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AL PIE DE LAS LETRAS
Tres poemas inéditos
Por Gabriel Weiss
(1)
El día que no vino
el que no llega
el menos pensado
de los días
tus labios
me azaharean
me arrincona
tu ombligo
tus ojos
me desdicen
florecen
desbordando
una luz
contenida
dulce
vengativa
a mí
un pobre
gato lleno
de cicatrices
trepado
al muro
de una iglesia
lamiéndose
los lánguidos
minutos
que le quedan
voy caminando
sobre el mar
como un Cristo
del tedio
en una
estampa griega
mis pies
fugaces peces
juegan sobre
las perezosas
ondas galileas
relucientes guijarros
me saludan
y un cielo
de humor
amarillento
es un misal
desgastado
en las manos
huesudas
de una mujer
sola, vacía
y vieja
(2)
Marco Antonio
ahogándose
en el bochorno
nocturno
dueño
de su balcón
en Menfis
retira del pliegue
de su túnica
un insecto
escalador
parsimonioso
más osado
que un picto
en la batalla
un niño
lanzándose
en las dunas
saca de su cara
un insecto
que resbala
en su sudor
acre y pegajoso
una mosca
golpea y golpea
contra la ventana
del baño
interfiriendo
con mis abluciones
cada tanto
lanzándose
en picada
me atormenta
zumbando
en mis oídos
manotazos
estériles algún
insulto al aire
impasible continúa
su vuelo zumbando
ignorando los
intentos por dar
punto final
a ese vuelo burlón
una luz blanca
surca todas
las escenas
entonces
me descubro
repitiendo
un nombre
sin descanso
no soy yo
es tu nombre
en pleamar
golpeando
las orillas
de mi corazón
con la ciega
actitud
de los insectos
en su afán
de dominar
el mundo
(3)
El viento
cautivador
se deleita
jugando con
tu pelo negro
suelto de las
ataduras de la tierra
flores hipnóticas
me arrastran
hacia el más
placentero
de los sueños
si tan solo pudiera
colocarte en el cielo
constelación
corona de jazmines
luz viajando
en la oscuridad
del infinito
aguas del dolor
se agitan
en lo más hondo
de la criba
del corazón
el día agonizante
se resiste a morir
finalmente se va
en un estallido
deflagración
tiñendo el cielo
de múltiples
colores y tu pelo
giro de luz
temblando
en el aire
abre una herida
perdurable
en el corazón
del tiempo