Compartir

AL PIE DE LAS LETRAS

 Publicado: 01/08/2018

Compota de poesía perruna


Por poetas del proyecto “En el camino de los perros”


1. SANTIAGO PEREIRA
V I DA C AMA L E ÓN

Un camaleón emerge de un semáforo
captura con sus fisonomías las finas vibraciones
despliega con su cola un hipnótico espiral

otro camaleón yace muerto sobre el mismo semáforo
para que otras manos se afiancen
se hamaquen en su lengua y rocen el pedregal

Delimitan las baldosas una sociedad siniestra




2. NAHUEL HERNÁNDEZ
Los poetas

Los poetas
no podemos ser arena en la playa,
no podemos ser gotas de agua en el mar,
podemos y debemos ser
granos en el medio del culo,
debemos romperle el orto
a estos ignorantes de mierda,
debemos denigrar
el analfabetismo choto de la juventud posmoderna,
debemos sexiar, drogar y rockandrollear,
nos tenemos que tocar los pitos.

Compañeros y compañeras,
poetas y poetos,
niños y putas,
putos y niñas,
la concha de tu madre
y el culo de tu padre,
ciegos y ciegas,
perros y perras,
pedos y eructas

Debemos revolucionar la literatura,
debemos follarnos duro a la RAE,
debemos ser literatura,
debemos ser transexuales,
debemos ser un Pepe Guerra,
debemos ser un Sapo Ruperto,
debemos ser poetas,
jugar basket, chupar vino
y donar plata a las whiskerías,
debemos ser un Hoski, un Neruda,
debemos asaltar un Abitab
para publicar poemarios,
debemos ser nuestras líneas,
debemos escribir
y pasarnos de la raya...
del renglón,
debemos ser uno con la poetry...
pero uno bien grande
así nos cogemos a todos




3. MARÍA VIRGINIA FINOZZI
Cuerpos como metáforas apuñaladas

Esto resulta más fácil de lo que pensé
hay una idea cristalinamente genial
dándose de cabeza en las paredes de mi mente
le prendería la luz
pero no alcanzo el interruptor
y no consigo pararme
poner los pies en la tierra
no voy a articularla en palabras
o hacerlo discurso con o sin lógica
porque nadie la va a escuchar
es tan jodidamente abstracta
y no se puede tocar
le voy a atar una piola al tobillo
y hacer que se concrete
ideas concretas fáciles transmisibles
abrazables como cuerpos
los gestos de la gente cuando se entiende
y se reconcilia y se abraza
y la piel también se comprende
y se hace tangible
a veces.




4. FEDERICO MACHADO
Jezabel
o cómo alumbrar los espacios ascendentes


Bajo un escalón.
Nada en las manos.
Bajo un escalón.
La corbata en el cuello.
Bajo un escalón.
Las manos frías.
Bajo un escalón.
Me pesa el cuerpo.
Bajo un escalón.
Pienso en mis hijos.
Bajo un escalón.
Pienso en mi padre.
Bajo un escalón.
Me tiemblan los ojos.
Bajo un escalón.

Encuentro el piso.

Encuentro la luz del primer amanecer.

Encuentro la puerta.

El cielo es naranja.

Encuentro la calle.

El aire es cálido.

Encuentro el asfalto.

Hay más sonidos que la sangre corriendo en mi cuerpo.

Me tumbo en la vía.
     Soy otra línea amarilla.
          Recuerdo una casa.
               Recuerdo una risa.
                    Recuerdo el sonido de una escopeta.
                         Recuerdo un árbol amarillo.

                              Recuerdo unos dientes, también amarillos.
                                   Recuerdo las hojas cayendo del árbol.
                                        Recuerdo los dientes cayendo un verano.
                                             Recuerdo unos ojos del color del río.
                                                  Recuerdo una tarde que fue como un año.
                                                       Recuerdo los peces.
                                                            Recuerdo las cañas.
                                                                 Encuentro el sol aturdiendo mi cara.
                                                                      Y no recuerdo más.




