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LA VOTACIÓN EN TORNO A LA LUC
En pos de una nueva hazaña
Por Fernando Rama
Si bien no existe aún un pronunciamiento formal de la Corte Electoral, es un hecho que el referéndum destinado a derogar 135 artículos de la Ley de Urgente Consideración (LUC) tendrá finalmente lugar. Ha culminado el proceso de contabilizar las papeletas presentadas, dando como resultado una cifra muy cercana a las 800.000 firmas. Dado que el porcentaje de voluntades populares anuladas en este tipo de instancias suele ser bajo, es seguro que en próximas semanas se anunciará oficialmente la fecha en que la ciudadanía deberá concurrir a las urnas a los efectos de pronunciarse.
Se trata de un logro que muchos de nosotros estábamos lejos de esperar. La militancia de base, la conversación boca a boca, las múltiples mesas desplegadas a lo largo y ancho del país, lograron una hazaña que ya podemos contabilizar entre los grandes logros del pensamiento progresista uruguayo, como un signo de la salud del sistema democrático del país. Si a ello le agregamos una importante participación de sectores juveniles en la recolección de firmas, estamos en condiciones de afirmar que el futuro es auspicioso.
Es evidente que los componentes de la coalición gobernante fueron sorprendidos por este nuevo ejercicio de democracia directa y se ven obligados a defender una ley que en definitiva reedita, con numerosos matices, las intenciones del expresidente Lacalle Herrera a comienzos de los años 90. Esto no significa que las situaciones sean equiparables. La legislación crudamente neoliberal impulsada por el padre del actual presidente no contaba con una fuerte coalición de partidos que la respaldasen. De hecho, el Partido Colorado de aquellos tiempos terminó oponiéndose a la ley, que naufragó escandalosamente.
Ahora el movimiento popular enfrenta un panorama mucho más difícil. Por un lado, los miembros de la coalición ya han declarado que defenderán la ley a capa y espada. Por otro, no es posible minimizar el poder publicitario que rodea a Lacalle Pou. De todos modos, no podrán evitar la discusión pública y abierta de una ley artera de dudosa constitucionalidad.
Se trata, pues, de desenmascarar los contenidos de una ley cuyo contenido nunca fue anunciado durante la campaña electoral, que por ser de “urgente consideración” debió pasar por una discusión parlamentaria acotada y con desconocimiento de la mayoría de la población. Ya se sabe que los contenidos de la ley son públicos a través de los correspondientes medios oficiales, pero el lenguaje técnico del articulado no es fácil de desentrañar para la mayoría de los mortales y los inmortales.
Vamos entonces por otra hazaña, similar a la ocurrida en ocasión de la votación frenteamplista en la segunda vuelta de las pasadas elecciones nacionales. Será preciso recurrir a todos los instrumentos disponibles, inclusive una fuerte campaña publicitaria en los canales de la Asociación Nacional de Broadcasters Uruguayos (Andebu). El “andebuísmo” contribuyó, como es habitual, a oscurecer las cosas durante el trámite parlamentario, no solo acotando la información, sino recurriendo a afirmaciones fuera de contexto relacionadas con cada uno de sus contenidos. El líder de Cabildo Abierto, Guido Manini Ríos, ya ha declarado que está dispuesto a debatir, y resulta indudable que la confrontación de ideas en debates diversos cumplirán un papel muy importante. Pero lo fundamental será, al igual que en el caso de la recolección de firmas, la militancia de base; esa militancia que solo el PIT-CNT, el Frente Amplio y diversos colectivos sociales pueden desplegar.
No es posible desligar este tema de las recientes declaraciones del expresidente Sanguinetti en torno al fideicomiso necesario para realizar diversas obras públicas de interés para el departamento de Canelones. Pero lo más preocupante es la manifiesta intención de recrear la coalición en el ámbito canario. Se trata de una operación peligrosa, dada la capacidad política del exmandatario. Una capacidad política alimentada por su inveterado odio al marxismo, que él identifica alevosamente con el Frente Amplio, un odio algo inexplicable si se tiene en cuenta que sus acciones pueden llevar a una posición cada vez más declinante del Partido Colorado, casi reducido a un papel testimonial.
Si bien la discusión que se avecina es importante para el Frente Amplio, no lo es menos para la coalición gobernante. No deja de llamar la atención, en este sentido, la reaparición de Lacalle Herrera como defensor privilegiado de la LUC. Sabiamente escondido durante la campaña electoral pasada, reaparece ahora para confirmar lo que afirmáramos más arriba: la LUC es un derivado directo de una ley privatizadora que el pueblo ya rechazó.
Quienes pregonan desde el gobierno que el referéndum es similar a una elección de medio término, olvidan que no fue el FA la fuerza política que promovió la inédita ley ferrocarril. Y si realmente se pudiera asemejar, el elenco gobernante no tendría porqué temer, ya que las encuestas favorecen a Lacalle Pou, más allá de que se trate de encuestas que dejan mucho que desear desde el punto de vista técnico.