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LA IGLESIA DE ATLÁNTIDA
Patrimonio de la humanidad
Por Carlos Galceran Berenguer
El pasado martes 27 de julio, a las 9:40 de la mañana de Uruguay, durante la reunión virtual del Comité de Patrimonio Mundial, la iglesia de Atlántida, conocida como Parroquia del Cristo Obrero, obra del Ing. Eladio Dieste, quedó formalmente inscripta en la lista de bienes que son Patrimonio de la Humanidad.
Culminaba de esta manera un arduo proceso de trabajo llevado adelante por un equipo conformado por Uruguay, que se extendió por más de cinco años.
Este es un pequeño artículo que pretende dar cuenta de la noticia y de la importancia que este hecho tiene para el Uruguay, a cuenta de un artículo más extenso acerca del excelente creador y constructor que fue el Ing. Eladio Dieste.
La iglesia y el sistema de la cerámica armada
Uno de los grandes desafíos de la arquitectura y la ingeniería de la década del 40 y 50 del siglo XX, fue el diseño y construcción de cubiertas laminares que fueran capaces de cubrir grandes luces sin apoyos intermedios.
En Uruguay, Eladio Dieste llevó al límite el potencial de la cerámica armada explorando distintas respuestas estructurales para cubrir grandes espacios sin apoyos intermedios. Dieste retomó un sistema tradicional de construcción, como eran las bóvedas de ladrillo, pero con un aporte novedoso, al hacer trabajar el ladrillo en conjunto, inserto en una fina red estructural, gracias al acero y el hormigón. De esta forma, extendió las potencialidades del sistema constructivo de la cerámica, lo cual le permitió resolver diferentes tipos de estructuras en las que la forma, más allá de su innegable valor estético, contribuye de forma solidaria a resolver el desafío estructural.
Ahí radica precisamente el gran valor del sistema de Dieste: en la forma y los diferentes tipos de curvatura de las bóvedas, conjuntamente con la acción solidaria del ladrillo con el acero, lo que permite resolver el problema estructural con una particular calidad estética.
El sistema constructivo, con decenas de variaciones, creado por Dieste a lo largo de 40 años de experimentación, le permitió resolver las estructuras de distintos tipos de cubiertas, las cuales le permitían responder a diferentes programas arquitectónicos, fundamentalmente edificios industriales, pero también edificios religiosos, deportivos, terminales de transporte, edificios educativos o viviendas. En todos los casos encontramos una importante consistencia entre los principios básicos de estructuras límites, procedimientos constructivos que aceleraban el proceso constructivo de bajo costo y el resultado final de gran limpieza y calidad estética, lo que para Dieste era un imperativo ético.
Podemos decir que la iglesia de Estación Atlántida es la obra más emblemática de Dieste, que dio como resultado un espacio de una singular belleza estética, que presenta una absoluta simbiosis entre las funciones del culto, el diseño de la estructura, el espacio resultante y el manejo de la luz natural, que juega un papel fundamental.
Asimismo, el diseño y el proceso de construcción de la iglesia representan la síntesis del pensamiento de Dieste y de sus principios éticos, religiosos y humanistas, con convicciones muy fuertes acerca del compromiso social que la iglesia debía tener hacia los más vulnerables. De esta forma, se acerca a las corrientes sociales de la iglesia latinoamericana de mediados del siglo XX.
El Valor Universal Excepcional de la iglesia tiene relación precisamente con esa síntesis que representa la obra entre la tradición y la modernidad, entre lo universal y lo local. Porque no se puede pensar la iglesia si no es en relación con la realidad uruguaya, con nuestra cultura y nuestros valores sociales. Una obra realizada en una pequeña comunidad de trabajadores, como es el caso de Estación Atlántida.
Fachada principal de la iglesia. En primer plano, la entrada al baptisterio. (Foto: Carlos Galceran)
Una obra de una gran austeridad, pero que dio como resultado un conjunto de una gran belleza formal. Todo el proceso de construcción se realizó tomando en cuenta el aporte de artesanos y albañiles, muchos de los cuales eran exiliados de las guerras en Europa. Dieste tuvo en todo momento un gran respeto por el aporte de esos artesanos y artistas comprometidos con su trabajo. En particular, se destaca la formidable escultura del Cristo Obrero, obra del escultor español Díaz Yepes, de ideas anarquistas y exiliado de la Guerra Civil española, quien llegó a ser un gran amigo de Dieste.
