Compartir

SHOPPING CENTERS EN URUGUAY, TODA UNA HISTORIA

 Publicado: 04/10/2017

Burocracia, indolencia y descontrol: juntos son dinamita


Por Omar Sueiro


Esta nota recopila hechos conocidos, publicados en los medios, ordenados y analizados con la intención de dejar al descubierto la mezcla letal para los intereses y el patrimonio de cualquier nación o comarca que significan: la burocracia, la indolencia, el desinterés y el descuido en la gestión, y, por ende, la falta de efectivos controles, factores que dejan los caminos abiertos para que se despliegue la deshonestidad en todas sus formas y gradaciones. Desde el “vivillo” que aprovecha la mínima ventajita, hasta el poderoso que pretende incorporar a su patrimonio sumas casi inimaginables.

Esta combinación de conductas debe combatirse y denunciarse no bien sea detectada: lucha sin cuartel no solamente contra los malandras, corruptores y corruptos, sino también contra los burócratas, los descuidados y los negligentes.

Los ejemplos que expondremos también revelan lo difícil que es la tarea de gobierno en lo que atañe a las facilidades, exoneraciones y beneficios que se disponen para que los resultados obtenidos se distribuyan adecuadamente en los núcleos poblacionales por los cuales se hizo el esfuerzo fiscal y político.

HISTORIAS TRISTEMENTE EJEMPLARES

La instalación de Shopping Centers en el Uruguay –por lo menos de dos de ellos– tiene como base y trasfondo historias que podrían calificarse como “negras” o, para utilizar un calificativo más suave, “turbias”. En esta oportunidad haremos referencia a la instalación de los shoppings Montevideo y Punta Carretas.

EL MONTEVIDEO SHOPPING

El predio que hoy limitan las calles Luis Alberto de Herrera, 26 de Marzo, Pedro Bustamante y Pablo Galarza correspondió por un centenar de años al Hospital Fermín Ferreira, edificio enclavado en un extenso parque forestado acorde con la finalidad clínica que le fue adjudicada: especializado en tuberculosos, leprosos y hansenianos. Sendas leyes de 1944 y 1953 dispusieron la sustitución del Fermín Ferreira por una ampliación de la Colonia Saint Bois, hecho que terminó de materializarse a fines de la década de 1970.

Quedó disponible, entonces, el importante predio en una zona urbanística y económicamente descaracterizada y ociosa desde el punto de vista de su rentabilidad económica, que se destinó durante el periodo de gobierno de los presidentes Óscar Gestido y Jorge Pacheco Areco (1966-1971) a la construcción del “Plan Piloto 70”.

Para confeccionar este plan, se llamó a concurso abierto de proyectos para construir 2.000 viviendas de interés social, con centro de servicios. Plan que tuvo la particularidad de realizar previamente la infraestructura vial, sanitaria y de servicios (energía eléctrica, gas, agua, alumbrado público, etcétera). Pero las viviendas no fueron aprobadas por el gobierno dictatorial (1973-1985) y por lo tanto nunca se construyeron.

El “expediente” quedó radicado en el Banco Hipotecario del Uruguay (BHU), el que paulatinamente se fue desprendiendo de los diferentes padrones que componían el complejo, los que fueron pasando a privados. Decimos “desprendiendo” pues no trascendió públicamente la forma que tuvieron los cambios de propietarios, si fue por licitación, venta directa, cesión particular u otras.

En 1975 la dictadura nombró Presidente del BHU a un hombre de su total confianza –y, cabe agregar, de extrema inteligencia y viveza personal y política–, Julio Luongo, a quien mantuvo como máxima autoridad del organismo hasta el final, en 1985. Huelga expresar la autonomía y arbitrariedad de las resoluciones que tomaba aquel “directorio” del BHU (en el que influían directa y definitivamente los militares) y el grado de transparencia y publicidad nulo de cualquier resolución emanada del mismo, incluidas las transferencias de las propiedades del ex Plan Piloto 70.

En el padrón considerado “de entrada” al predio se construyó por los privados adquirentes la primera parte del edificio comercial –con el sello arquitectónico del ingeniero Eladio Dieste– de 9.800 m2, conformándose “El Primer Shopping Center de Sudamérica”, fuente de suculentas ganancias para sus muy satisfechos creadores y propietarios, que resaltaban jubilosamente el buen negocio realizado, “que ocurrió en los ´80 con la creación de Montevideo Shopping en los terrenos donde había funcionado el hospital de leprosos y tuberculosos Fermín Ferreira o en los ´90 con la transformación de la ex cárcel de Punta Carretas también en un shopping. Cuando empezamos a tratar de alquilar los locales todos nos decían: no va a funcionar, esto dura seis meses, ¿quién va a ir de compras a ese descampado?",recuerda el empresario Carlos Lecueder. "La respuesta era que se habían hecho los estudios de mercado, que se habían hecho proyecciones serias, y que el negocio tenía sustento firme. También había que tener espíritu emprendedor para generar el cambio, porque era una tendencia mundial de la cual Uruguay no iba a escapar".