5. GUILLERMINA SARTOR
I Aclaración (al despuntar el día)

me gustaría dejar algo en claro
no sé a quién le estoy hablando
las palabras se ahogan todas

no es aire el basural de esta boca desoída
el agua corriendo se oye más como silencio
que todas estas caras con gesto mudo

dispongo de tantas palabras como dientes
pero este idioma nunca es suficiente

tener la mente debajo de la lengua
nos hace pensar que nadamos
que los peces nos siguen
en la coreografía de nuestra boca moviéndose

solo están exhalando

voy a imitarlos dejar
que este último respiro se vaya en burbujas
tal vez alguien en la superficie
tire la línea al mar


II Contrarreloj (a plena luz del día)

me estás hablando de la costa
de la belleza de la transparencia
sentís, decís, que las olas son
el eco de las mojarras

yo aprovecho y te miro a los ojos
parecen estar hechos de agua
aunque sean oscuros
como el humus, la tierra

yo asiento pero pienso
que no es justo que me invites a nadar
ese no es nuestro hábitat, pienso
ni siquiera puedo respirar en un espacio
si lo comparto contigo, pienso
que tus palabras más que besos son redes
te digo es cierto, pero pienso

los peces no deberían existir
los peces son cada momento
en el que pienso en vos como en el aire
-que no inhalo- y no puedo
decir algo mejor que es cierto, lo veo tan claro

porque no decido lo alto del mar
en las olas cuando
irrumpen cuando quiebran
la soledad inútil quiero
que soples los verbos
las palabras inéditas

pero que no me invites al mar
no me hagas nadar sobre el polvo
que queda en la orilla
cuando la marea regresa a su centro




6. ISABEL RETAMOSO
El amante imaginario

La carne es triste y tiene grabadas las letras que destilé a lo largo del año. La carne es triste, repito, mientras paso las uñas largas por los muslos, mientras siento con la yema las hendiduras metálicas de las palabras engarzadas en la piel.

La carne es triste y muerde cuando empiezan a clavarse los faroles ceremoniales, cuando empiezan a derretirse los malvones contra el piso, cuando me queda en las manos el pegote de la cebolla rabiosa. Y gira, supergira, da vueltas la sangre maniática por mis huellas dactilares, baja por mis piernas, bautiza mis pies empobrecidos. La carne es triste y brilla, con el aceite de la saliva, con los recuerdos que se borran, con las heridas sulfúricas gangrenándome los músculos y yo, que miento—tu paz no me importa, tu verdad no me importa, tu reposo espiritual no me importa— y yo, que miento, y yo, que fijo, y la carne, la carne que es triste y se bambolea y se pega contra todos los pares de manos todos los pares de pechos todas las caras y yo

              me acuerdo de la sombra de tus dedos
    yo
            conozco cada uno de tus granos
            conozco
    y te sueño pálido y con el abrazo agrio del sudor que yo pinté en la almohada
            quiero que me derruyas
             las encías
             y que bebas de mis manos
                  la vida que te estoy cediendo.

Si querés, un día de estos, nos podemos volver a ver. Caminar, un poco, por la rambla, como si fuéramos de los que hacen esas cosas, como si no prefirieras estar en tu cuarto pegado a la pared. Podemos tomar algo, una cerveza, fingir simpatía, llegar a reírnos. Podríamos vernos, un rato, ignorar el pasado, el hecho de que me odiás, que yo te odio. Recordar anécdotas que nunca, nunca fueron nuestras. Acostarnos en algún lado, al aire libre, dejar que el pasto nos enrede, que se nos escape por la boca, que nos atraviese los sexos, que suban las hormigas por la podredumbre de nuestros órganos, que nos trague entero el inframundo, y sentir, mientras enredamos nuestros dedos, como nuestras uñas nos desgarran las palmas, sangrar hasta supurar la placenta masticada de nuestras madres, compartir un largo beso, a la sombra de un tilo- mi amiga me dijo que dan linda sombra, que es fácil dormitar debajo de ellos. Y entregarnos superfluos a la acidez de nuestros cuerpos, combinar las ínfulas de nuestros pechos.

Que me rompas la pollera, desgarres la tela como te quiero tener desgarrándome el estómago. Y morder, sin ganas, los restos secos de mi cariño, mis plantas sucias, que baje tu saliva antibiótica por mi garganta, espesa, que se enrede tu palabra en mis nervios oculares, que me cures la ceguera que la agorafobia me regaló.




7. JENIFER RAMOS LEMOS

{Dios, hoy no... hoy no me ignores. Hoy sentime... hoy más que nunca me vas a escuchar. Hoy no descarriles de lo que yo pienso... Vas a ver que no te va a gustar. Y más que nunca me vas a odiar.}

Nos dicen
que Dios es inmortal.

Yo pretendo asesinarlo
cuando esté acostado con alguna prostituta.

Nos dicen
que vivirá para siempre.
Yo quiero vivir para siempre.
Y quiero,
que las horribles calles montevideanas
por las que mi destino me hace caminar
desaparezcan.

Nos dicen,
que él nos puede hacer libres.
Pero más que libres,
nos va a encerrar
en la biblia
y en la virginidad.

Nos dicen
golpeándonos la puerta
que podemos tener un amigo,
que nos hará ser misóginos,
que los hará ricos.

Nos dicen
que nadie vio a Dios.

Yo lo vi,
el otro día,
cuando pasaba por Millán y Garzón
y se llevaba a su preferida.
Ayer,
ayer Dios me llamó
y se quejó
de este momento

de verme parada
recitando
sus engaños.
Me gritó que me vaya
que no lo haga
si no, no me querrá más.
Y promete, una riqueza tan grande
como la que tienen sus pastores
de ovejas falsas.
Le digo que se esfume.
Acá yo voy a seguir hablando
de vos,
sí,
de vos

de cuando te llamé
y no me escuchaste
de cuando te pedí
y nunca me diste.

De cuando te di,
tanto,
tanto tiempo
tanta niñez,
tanta juventud
te la rendí
a tus pies
que no deberían existir
si sos un espíritu.

Y me miraste de reojo
riéndote de mi adoración
y me echaste
no me quisiste ver más
educando nenes con mentiras
cantándote a vos,
sí, que sabés que no existís.
Y entregarte 30 minutos de todas mis mañanas
leyendo tu supuesta palabra.

Y no lloré
y me fui
y no volví

y me quisiste llamar
y no quise ir
a escuchar de nuevo tus mentiras.
Vos lloraste,
creíste que las creería de nuevo,
y no,
no te creo más.




8. LUCAS RODRIGUEZ BERROSPE
Charla y nada más

Allí sentados, debajo del árbol,
la música no es más que un susurro.
Las palabras flotan de una boca a otra
como la brisa que sacude tu cabello.
A nuestras espaldas, un concierto culmina.
La gente comienza a partir a sus casas
a la par que lo hacemos nosotros.

La caminata con bocinazos de fondo
no podrá cortar la profunda charla.
Una charla que te vuela la cabeza,
que te hace danzar junto a la Luna.
Esa que ilumina nuestro pequeño momento.

Una mesa y un par de tazas de café,
para luego volver a las calles.
Para mirarte a los ojos,
para despedirme una vez más,
luego de que no sucediera nada,
y a su vez…
Sucediera tanto.




9. ROMINA SERRANO

mi amor que duele y le he dolido

hay un hombre grande y fuerte
su mano se enlazaba con la mía
sus labios ocupaban exactamente
el mismo espacio que los míos
todo en el aire que nos rodeaba
era admirable
pero había que comer
los platos
se disponían amables
exponiendo en la mesa
sus senos desnudos
para amamantarnos
nosotros estábamos allí
con la ayuna desesperando

pues sabíamos que al amor y a la mesa
había que ir con hambre




10. FLORENCIA BRAGUNDE
Las 3

«Nos vemos, me voy a comer que todavía no lo hice y ya son las 3.» Dije y pensé, pensé en ese niño de ojos color tristeza de la calle Uruguay que limpiaba vidrios y pedía una monedita. Una monedita no sé bien para qué, o quién. Capaz pedía una monedita porque era un lunes a las tres, y quería comer. Porque desde el sábado a las tres no olía ningún pedazo de nada, ningún grano de no sé qué. Porque desde el sábado a las tres no paraba de gruñir sus entrañas, como cuando gruñía su voz, cuando le decías que no tenías monedita. Una monedita no sé bien para qué, o quién. Hoy es martes y ya son las 3 y me pregunto si ya habrá ido a comer, o seguirá en el anhelo de volver a oler.

