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LA NECESIDAD DE GESTOS DE GRANDEZA
El coronavirus y la democracia uruguaya
Por MartÃn Buxedas
Para aumentar la eficiencia de las medidas y asegurar que la ciudadanÃa mantenga su confianza en las instituciones es fundamental que los agentes polÃticos y las organizaciones sociales sean capaces de relacionarse positivamente. Eso exige gestos de grandeza, gestos que trasciendan visiones e intereses de parte y expresen confianza en los principios de la democracia.
Ya no es una novedad el impacto de la pandemia en la salud y la economÃa, incluyendo un fuerte y rápido aumento del desempleo y del gasto público. En esas condiciones se tensarán las relaciones sociales aunque no se manifiesten en la calle por el momento.
Con avances considerables en materia democrática, de derechos humanos y una capacidad crÃtica ampliamente difundida, Uruguay deberÃa estar adecuadamente dotado para alcanzar el amplio consenso necesario para enfrentar la crisis sanitaria, económica y quizás psicológica, consecuencia de la pandemia de la Covid-19.
PaÃses con regÃmenes mayormente autoritarios, en otras regiones, parecen haber tenido cierto éxito en contrarrestar la pandemia. Si nuestro paÃs no encontrara vÃas institucionales integradoras para enfrentarla, dichos ejemplos podrÃan fortalecer a las minorÃas que en las encuestas de Latinobarómetro se muestran afines a otras modalidades de gobierno, o que las aceptarÃan en situaciones crÃticas, debilitando la tradición democrática de la inmensa mayorÃa de los uruguayos.
El peor escenario serÃa entonces el de una sociedad dividida, que no pueda valorizar las ventajas de la democracia y alcanzar consensos en los lineamientos básicos de la acción polÃtica, en un ambiente caracterizado por la tolerancia y la negociación.
En este camino cabe registrar algunas señales negativas. En primer lugar, la postergación por una semana de la audiencia solicitada por los representantes de la oposición al gobierno, y la falta de iniciativa de este para crear una plataforma de intercambio y negociación que en todo caso no deberÃa interferir con la urgencia de las acciones que se deben implementar.
Por otra parte, los intereses sectoriales o polÃticos, tanto dentro de la coalición de gobierno como de la oposición, deberÃan quedar postergados en esta emergencia. En ese aspecto hay señales positivas, por ejemplo el apoyo genérico del Frente Amplio a las medidas anunciadas por el gobierno hasta el 27 de marzo. Pero también hay otras de signo contrario, como el manifiesto perfilamiento del general retirado Hugo Manini RÃos y, dentro de la izquierda y principalmente en las redes, las manifestaciones cerradamente contrarias a todo lo que dice y hace el gobierno.
El peligro de que la democracia uruguaya no encuentre una estructurada modalidad para organizar la resistencia a la pandemia en todas sus dimensiones, es no solo el de reducir la eficiencia de las medidas que se adopten y la participación/colaboración de los ciudadanos, sino también el de, eventualmente, ampliar las divisiones polÃticas y el descreimiento en la capacidad del sistema polÃtico y otras instituciones para representar a la ciudadanÃa, algo que sucedió en Chile el pasado año.
Es un riesgo, siempre hay tentaciones.
Muy de acuerdo Martin. Es hora de sumar, de hacer propuestas y de fortalecer el espÃritu democrático.
Como siempre MartÃn muy bueno y oportuno. Ve la cosa en general y de arriba. Se me ocurre que el copete se lo mandarÃa subrayado, con mayúscula y negrita a los miembros de la Mesa PolÃtica del FA.
Lei también el artÃculo sobre Nicolás Grab; siendo un documento histórico serÃa bueno enviar a Familiares y a la comisión de Derechos Humanos.
Gracias amigos por el comentario. Lamentablemente la presentación de la LUC es un gesto negativo para la democracia y la convivencia en Uruguay. En cuanto a la entrevista a Nicolás Grab, fue enviada a varias organización. Saldrá un libro con algunas referencias y una selección de artÃculos de ese hombre excepcional.