La cosa no paró allí. Esos terrenos, que de por sí significaban una gran oportunidad para múltiples desarrollos comerciales y financieros, a los que además el Estado les agregó nada menos que toda la infraestructura prácticamente gratis y tratamientos impositivos especiales, se convirtieron en una fuente inagotable de riqueza.

El shopping –incrementado con 4.000 m2 adicionales– pasó a ser un mero complemento de un evolucionado complejo de grandes rascacielos que disfrutan del tratamiento beneficiado de “zona franca” de negocios, y que está en plena evolución y crecimiento, tal como lo sintetiza la publicación digital Infonegocios 10 años en octubre de 2015: el WTC (World Trade Center) quiere rodear el Montevideo Shopping: se viene la torre gemela del Free Zone y el WTC 5 … la zona de los alrededores del Montevideo Shopping se está transformando en una verdadera zona de negocios. El Estudio Lecueder está trabajando en el proyecto de la segunda torre de Zona Franca que estará alojada de espaldas al complejo de edificios de Torres Náuticas. … La World Trade Center Free Zone 2 tendrá características similares a la primera torre que se inauguró en 2011, aunque con una arquitectura más moderna. El WTC Free Zone es una zona franca, cuenta con 23 pisos y 32.500 m2 y tiene su propio helipuerto de carácter internacional ... El promotor Carlos Lecueder confía en que es una apuesta a futuro. La nueva torre contará con oficinas desde 15 m2 hasta oficinas de un piso entero e implicará una inversión en el entorno de los US$ 40 millones. En cuanto al WTC 5, estará ubicado al lado del segundo Free Zone…” “Lo importante es que cuando la economía parece sufrir un momento de desaceleración nosotros entendemos que la forma de apoyar al país es seguir invirtiendo, afirmó Lecueder”.

Resumiendo, la historia del World Trade Center comenzó en 1998 con WTC 1, de 25 pisos y 17.100 m2. En 2002 se inauguró la torre WTC 2, gemela de la WTC 1. En 2007 se inauguró en el WTC 2 el WTC Auditorium, una sala de usos múltiples con capacidad para 200 personas. El WTC 3 cortó cintas en 2009 y cuenta con 19 pisos, y en 2013 llegó la cuarta torre del complejo que tiene el famoso Piso 40.[1]

En este caso, la dictadura cívico-militar que oprimió al país entre el 73 y el 85 cambió el objetivo de beneficiar a 2.000 familias de clase media –aproximadamente unas 10.000 personas– para favorecer a unas escasas decenas de integrantes de la clase propietaria, sin trascender cuánto percibió el Estado por la eventual o presumible venta de los terrenos y la infraestructura de los mismos.

PUNTA CARRETAS SHOPPING

“Encarajinado” es un adjetivo del lunfardo rioplatense para significar “complicado a propósito, enredado para conseguir una finalidad oculta”. Es el calificativo más adecuado para caracterizar al proceso cuya primera etapa culminó con la adjudicación del predio de la ex cárcel de Punta Carretas a manos privadas.

Comenzó con uno de los actos más nobles y reconfortantes que vivió el pueblo uruguayo: la liberación, culminada en marzo de 1985, de todos los presos políticos de la dictadura.

Se inició entonces el trabajo silencioso, secreto, clandestino, de fuerzas que tenían otras expectativas respecto de los predios carcelarios uruguayos. En los medios de prensa (en esos momentos no existían aun las “redes sociales”, aunque sí las “cartas de los lectores”) y en varios ámbitos políticos comenzó a tratarse el tema de cuál de las cárceles debería cerrarse. El grado de obsolescencia de las mismas, la humanización del trato de los reclusos, fueron temas que ocuparon las primeras planas, y la idea primigenia de cerrar la Cárcel de Libertad –ya sin presos– fue paulatinamente abandonada.

El 20 de agosto de 1986 se produjo un confuso, difuso y nunca aclarado episodio de amotinamiento en el Penal de Punta Carretas: las autoridades del Ministerio del Interior no dudaron en adjetivar al motín (obviamente de presos comunes, que eran los únicos habitantes carcelarios) de “importante y sangriento”, lo que originó el desalojo del penal.

