AL PIE DE LAS LETRAS

Poemas

CULTOAPERIÁ

Quien nombre al aperiá estará a salvo
su inocencia lo inviste
tótem de eco guaraní, canto niño
mismo politeísmo
de subsuelos mineralizados
arroyos claros
concordia de sauce tibio

Quien dice aperiá dirá aguará guazú
y uruguay como un hermano
invocará iporá,
el agua hermosa
conocerá de penillanura suave y pradera
cerros chatos y palmeras
no le extrañará el abrupto comienzo de mburucuyá
palabra que se instala en la violencia
en el apuro del nombre
pero no para quien lleva costumbre
de labios antiguos

La patrulla aperiá
corre a paso ansioso y roedor
las carreteras son cementerios
pero los más allanan con ternura el campo
Los ancestros y presentes
tallan el ser salvaje
colectivo
            moderno
y precolombino 
la memoria se graba 
en corteza y en palabras
se derrama en vuelos leves
en torpeza de perdiz

El que nombre aperiá -culto aperiá- 
conocerá los caminos de esta patria
habrá recorrido y observado, ya algo más viejo
habrá sentido la dulzura de estas tierras
el halo sagrado de sus seres

PICADA FERNÁNDEZ

Un útero verde es
la picada
aquí no tengo padre, ni madre ni origen
y es fácil deslizarse en panteísmo
No recuerdo quién soy ni traigo más preguntas
que las que permite esta estrecha orilla compactada
alejada, amortiguada en mundo acuático
en burbujas tensas por reventar de agua
Reconozco la voz amiga de mi lado
su suave respirar que es mío

Luz cenital,
la vegetación oprime todo
y la luz cae del cielo
surrealista
Un caballo blanco entra en escena
pareciendo un puro engendro de esa luz.
Doméstico va hacia el agua
guiado por una orden vieja, mil veces repetida,
inaudible a no ser por sus pisadas
pesadas de cascos
y flores mancilladas

Todo lo que hay en este ramal
baño escondido del Yi
-me incluyo-
Está creado
recién parido
por la luz desollada del Zenit

RINCÓN DE DARWIN

Por aquí pasó el viajero
Beagle mediante
Solo dejó una estela de mariposas blancas
Que no pudo llevarse
Ráfaga de manteles al viento
Blancas pero no inocentes
Se adueñan del inconsciente 
Como inscripciones lácteas
Penetran tus sueños
También los del viajero
Que no logró olvidarlas

En este paraje por ti bautizado
Las mariposas crecen como monstruos
Capaces de alentar en las pestañas

PASO DEL REY

El puente es un viejo amigo
Rechinan sus maderas como queja
Abajo el río transcurre con la indiferencia
De la esposa hacia el esposo previsible

Arco de piedra, 
Por ahí pasó la primera historia
De esta tierra y sus parajes desoídos
Antiguos habitantes
Emboscados en el monte virgen
Incrustados sus trajes pesados
En el resplandeciente verde

De un lado Durazno, del otro Florida
La corrida traviesa te atraviesa
Los pasos traspasan la línea invisible
Con la pretensión ubicua
De un dios niño y local
De acotadas ambiciones

-el espíritu burlón de cada cosa
está acunado por los tenues sarandíes-

Entre las piedras quietas de un ramal
recostado del Yi 
-hilo apenas de agua-
la niña encuentra mojarras
y grita de algarabía

La tarde atrapa tres niños con sus juegos
Responde llamadas de candor
-escuchen al río, dice mi niña con su voz pequeña y sabia
mientras nadie oye,
        y suspende el juego-
Los niños con sus trampas no lo logran, 
solo ella captura sombras veloces
con su pequeña red precisa
Solo ella entiende y acepta que las sombras 
van más rápido que los ojos:
calcular esa distancia invisible es su secreto

A lo lejos otro río de niñez
-la mía-
corre con la lección entreolvidada de mi padre,
Dejarlas crecer para que la abundancia 
nos premie el mañana