La iglesia, diseñada y construida a mediados del siglo XX, anticipa con su planteo y la metodología de su construcción, muchos de los objetivos de desarrollo sustentable de la Unesco para 2030
El proceso de inscripción de la obra en el Comité de Patrimonio Mundial
En este momento en que el país festeja este logro, es bueno recordar el trabajoso proceso que nos trajo hasta aquí.
Todo el trabajo comienza con la inscripción por parte de la Comisión de Patrimonio Cultural de la Nación (CPCN) de varias obras de Dieste en la Lista de Patrimonio Mundial, paso previo para cualquier solicitud de candidatura como patrimonio de la humanidad.
En 2015, se conforma un equipo de trabajo liderado por el Dr. Arq. Ciro Caraballo de nacionalidad venezolano-mexicana, uno de los mayores expertos en la obra de Dieste. El equipo contó con el apoyo y auspicio del Ministerio de Educación y Cultura y la CPCN para iniciar el proceso. Con el financiamiento del programa “Keeping it Modern” de la Fundación Getty se realiza un exhaustivo expediente acerca de la iglesia de Atlántida, que incluye un análisis en detalle del templo en todos sus aspectos y el diseño de un Plan de Manejo, trabajo que culmina en 2017.
En paralelo, se desarrolla un interesante programa educativo en las escuelas primarias para acercar la obra de Dieste a los niños a través de juegos que permiten la enseñanza de la geometría, las matemáticas y otras disciplinas.
A partir de ahí, se conforma un equipo de trabajo con miembros de la CPCN, entre los cuales me incluyo, y de la Fundación Dieste, trabajando en conjunto con la Intendencia de Canelones y las facultades de Arquitectura e Ingeniería de la Universidad de la República y con la empresa Dieste y Montañez.
La Intendencia de Canelones realizó las adecuaciones urbanísticas que eran un requisito para la inscripción de la obra.
Este equipo presenta finalmente, en febrero de 2019, un expediente de más de 300 páginas con todos los aspectos y detalles solicitados por la Unesco. Entre estos aspectos, se incluye un Plan de Gestión de la iglesia integrado por cuatro líneas estratégicas que se componen de 70 proyectos a realizarse para la gestión y el mantenimiento del bien con un horizonte de 2035. El expediente es presentado a Icomos (International Council on Monuments and Sites), comité asesor de la Comisión de Patrimonio Mundial. Este comité, constituido por expertos de todo el mundo, sometió el expediente de la candidatura a un riguroso análisis que incluyó la venida de un experto a Uruguay en setiembre de 2019.
En noviembre de 2019, el Dr. Arq. Ciro Caraballo y yo viajamos a París, sede de Icomos, para realizar en vivo la defensa de la candidatura de la obra de Dieste ante el comité de expertos; un paso previo al dictamen de Icomos frente al Comité de Patrimonio Mundial.
La pandemia demoró un año la decisión de la Unesco, dado que en 2020 no se realizó la convención anual para el estudio de nominaciones, la que finalmente se concretó este 27 de julio.
Conclusiones
Esta nominación se suma a las dos anteriores obtenidas por Uruguay que integran la lista de Patrimonio de la Humanidad: el casco histórico de Colonia del Sacramento, en 1995, y el Paisaje Cultural e Industrial de Fray Bentos, en 2015. Asimismo, Uruguay posee dos nominaciones en la lista de Patrimonio Inmaterial: el Tango, en conjunto con Argentina, y el Candombe.
La nominación de la iglesia de Atlántida es de absoluta justicia, ya que toma en cuenta el carácter innovador del sistema constructivo, pero también la calidad del conjunto arquitectónico y el conjunto de valores y principios éticos que lo inspiraron.
Una obra que se realizó con una gran austeridad en la utilización de los recursos, haciendo un reinterpretación de las corrientes de la arquitectura moderna, pero integrada absolutamente al ser uruguayo. No sería posible concebir esta iglesia fuera de Uruguay.
Luego de la inscripción, el actual Ministerio de Educación y Cultura ha realizado diversos actos de conmemoración. Lo que no debería olvidarse es que las políticas sobre Patrimonio deberían ser políticas de Estado y suponen una continuidad más allá de los partidos políticos que se encuentran a cargo del Gobierno. De hecho, en este caso, todo el proceso de trabajo para la candidatura transcurrió durante el anterior gobierno. Por lo tanto, habría sido una buena señal que las actuales autoridades hubieran tenido en cuenta en el reconocimiento y en los actos realizados a todos quienes integramos el equipo de trabajo que permitió alcanzar este logro, algo que no ocurrió.
Otra vez más, felicitaciones Carlos!!
Muchas gracias Alejandro