Según el Ministro del Interior de la época, Antonio Marchesano, la causa del motín fueron la frustración que significó para distintos cabecillas no haber conseguido la libertad en la visita de cárceles de los jueces de la Suprema Corte, los rumores de traslado y el descubrimiento por las autoridades de un túnel que los reclusos estaban construyendo para escapar, al estilo del “abuso” tupamaro. Reacción muy agravada –según el Ministro– por el ingreso ilegal de armas al penal, intensificado en 1986.

El diario El País reprodujo declaraciones de Marchesano: "El Penal era casi una ciudad dentro de otra, y se venían llevando a cabo los correspondientes chequeos para ubicar las armas utilizadas por los beligerantes que dispararon contra la policía” (periódicos de la época afirman que estas presuntas balaceras nunca fueron probadas). El diario también reprodujo declaraciones de familiares de presos: "¿Sabe una cosa? Las armas de fuego las entregan algunos de los propios funcionarios por $1.000".

Hubo asimismo insólitas y explosivas declaraciones del entonces Director del Penal de Punta Carretas, comisario Washington Medina, luego de mostrar un piso repleto de armas blancas, revólveres, caños de todo tamaño: "No es lo único que hay; ya hemos sacado otro tanto en otras requisas". El periodista le preguntó: "¿Cómo es que se puede trabajar en un túnel sin que haya sido notado por la guardia?" Y el Director respondió: "La situación es que de noche se tiene tan pocos guardias para cuidar a los reclusos que, evidentemente, no pueden estar pendientes de los presos. Además, la inferioridad numérica hace que se queden en la guardia interna; solo quedan en la guardia interna cuatro funcionarios".

Según las autoridades, durante el motín no solamente se disparó contra la policía: también se abrió fuego hacia afuera del penal. Sin embargo tampoco se presentó prueba de dichos disparos, ni se conoció marca alguna del tiroteo en el exterior del establecimiento.

Dominado el motín, el ministro Marchesano ordenó el inmediato vaciamiento de la cárcel y su clausura.

PRIMERA INTENCIÓN FRUSTRADA: “LA MEJOR UTILIZACIÓN DE ESOS BIENES EN BENEFICIO DE LA COMUNIDAD

El 6 de febrero de 1987, el Poder Ejecutivo, con las firmas del Presidente Julio María Sanguinetti y los ministros Antonio Marchesano, Jorge Sanguinetti, Ricardo Zerbino y Adela Reta, emitió la Resolución N° 51/987“Bases del llamado a concurso de ideas para la reutilización de los establecimientos penitenciarios de Punta Carretas y Miguelete”.[2]

Dado que los ex centros penitenciarios de Punta Carretas y Miguelete se encontraban disponibles, sin uso ni destino específico, era necesario “preservar y jerarquizar dichos bienes por medio de su mejor reutilización en beneficio de la comunidad, preservándose sus elementos históricos y arquitectónicos relevantes”.

Características: Punta Carretas, predio de 53.500 m2 y 16.000 m2 edificados; Miguelete, predio de 25.500 m2 y 7.100 m2 edificados.

Se llama a Concurso de Ideas para la reutilización de esos inmuebles de dominio estatal y se redactan las bases, para una participación abierta.

Se estableció:

“- Soluciones viables y concretas para la reutilización total de los bienes.

-Uso mínimo de fondos estatales.

-Idea con estimable aporte comunitario en uno o varios de los planos: social, cultural, urbanístico, turístico, económico.

-Se establecen las formalidades de la presentación, la fecha de presentación y el jurado, compuesto por personalidades de diversos círculos, culturales y empresariales: Cr. Gustavo Cola Cancela, Arq. Nelson Cajarville, Cr. Egon Einoder, Arq. Humberto Baldomir, Ing. Raúl Buela, Sr. Juan Ferrero, Sociólogo Antonio Viña, Sr. Ángel Kalemberg”.

RESULTADO DEL CONCURSO Y DISPOSICIÓN FINAL

Se presentaron 170 proyectos, los que fueron desechados por financiación insuficiente. El gobierno decidió entonces realizar un llamado a licitación, que fue declarado desierto. En 1991 se resolvió realizar la venta directa.

Las seis manzanas que conforman el predio de la ex cárcel fue finalmente vendido en U$S 7 millones.

El precio por m2 de terreno alcanzó los U$S 130 (53,500 m2: U$S 7millones), por lo menos la décima parte de su valor. Infonegocios 10 calculó que en 2010 “un metro cuadrado de terreno en Pocitos cuesta US$ 1.259 (para un terreno promedio de 621 metros cuadrados)”.

La empresa compradora proyectó la construcción de un centro comercial y cultural llamado “Punta Carretas Shopping Center”, que abrió sus puertas en julio de 1994.

La empresa estaba gerenciada por el doctor Antonio Marchesano…[3]

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *