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PREJUICIOS Y PERSECUCIONES

 Publicado: 01/05/2019

El Porrajmos en la Italia fascista (I)


Por Giorgia Scurato


El seminario de historia contemporánea que estaba cursando en 2017 se centraba en la práctica social genocida en el siglo XX. Al momento de elegir el tema para mi trabajo, recordé una noticia leída poco tiempo antes en un diario italiano sobre tres niñas roma víctimas de un incendio provocado en la casa rodante en que vivían. En estas noticias, que en 2019 continúan apareciendo, casi siempre se habla de posibles “ajustes de cuentas”, pero nunca se hace referencia al genocidio que sufrieron los “gitanos” durante la segunda guerra mundial, un genocidio invisibilizado.

En esta primera parte del artículo, introductoria del tema central, abordaré también lo sucedido en la Alemania nazi.

Introducción

En Italia, como posiblemente en otros países europeos, las noticias que involucran a los “gitanos” son muy frecuentes. Desde que tengo memoria son comunes los casos de incendios provocados en las llamadas “áreas nómadas” (zonas que se encuentran en las periferias de las ciudades, donde viven familias pertenecientes a las comunidades “gitanas”), en los cuales muchas veces fallecen personas. Hace pocos días, en un barrio de la capital italiana, se realizaron violentas protestas, con la participación de grupos neofascistas, contra el traslado de algunas familias roma en una estructura de acogida. Se escucharon frases como “tienen que morirse de hambre” o “hay que quemarlos a todos”. El año pasado el ministro del Interior italiano propuso censar a todas las personas de etnia roma y sinti y expulsar a quienes no nacieron en Italia. Estos datos son suficientes para mostrar que el prejuicio contra los “gitanos” sigue estando muy arraigado.

Roma y sinti fueron víctimas de un genocidio del cual se habla muy poco en Italia. En esas noticias de crónica que aparecen en los diarios locales nunca se hace referencia al Porrajmos. Siguen vigentes una fuerte discriminación y una segregación de hecho hacia los integrantes de estas comunidades.

Significado de Porrajmos; orígenes de los roma y sinti; la difusión del “antigitanismo”

Porrajmos es un término que en romaní (la lengua del pueblo roma) significa literalmente “devoración”. Esta palabra fue escogida por Ian Hancock, intelectual roma y docente universitario, para indicar la persecución y el exterminio de los pueblos roma y sinti durante el nazi-fascismo. Según Hancock, el término fue utilizado por primera vez por parte de un roma kalderash durante una conversación informal en 1993. En las comunidades sinti, en algunos casos, se utilizan términos distintos, como sintengre laidi; el término samudaripen (todos muertos, asesinato masivo) fue acuñado por el profesor Marcel Courtiade. Actualmente Porrajmos es el más extendido. El profesor Hancock comenzó a promover el reconocimiento del Porrajmos como exterminio de tipo racial en el seno de las Naciones Unidas, en base a documentos y testimonios que no habían sido considerados anteriormente (Bravi, Bassoli, 2013: 11-12).

Del Porrajmos todavía se sabe poco: la documentación es fragmentaria; las fuentes se basan esencialmente en testimonios orales. Sin embargo, se pudo demostrar que roma y sinti fueron víctimas del exterminio racial y que por lo menos 500.000 murieron en los campos de concentración. Otros fueron asesinados en las ejecuciones masivas en los países del Este, pero en este caso los datos son realmente muy escasos (Dadone, 2011: 3-4).

Todavía es muy común referirse a roma y sinti como a “gitanos”[1]. Esta palabra fue acuñada desde una visión etnocéntrica que remite a estereotipos negativos (Bravi, Bassoli, 2013: 11). Con la denominación de “gitanos” se designa a las poblaciones nómadas procedentes del este, que tienen sus orígenes en el territorio indio. Entre los siglos XIV y XV, las migraciones interesaron el continente europeo, primeramente el Mediterráneo oriental, luego la Europa central, y sucesivamente Francia, Bélgica, Italia, España y norte de Europa. Se trata de minorías particulares, y lo atípico se encuentra también en las distintas denominaciones que esos pueblos tuvieron en Europa. Los roma, los sinti y los kalé constituyen los grupos más numerosos y antiguos (Dadone, 2011: 1-2).

Las denominaciones nunca son neutras. La categoría de “gitanos” no es otra cosa que una construcción, un heterónimo; es decir, una palabra con la cual identificamos a un grupo percibido como otro, diferente de nuestro grupo de pertenencia. Como sostiene el antropólogo Leonardo Piasere (1999: 11-12), tanto los “gitanos” como los “no gitanos” son dos tipos ideales, resultado de construcciones sociales creadas y enraizadas a lo largo de los siglos. Sobre la alteridad se funda la identidad. La analogía y la contraposición son elementos que determinan y nos hacen comprender lo que somos. La invención de los “gitanos” se basa en el estigma, se refiere a un conjunto de personas históricamente desterritorializadas, desocializadas y desnacionalizadas. La palabra “gitano” es una heterodenominación repleta de desprecio, un contenedor de prejuicios. “Gitanos” es también un etnónimo; es decir, un término que identifica un grupo humano que se distingue por particulares características socioculturales, en este caso el nomadismo, y las cualidades negativas que se reconocen en ese grupo minoritario.

