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COVID-19 CON FACTOR INCONTROLABLE EN URUGUAY

 Publicado: 02/06/2021

“Estamos cada vez peor. ¡Hagan algo, por favor!”


Por Omar Sueiro


En el núm. 150 de Vadenuevo, a principios de febrero, vislumbrábamos que la situación sanitario-económica superaba a un gobierno más ocupado en mantener la cohesión interna de la coalición que preocupado por combatir a la formidable fuerza que el enemigo invisible nos tiraba encima.[1]

Lamentablemente, el desarrollo de la enfermedad ha tenido tal virulencia, y los daños inferidos al país son de tal magnitud, que parecen haber pasado mil días en lugar de los cien realmente transcurridos desde aquel momento. “Poco a poco, la supuesta tranquilidad gubernamental se ha ido diluyendo al influjo del inesperado crecimiento de la pandemia y el aumento de reclamaciones económicas de sectores perjudicados por las medidas sanitarias”, decía el artículo. Además se señalaban las primeras diferencias entre los componentes del conglomerado gobernante frente a dificultades que crecían con la evolución negativa de la pandemia.

Los números del terror

La tragedia real fue mucho peor que lo que se vislumbraba. La multiplicación de enfermos y de fallecimientos tomó dimensiones terribles. Baste mencionar la mortalidad, que en tres meses pasó de 500 a 2326 multiplicándose por 4,65, y saltó al mes siguiente a 4.022 con un factor de 8,04 en 4 meses.

Este empuje del virus, anticipado por los científicos, produjo advertencias y recomendaciones del Grupo Asesor Científico Honorario (GACH) al Poder Ejecutivo (PE), aconsejando ajustes en las medidas anti pandemia, con una clara orientación a limitar la movilidad.

El gobierno

Con el correr del tiempo se fue haciendo evidente cierta altanería en la actitud de los responsables del gobierno, tanto frente a las recomendaciones del GACH como ante las observaciones y ofertas de negociación de la oposición. Esa actitud de exceso de confianza y autocomplacencia por los aciertos políticos que habían convertido hasta ese momento al Uruguay en ejemplo en el enfrentamiento al coronavirus, fue alejando al PE de las recomendaciones del GACH, olvidando incluso que su creación había sido la mejor de sus decisiones.

En nuestra publicación de febrero se reprodujo parte del análisis del periodista de Página 12 Washington Uranga, genérico, pero que se ajustaba muy bien al enfoque concreto -comunicacional y “marquetinero”- aplicado por el gobierno uruguayo para manejar el problema pandémico: “En el ejercicio del gobierno y de la política, gestión y comunicación son tan indisociables como dos caras de la misma moneda. No se puede gestionar sin comunicar, no se comunica cuando no se gestiona. En este último caso, se puede hacer marketing pero […] Es falso que el marketing comunicacional todo lo puede, suplir una mala gestión o disimular los errores [… aunque] en algunos casos, puede ayudar a ganar elecciones y hasta permitirle a un mendigo político vestirse de elegante modelo de época”. 

Uranga demuestra que arrogancia e ignorancia de la realidad no son buenas compañeras para un gobernante y lo pueden llevar a cometer errores: creer que en Uruguay el virus había sido derrotado definitivamente y no habría problemas para conseguir las vacunas, porque Uruguay tenía prestigio de buen pagador y no existiría urgencia dado el nivel de control conseguido.

Nuestra mirada culminaba reproduciendo un comentario de Diego Armando Maradona: al gobierno “se le escapó la tortuga”. Nosotros agregamos que en realidad eran dos, las tortugas: la epidemia y la vacuna.

La oposición 

La sensación es que una buena parte de los frenteamplistas adoptó una actitud frente a los “multicolores” que podría resumirse así: “Ah, querían ser gobierno. Bueno, ahí tienen, gobiernen ahora”, mientras se mira desde afuera, esperando.

Otros -por ahora nos parece que muy pocos-, adoptaron una posición opositora (y desganada).

Otra parte de los dirigentes y los sectores cuidaron de no ser arrastrados ni por una ni por otra posición, evitando ser tildados de “colaboracionistas”, ofreciendo al gobierno cierta ayuda condicionada -aunque sin mucho entusiasmo- y tratando de no aparecer como opositores que utilizan políticamente a su favor a los muertos de la epidemia.

Y todos, de una manera u otra, esperando prudentemente mientras se van aclarando las líneas internas y emergiendo los futuros líderes.

Los científicos

Comenzaron a aparecer diferencias entre los responsables políticos y los asesores científicos honorarios, evidenciadas por trascendidos de molestias tras decisiones inconsultas o contrarias a lo aconsejado.

En lugar de atemperarse con el correr del tiempo, las diferencias fueron creciendo en forma sorda y subterránea, hasta días atrás cuando se publicó en el semanario Búsqueda una entrevista al coordinador del GACH, Rafael Radi,[2] que se manifestó de manera directa y concluyente.

Abril no se blindó”, sostuvo el científico. El gobierno y la sociedad perdieron la “oportunidad” de blindar abril y, sin más medidas, “nos puede ir mucho peor todavía”, enfatizó. Ese era el momento de volver a marzo de 2020 por unas “tres o cuatro semanas” para acoplar el proceso de vacunación con una baja de la movilidad.

Sin nuevas medidas “disruptivas”, un “escenario posible” es “que nos vaya peor por un tiempo”, agregó. Hay países con porcentajes altos de vacunados con CoronaVac o similares “que han tenido crecimientos de infectados muy grandes”.

A diferencia del pronóstico que maneja el ministro de Salud Pública, Daniel Salinas, el criterio de Radi es menos optimista: el país está “lejos” de alcanzar la inmunidad de rebaño, pese al avance de la vacunación. Destacó la alta circulación viral y subrayó que las medidas tomadas por el gobierno no fueron “suficientes” para bajar los contagios.

El experto señaló que no se puede ser “dogmático” con las definiciones y que “hay que apagar” y “chau” para retomar el control del virus.

Hay que pensar que estamos vacunando a una buena parte de la población, incluyéndome a mí mismo, con una vacuna con una efectividad en el entorno de un 55% y 60%. Si vos vacunás al 70% de la gente con una vacuna que tiene el 60% de efectividad, estás logrando inmunidad en el orden del 42%, porque hacés 6x7 igual a 42”, explicó. “Con la plataforma de vacunas que tenemos nosotros y pensando en escenarios de posibles nuevas variantes, no me resulta obvio que Uruguay pueda conseguir la inmunidad de rebaño en meses”, afirmó.

Señaló también que la mayoría de los vacunados recibieron la inyección de CoronaVac, un fármaco de virus inactivado que está teniendo “enormes dificultades para bajar el número de casos” en Chile y en San Pablo. 

Para lograr una mayor eficacia “Uruguay debería considerar aplicar una tercera dosis a los vacunados”, acotó.

No es tocando una cosita u otra cosita u otra cosita” que se retoma el control de la situación. “Porque hoy es tan grande la circulación que si cerrás una cosa y no la otra, lo que bloqueás por acá se te traslada por allá”, agregó. “Si bien nosotros en un momento planteamos que las medidas podían ser escalonadas, hoy lo que hay no es suficiente. No fue suficiente”, subrayó. 

Tiene que haber un momento en la marcha de esta epidemia en el que hay que decir «ahora bajo la térmica»”, expresó Radi. 

Opinó que es “muy incómodo ver otros sectores de actividad funcionando con la educación cerrada”. 

Resumió afirmando que “estamos lejos de que la epidemia se termine, cada uno de nosotros tiene muchas chances de infectarse y pasarla mal”.

¿Seguirá el país haciendo lo mismo?

2 comentarios sobre ““Estamos cada vez peor. ¡Hagan algo, por favor!””

  1. Excelente artículo Omar!, Lamentablemente el presidente lleno de soberbia conduce este tren y me hace acordar la película Runaway Train

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