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LO FINANCIERO AL MANGO
El "boom" financiero y los mercados agropecuarios
Por Francisco López Martí
ESPECULADORES EN MERCADOS AGRÍCOLAS
El aumento y la caída de los principales precios de exportación de los países de América Latina es de conocimiento amplio, no así la incidencia del boom financiero en esa evolución.
En el pináculo del predominio financiero de la economía mundial una corriente de inversiones privadas sin precedentes en la historia se destinó a la agricultura. Grandes instituciones financieras, fondos de cobertura y compañías comenzaron a operar directamente en las cadenas de base agrícola y en los mercados de productos agropecuarios.
Los inversionistas y operadores encontraron atractivo participar en los mercados de productos básicos, incluyendo los agropecuarios, en este caso estimulados por el crecimiento de los precios internacionales entre 2003 y 2008, impulsados por las compras de China y la demanda para biocombutibles.
Los fondos de cobertura fueron uno de los instrumentos fundamentales de la vorágine de los mercados. Esos fondos tienen el objetivo de realizar ganancias por la diferencia entre el precio de venta y de compra de los más variados medios al margen de generar cualquier valor agregado en la producción, industrialización o comercio de materias primas [1].
Los inversores confiaron en que los administradores de fondos de cobertura eran gente que tenía las mejores fuentes de información, previsiones, influencias y aun pálpitos. Y algo más: que sus administradores tenían la habilidad necesaria para reducir la carga fiscal y deambular por los límites de la normativa. Es así que con frecuencia esos fondos se radicaron en paraísos fiscales y aprovecharon las ineficiencias de los mercados y la ausencia de controles.
La expansión de los fondos de inversión cuyo propósito es obtener beneficios asociados con las variaciones en los índices de precios agropecuarios queda documentada en el gráfico. En 2009 manejaban más de 250.000 millones de dólares [2].
LA CRISIS HUNDIÓ EL NEGOCIO
La reversión de la tendencia alcista en los mercados a partir del segundo semestre de 2008 provocó una crisis financiera y de la economía del primer mundo y la caída de los precios de las materias primas.
La confianza en que los mercados se autorregulan se vio seriamente cuestionada, aunque no extinguida.
Cuando el gobierno de Obama decidió asistir al sector financiero en Estados Unidos, no sólo se rompió el encanto de la idea de la autorregulación: también puso en duda la justificación, casi moral, de que los beneficios del empresario son la remuneración por los riesgos que asume.
El retroceso de los mercados de materias primas ha contribuido a que los gestores de fondos de cobertura especializados se hayan reducido a unos pocos (The Economist).
IMPACTO EN LOS MERCADOS. Como era de esperar, hay posiciones contradictorias sobre cuál fue el impacto de los fondos basados en índices de precios agrícolas sobre las fluctuaciones de precios en los mercados de futuro agrícolas. Sin embargo, una comisión del Senado de Estados Unidos no tuvo dudas: “En conjunto, las actividades de los operadores sobre productos básicos constituyeron ‘especulación excesiva’ en el mercado del trigo conforme a la Ley sobre Bolsas de Productos Básicos”.
Las fluctuaciones de los mercados agropecuarios, de por sí significativa, se acentuaron por los flujos de capital hacia las actividades agropecuarias y particularmente por la irrupción tempestuosa de fondos de cobertura en busca de ganancias por diferencia de precios.
Por su especialización exportadora, los países del MERCOSUR sufrieron esas fluctuaciones que debilitan las posibilidades de acumulación de capacidades productivas a largo plazo en cadenas de gran importancia para la economía regional.
G. Akerlof y R. Schiller, ambos Premio Nobel de Economía en la obra citada, luego de analizar el sector financiero concluyen: “cuando se producen aumentos de precios, normalmente se debe a una exuberancia irracional, ayudada e instigada por la manipulaciones”.