El Porrajmos va más allá de los acontecimientos relacionados con el fascismo y el nazismo; tiene un desarrollo transversal a lo largo de los siglos, hasta el presente; está unido a un proceso cultural europeo que tiene una relación específica entre roma y sinti, y Estado y naciones. Esta ubicación, sobre todo conceptual, sobre cómo relacionarse con el poder y con el Estado (aún antes de una ubicación física en un territorio), hizo del “antigitanismo” una categoría muy extendida, pero escasamente estudiada. Se trata de algo que es parte de la cultura europea mayoritaria, la que tiene el poder de etiquetar, categorizar, reeducar, segregar y legislar en nombre de una supuesta seguridad, a veces logrando incluir las políticas de alejamiento dentro de la falsa categoría de políticas a favor de una minoría (Bravi, Bassoli, 2013: 22).

Las persecuciones contra los “gitanos” en toda Europa comenzaron mucho antes de la llegada al poder de Hitler en Alemania. A partir del siglo XVI fueron objeto de distintos tipos de vejaciones, maltratos, y expulsiones (Tanner, 1997: s/p). La persecución nazi contra los “gitanos” se inserta en una antigua historia de discriminaciones, la cual, sin embargo, encontró en el contexto nacionalsocialista, la más radical y violenta expresión (Boursier, 1995: 364).

Consideraciones esenciales sobre el Porrajmos en la Alemania nazi

Los “gitanos” víctimas del nazismo han sido por lo menos 500.000: hombres y mujeres esterilizados masivamente, internados en campos de concentración, utilizados como conejillos de indias en pseudoexperimentos médicos, muertos de hambre, de frío, de explotación, exterminados en las cámaras de gas. Si bien la historiografía difundió esta página relativa al nacionalsocialismo, no se puede decir lo mismo de las razones que condujeron a la voluntad nazi de destrucción del pueblo “gitano”. Por lo general, se acepta la idea de que los “gitanos” fueron internados en los campos de concentración en cuanto “asociales” y “criminales”, sin persistir en que esas características, según las teorías raciales del Tercer Reich, tenían origen genético (Boursier, 1996: 5). Considerando la terminología, a veces imprecisa, la palabra “asocial” no resulta plenamente explicativa de los hechos ocurridos (Boursier, 1995: 363). En base al sistema jerárquico nazi, los roma pertenecían, junto a los judíos, a la parte más baja de la escala racial (Tanner, 1997: s/p).

En tanto el estereotipo judío fue construido utilizando también el instrumento legislativo para fomentar el odio popular, el antigitanismo siempre fue muy extendido entre todos los sectores de la población, y la legislación básicamente se adaptó al estereotipo ya ampliamente compartido a nivel social (Bravi, 2009: 24).

En Alemania, la discriminación oficial contra los “gitanos” como grupo puede encontrarse por lo menos desde 1899, cuando la policía bávara creó especialmente una Sección para los Asuntos Gitanos, que en 1929 se convirtió en Centro Nacional. A partir de ese entonces, los “gitanos” no tenían permitido trasladarse sin un permiso policial. Los mayores de 16 años, si no demostraban tener un trabajo, estaban obligados a realizar trabajo forzado en un reformatorio. Después de 1933, con la llegada al poder de Hitler, las medidas recrudecieron. Los “gitanos” que no podían demostrar su nacionalidad alemana eran deportados, otros eran internados como “asociales”. Comenzó a desarrollarse cierto interés por sus características raciales. La situación empeoró a partir de 1937, cuando fueron declarados “criminales empedernidos”; se iniciaron las detenciones masivas y se creó la Sección Especial para los “gitanos” en el campo de concentración de Buchenwald. Sus nombres aparecen en las listas de muertos de muchos campos, entre ellos Mauthausen, Gusen, Dautwergen, Natzweiler y Flossenburg. Muchas mujeres fueron víctimas de los experimentos de los médicos de las SS en Ravensbruck (Novitch, 1984: s/p).

En las Leyes de Núremberg, los “gitanos” no estaban explícitamente mencionados, sino que estaban comprendidos entre los que se definían de “sangre mixta y degenerada”. En el comentario a estas disposiciones, de 1936, Globke y Stuckart indicaron que los “gitanos” debían ser sometidos a las Leyes de Núremberg (Boursier, 1995: 366). Los “gitanos” tenían el mismo origen geográfico que los arios. Para borrar esa contradicción, el nazismo estableció que los “gitanos” representaban a “arios decaídos” (Dadone, 2011: 2).

Himmler estableció la clasificación que debía utilizarse para los “gitanos”: “gitanos puros” (Z), “gitanos de raza mixta con sangre principalmente gitana” (ZM+), “gitanos de raza mixta con sangre principalmente aria” (ZM-), y “gitanos de raza mixta con sangre mitad gitana, mitad aria” (ZM). Los métodos utilizados para perpetrar el genocidio fueron la esterilización, la deportación y el asesinato masivo (Novitch, 1984: s/p). En el libro en el que se registraban los ingresos en el campo de exterminio de Auschwitz-Birkenau, nombres y apellidos fueron luego convertidos en números de serie; para roma y sinti eran precedidos por la letra “Z” de Zigeuner (gitano) (Bravi, Bassoli, 2013: 33).

Hasta la década de 1980, el Porrajmos era entendido, por parte de Alemania, como una política de seguridad pública realizada por el nazismo; por tanto, como una práctica diferente del proyecto de exterminio racial de un pueblo, negando de esta forma todo tipo de indemnización. Sin embargo, no hay dudas de que la política de esterilización, internación y matanza masiva, que ya había comenzado a practicarse en Alemania a partir de 1933, había afectado a todo un grupo, desde los niños recién nacidos hasta los ancianos. Las razones de aquella persecución se hallaban en lo que había determinado la Unidad de Higiene Racial del Tercer Reich: la sangre “gitana” implicaba la asocialidad y el instinto hacia el nomadismo. Roma y sinti fueron primero segregados en guetos especiales, para luego ser enviados al Zigeunerlager, el sector de Auschwitz-Birkenau reservado para la solución del “problema gitano” a partir de diciembre de 1942 (Bravi, Bassoli, 2013: 12).

El Zigeunerlager, en Auschwitz, comenzó a funcionar a finales de febrero de 1943, hasta el comienzo de agosto de 1944, cuando todos los sobrevivientes fueron llevados a las cámaras de gas. En el Zigeunerlager los prisioneros vivían en condiciones particulares: separados de los demás prisioneros, los “gitanos” no eran sometidos a la selección inicial. No se pasaba la lista cada mañana, no se los integraba a los grupos de trabajo. Podría casi parecer una condición privilegiada; sin embargo, el abandono y el desinterés de las autoridades del campo implicaba la falta de comida, el frío, las enfermedades. El médico de la enfermería, Hermann Langbein, recuerda haber registrado que la tasa de mortalidad del Zigeunerlager resultaba mucho más alta que en el resto de Auschwitz. No se conocen las razones de ese tratamiento; la hipótesis más sostenida apunta a un posible proyecto de experimentación (Boursier, 1995: 371-372).

En el ámbito de las investigaciones genético-raciales sobre los “gitanos”, el doctor Robert Ritter, psiquiatra y neurólogo de Tubinga, y sus colaboradores sostenían que los factores genéticos condicionaban la existencia “gitana”. Eva Justin, asistente de Ritter, después de haber examinado a 148 niños “gitanos”, elaboró una teoría sobre la presencia, en la sangre “gitana”, del gen del Wandertrieb (“instinto del nomadismo”). La esterilización de los “gitanos” fue ampliamente practicada durante todo el período del nazismo, primero en los hospitales y luego en los campos de concentración (Boursier, 1995: 364-365)

 

(La segunda y última parte de este artículo aparecerá en la próxima edición de vadenuevo.)

         

Bibliografía

  • Boursier, Giovanna (1996): “Gli zingari nell’Italia fascista”, en Piasere, Leonardo (coord.). Italia Romaní, Vol. I, Roma: CISU, pp. 5-20
  • Boursier, Giovanna (1999): “Zingari internati durante il Fascismo”, en Piasere, Leonardo (coord). Italia Romaní, Vol. II, Roma: CISU, pp. 3-22
  • Boursier, Giovanna (1995): “Lo sterminio degli zingari durante la seconda guerra mondiale”, en Studi storici, XXXVI, n. 2, abril-junio de 1995, pp. 363-395
  • Boursier, Giovanna (1996). “La persecuzione degli zingari nell’Italia fascista”, en Studi storici, XXXVII, n. 4, octubre-diciembre de 1996, pp. 1065-1082.
  • Bravi, Luca (2009): “La ‘questione zingari’ nell’Italia fascista. La costruzione culturale di una categoria razziale”, en Vitale, Tommaso (coord.). Politiche possibili. Abitare le città con i rom e i sinti, Roma: Carocci, pp. 23-29
  • Bravi, Luca y Bassoli, Matteo (2013): Il Porrajmos in Italia. La persecuzione di rom e sinti durante il fascismo. Bologna: Emil.
  • Corbelletto, Rosa (2008): “Rom e sinti perseguitati nell’Italia fascista”, en L’impegno, XXVIII, n. 2, diciembre de 2008, pp. 71-91
  • Dadone, Federica (2011): “Il genocidio dei rom”.
  • Karpati, Mirella (1984): “La politica fascista verso gli Zingari in Italia”, en Lacio Drom, rivista bimestrale di studi zingari, n. 2/3, año 20, mayo-junio de 1984, pp. 41-47
  • Lipman, Steve (1997): “The Gypsy ‘Final Solution’”.
  • Novitch, Myriam (1984): “Gypsy Victims of the Nazi Terror”.
  • Piasere, Leonardo (1999): Un mondo di mondi. Antropologia delle culture rom. Nápoles: L’Ancora del Mediterraneo.
  • Tanner, Harold (1997): “The Roma Persecution”.

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