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LA MANO URUGUAYA
El real valor de “Los dedos” de Punta del Este
Por Omar Sueiro
“Los dedos”,[2] del chileno Mario Irrarazábal, es la escultura más popular de Maldonado y quizá del Uruguay, lugar que naturalmente no dejan de visitar quienes llegan a la playa Brava de Punta del Este: no hay pareja que allí no se haya sacado una fotografía reafirmando su amor imperecedero, niño que no se haya trepado a su gordo pulgar, atleta o ciclista que no pretenda eternizar entre esos “dedos” el día que logró la meta que se había propuesto: ¡llegar a la Punta!
Si bien en algún tiempo la hubo, ahora no vimos en el lugar inscripción ni aviso alguno que mencione su nombre. El autor chileno de la idea, que luego los trabajadores uruguayos transformaron en monumento, la había llamado “Hombre emergiendo a la vida”, o simplemente “La mano”; con el tiempo fue definitivamente bautizada por el público como “Los dedos de Punta del Este”.
La idea del artista fue la de concretar con esa obra un mensaje de esperanza, aportando para ello una escultura que representara una mano natural, tan natural que el propio artista, en los últimos cinco días de su ejecución, le dibujó las huellas digitales.
De hecho, en las imágenes de la época se ve claramente cómo se trata de una mano que al elevarse desde el médano, en ese gesto, derrama la arena en una notoria actitud dinámica.
En definitiva, se trata de una obra de arte que, en función de su proceso constructivo, resultó también ser una síntesis de múltiples tareas y habilidades propias de la industria uruguaya de la construcción.
El Arq. Fulco explica que uno de los objetivos de la muestra es arrojar luz sobre la génesis de la escultura y, en función de ello, llegar a importantes conclusiones respecto a la importancia de la polifacética actividad de la construcción que podría generalizarse a la totalidad que hoy significa Punta del Este.
Como participante directísimo de las obras, entiende que corresponde hacer aclaraciones sobre el origen y el desarrollo de estas, contrarrestando algunas versiones que notoriamente no se ajustan totalmente a la realidad de los hechos.
La observación más trascendente, por la importancia del medio que la propala -Wikipedia- es la que sostiene: “Aunque Irrarazábal (el autor de la idea) tuvo el verano entero para completar el proyecto, consiguió acabarlo en seis días, a pesar de afrontar retrasos menores debido al fuerte viento del suroeste que es común en Punta del Este. Los dedos de plástico fueron reforzados con barras de hierro, enrejado de metal, y un solvente resistente a la degradación cubriendo el plástico en el exterior”.
Felizmente, Wikipedia es un medio muy serio y explicita que la fuente de la información es una nota promocional sobre el turismo en Punta del Este del diario La Capital, de Rosario, del 2 de noviembre de 2008 que recoge una versión sin dar datos sobre la fuente.
Sin duda, es posible que Los dedos por su valor artístico y su trascendencia popular pueden dar lugar a creaciones fantasiosas sobre su origen, pero este caso, como otros de similar o mucha mayor relevancia, son el producto de la creación y el esfuerzo técnico y físico humanos.
En suma, para redondear el tema, el Arq. Fulco nos dice:
“Los Dedos, como Machu Picchu y las Pirámides de Egipto, fueron construidos por los mismos 'extraterrestres': estos se denominan 'Trabajadores' y provienen del planeta 'Construcción'. (Énfasis propio).
Son los mismos que construyeron y siguen levantando, ladrillo a ladrillo, la valiosa realidad que significa el balneario; es por ello que propone que Los dedos sea presentada, ¡también!, como un merecido homenaje a la multitud de trabajadores de la construcción -en todas sus especializaciones- que con su labor generaron Punta del Este.