística (INE)

El movimiento “Un sólo Uruguay” -especie de rama ruralista del tradicionalismo blanqui-colorado– se prepara para mostrar su desagrado por la próxima realización del Consejo de Ministros en Pueblo Centenario, lugar donde se ubicará la planta UPM2. Parece incluso que quienes concurran procederán a brindar con un vaso de agua proveniente del Río Negro. Este gesto es entendible en el contexto de la naciente, y creciente, campaña electoral. No es la primera vez que “Un sólo Uruguay” realiza ese tipo de manifestaciones y con seguridad no será la última. Vivimos en una democracia más sana que la que impera en la mayor parte del mundo y estas manifestaciones, aún las más ridículas, son parte de lo admisible. Incluso es tolerable que algún candidato pierda, al evolucionar, su apellido.

Lo que no es admisible que sus integrantes recurran a la mentira para desprestigiar al actual gobierno en forma gratuita. Y peor es hacerlo en forma indirecta atacando a una institución como el Instituto Nacional de Estadística (INE), que hasta el momento nadie había cuestionado. El objetivo que se busca al cuestionar las cifras de dicho instituto es poner en duda el hecho irrefutable de que durante los tres gobiernos del Frente Amplio se registró un marcado descenso de la pobreza y la indigencia alcanzó niveles más bajos que nunca en la historia del país. Es más: sería aceptable poner en dudas las cifras del INE basándose en un análisis fundamentado de los criterios estadísticos que se utilizan para medir los parámetros de pobreza e indigencia. Pero los dirigentes de “Un sólo Uruguay” se limitan a poner en circulación un rumor sin fundamento y con total irresponsabilidad. Consideran que en materia de desempleo, PBI e inflación están manipuladas y no reflejan la realidad.

El INE dispone de una página web donde figuran todos los datos obtenidos y verificados con la solvencia técnica necesaria. Cualquiera puede ingresar a dicha página y realizar sus propios cálculos. Es indudable que el salario mínimo nacional ha sido elevado a $ 15.000; todos sabemos que los salarios y las pasividades han superado, en los últimos catorce años, el Índice de Precios al Consumo.

Se torna necesario, entonces, defender al INE ante la intención de algunos de trasladar al Uruguay una situación que se dio lastimosamente en Argentina durante mucho tiempo. Ni desde el gobierno ni desde el INE -que es un organismo independiente protegido por la confidencialidad estadística– que estamos a nivel de Alemania o los países nórdicos, si bien en algunos rubros nos acercamos en forma progresiva.

Por ello intentaremos reproducir las principales manifestaciones de Laura Nalbarte, economista y máster en estadística, quien se desempeña al frente del INE

“Esta es una institución que sin importar qué partido político está en el gobierno, trabaja para generar estadísticas vinculadas al quehacer del Estado, pero que sirven para los privados también. Si hay cuestionamientos, que se planteen donde se tengan que plantear, porque maquillar las cifras oficiales es un delito”, señaló la Ec. Nalbarte en diferentes entrevistas concedidas a los medios de comunicación.

Conviene detallar las funciones que desempeña el Insituto, así como la metodología que ha empleado en diferentes períodos de la vida nacional. Todos los meses el INE calcula el índie medio de salarios, el índice de precios de consumo, el índice de precios de la construcción, el índice de volumen físico, la actividad de la industria manufacturera y también el desempleo. Anualmente se calcula la pobreza. La metodología empleada en forma preferencial es la realización de una encuesta contínua de hogares que son visitados mensualmente. Dicha muestra es del orden de 4.000 hogares y surge a partir del censo realizado en el año 2012.

No obstante lo anterior, el Instituto también se ocupa de verificar críticamente la metodología de medición en función de los cambios socioeconímicos y culturales que se van dando. Por ejemplo, la canasta básica alimentaria y no alimentaria se construye con datos de la encuesta realizada en 2005 y los parámetros utilizados ya son obsoletos. En la actualidad los técnicos del INE trabajan en la puesta al día de los datos que antes no existían. Por ejemplo, los patrones de consumo han cambiado y el surgimiento del FONASA modificó los ingresos de los hogares. La línea de pobreza actual tiene tres líneas: rural, Interior y Montevideo, pero el trabajo ya en marcha apunta a establecer nuevos criterios de acuerdo a nuevas metodologías.

Otra línea de trabajo instituída hace tiempo es el cálculo de las necesidades básicas insatisfechas (NBI). Esta medición complementa los datos referidos al nivel de ingresos que por sí sólo es totalmente insuficiente para medir la pobreza. Sin embargo, esta corrección por el índice de NBI tampoco permite resolver todo el problema estadístico. Por ello se está trabajando en la construcción del concepto de pobreza multidimensional, que tiene en cuenta las características de la vivienda, la atención de la salud, el nivel educacional, sin dejar de lado el nivel de ingresos. De todos modos, y para que quede más claro, los criterios a adoptar en cada caso pueden ser más o menos exigentes. Por ejemplo, en algunos países la presencia en el hogar de personas mayores de 18 años que no han completado la enseñanza secundaria determina que se lo considere un hogar con necesidades básicas insatisfechas.

En otras palabras: para construir una medición adecuada es necesario cumplir con dos requisitos.

En primer lugar cada dimensión (vivienda, ingreso, salud, etc.) debe tener una línea de base mínima. En segundo lugar, los cambios que se lleven a cabo deben ser corregidos hacia atrás a los efectos de poder comparar la evolución de los diferentes datos. Es lo que se denomina “emplade de índice”. Si bien la tarea no es sencilla, el INE no trabaja aisladamente sino que lo hace en cooperación con la Universidad, el MIDES, la Oficina de Planeamiento y Presupuesto y el Ministerio de Economía y Finanzas.

Finalmente, el Instituto no puede guiarse únicamente por los criterios nacionales. La Organización Internacional del Trabajo (OIT) también revisa periódicamente los criterios a emplear. De lo contrario sería imposible hacer comparaciones internacionales. A modo de ejemplo, la Ec. Nalbarte cita la necesidad de mejorar los rigistros del trabajo informal e incluso el trabajo no remunerado. En algunos de estos rubros se parte de datos puramente administrativos que deben convertirse en términos estadísticos, es decir, en guarismos susceptibles de ingresar formalmente como premisas del INE.