Y yo con mi bolso cargado de libros, y algún que otro sueño mezclado entre las hojas, no puedo evitar preguntarme si ese niños ojos color tristeza toca algunos, los lee y se enamora. Porque sería una tristeza aún mayor que la que reflejaban sus ojos, que sólo tuviera tiempo para pensar que ya eran las 3, pero aún no se iba a ir a comer.




11. CAROLINA SILVA RODÉ
Los marcianos

A Noam Chomsky,
con agradecimiento.



¿será posible que en el universo
para cada criatura existente
que sepa que existe

(es decir que a veces mire sus pies
por lo menos una vez en su vida
o su pedazo equivalente
el pedazo de su cuerpo que sea a su especie
lo que a la nuestra son los pies
y diga «existo»)

que para cada una de ellas
haya un instante
asignado
de todos los instantes que constituyen el tiempo?

¿alcanzará, para todas ellas, el tiempo
para las infinitas vidas que son, que fueron y que serán?
pero, ¿qué infinito es mayor
y cuánto dura un instante?

¿será posible, ya que no es probable
que cada instante asignado
ocurra en la vida
de a quien se le asigna?
¿que haya un dios
o unos dioses
o una administración universal de ganadería, agricultura y distribución de instantes
llena de dioses que trabajan afanosos
para que cada una de ellas
nosotras, criaturas autoconscientes
con pies o equivalentes
vivamos nuestro instante?

(descubrió juan humano, tras largos años,
en intensa investigación,
que el marciano es un idioma sintético
con marca genitiva morfológica)

(aquí otro paréntesis
de naturaleza lingüística:
¿será cada letra inicial
la novia de cien años?)

porque si es posible, aunque no probable
si eso existe y eso funciona
en la avenida eugenio garzón
pero del universo expansible todo

entonces quizás mi instante
haya sido este
en que el devoto de santa mónica
fue terriblemente perverso
y mi mente trenzó
ocho o nueve cosas en un pavor
irresistible
que me impidió
disfrutar
mi remoto privilegio de reconocer
de vivir
y sobrevivir
mi instante asignado

En el camino de los perros es un colectivo abierto y autogestionado de poetas adolescentes y jóvenes, creado en 2015 por Miguel Avero, Santiago Pereira y José Luis Gadea, “Hoski”, a partir de la experiencia de los talleres de Orientación Poesía. Mediante la cooperación, este proyecto busca la generación de espacios propios de edición, difusión y aprendizaje para nuevos creadores de todo el país: la curaduría de una antología virtual de poesía ultrajoven (15-20 años) con más de 40 autores publicados, la creación de un espacio virtual de intercambio (utilizando la red social Facebook), la realización de un ciclo mensual de lecturas en bares y casas culturales de Montevideo, la participación en el taller de estimulación a la lectoescritura poética para adolescentes Orientación Poesía (realizado en Educación Secundaria de Montevideo y Canelones desde el año 2012), y el acceso a congresos, concursos y festivales poéticos. Tanto en las modalidades presenciales como virtuales, este proyecto apuesta a una educación en arte enfocada en la propia producción de los adolescentes y jóvenes, haciendo hincapié en la formación del juicio estético personal en el marco de la diversidad y el respeto por la diferencia, y en la certeza ética de que la producción artística (y los conocimientos que la rodean) deben ser democratizados. En 2018 se edita En el camino de los perros, antología crítica de poesía uruguaya ultrajoven (Estuario, coordinada por Hoski), libro que reúne la poesía de 26 autores menores a 23 años y una serie de ensayos críticos sobre ella, proyecto que fuera seleccionado por los Fondos de Iniciativas Juveniles (FIJ) del INJU en 2017.

2 comentarios sobre “Compota de poesía perruna”

  1. Conozco la poesía de Nahuel Hernández, ese joven verborrágico, que inventa y recrea una nueva forma del lenguaje, que conduce muy bien la ironía y la irreverencia, un talento.

  2. Me he puesto a pensar en la poesía y la prosa poética de los autores que escriben màs arriba. Y me han gustado muchos. Por ejempo: Jenifer Ramos, Florencia Bragunde, detc. No he sentido lo mismo por Nahuel Hernández. No me gusta lo que escribe. Sinceramente, no es poesía.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *