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¿POR QUÉ NO BLOQUEAR A RUSIA IGUAL QUE A CUBA?
Las sanciones económicas como instrumento de poder
Por Martín Buxedas
La larga historia de las sanciones económicas
Ante la injustificable invasión rusa a Ucrania decretada por Vladimir Putin, un zar en versión siglo XXI, Estados Unidos y sus aliados adoptarán represalias económicas.
El ahogo económico y financiero, un instrumento de poder de un Estado que quiere someter al gobierno de otro país, ha sido una de las piezas fundamentales del intervencionismo norteamericano del último siglo. El mismo ha sido utilizado con frecuencia junto a otros medios: las campañas de desprestigio de los gobiernos díscolos, la corrupción de integrantes influyentes del país, la falsa información (como la que justificó las invasiones de Vietnam e Irak), además de los medios políticos y diplomáticos.
En algunos casos, esos medios han sido insuficientes y los gobiernos consideraron necesario pasar a una fase superior, la de propiciar golpes de Estado que impusieran gobiernos amistosos, como en Brasil en 1964 y años después en Chile, Argentina y Uruguay.[1]
Por último -a veces no tan último-, Estados Unidos también ha recurrido a la intervención armada directa, como lo muestra la permanente presencia de sus fuerzas armadas en varios países a la vez. Para no ir más lejos en el espacio ni en el tiempo, vale citar la intervención en Guatemala, en 1954, la invasión a República Dominicana de 1965 (2.800 dominicanos muertos, la mayoría civiles, y 44 soldados estadounidenses). En ambos casos la invasión tuvo éxito: derrocó a los presidentes constitucionales e impuso gobiernos corruptos. Esas dos historias sirvieron de referencia a Vargas Llosa para escribir sus novelas Tiempos Recios y La Fiesta del Chivo. Más adelante fue el turno de Grenada y de Panamá, en este caso para destituir a un ex “enmantecado” por la CIA.
Ahora Rusia, pero no tanto
De acuerdo con la reiterada promesa de Joe Biden, el aislamiento comercial y financiero a Rusia llegará a un nivel mucho más alto que el previo, pero será parcial como en el acceso al sistema SWIFT.[2]
La mayor parte de las personas se habrán enterado en estos días de guerra en Europa que existe un código llamado SWIFT que es tan importante que los Estados Unidos y sus aliados tienen dudas de aplicarlo ampliamente como parte de las sanciones económicas a Rusia.
La mayor parte de la humanidad no necesita saber que es el SWIFT, pero sí las empresas, Estados y personas que quieran hacer pagos o cobros internacionales, para lo cual se requiere identificar con un código a cada uno de los 14.000 bancos adheridos al sistema. Impedir el uso de ese código es un “arma nuclear financiera”, como la llamó una autoridad francesa.[3]
La duda de los países para aplicarla a Rusia tiene su origen en que la medida tendría efectos indeseables sobre los países que la lancen y en particular sobre Alemania, quien tiene el relacionamiento económico más importante con Rusia. Por esos efectos indeseables, Estados Unidos y sus aliados se han propuesto utilizarla “selectiva y funcionalmente”: dirigida a algunos bancos y personas en lugar de hacerlo indiscriminadamente.
"Nos comprometemos a asegurar que determinados bancos de Rusia son sacados del sistema de mensajes Swift. Esto garantizará que estos bancos quedan desconectados del sistema financiero internacional y alteran su capacidad para operar globalmente", indicó la Casa Blanca en un comunicado.[4]
¿Por qué Estados Unidos -en este caso, con sus aliados europeos- no le da a Rusia el mismo tratamiento que reciben los cubanos desde hace 50 años en contra del 98% de los países que integran la Organización de las Naciones Unidas: el bloqueo del comercio, el turismo, el envío de remesas, etcétera, etcétera? La respuesta a esta pregunta es similar a la anterior: porque perjudicaría a sus propias economías. Una cosa es hacerlo con un pequeño país y otra con Rusia que, entre otras aptitudes, es un abastecedor fundamental de gas a Europa.
¿Será que a Joe Biden le tiembla la mano cuando se trata de Rusia?
La eficiencia de las medidas económicas
Sin duda, las medidas económicas impuestas por países poderosos debilitan la economía de los afectados y complican la vida a los gobiernos díscolos. Pero estos y otros de los instrumentos de poder no siempre son decisivos. La denigrante política de Estados Unidos hacia Cuba no ha tenido éxito en materia de modificar el gobierno, y tampoco en el caso de Corea del Norte. En el Chile de Allende, fue necesario que Estados Unidos combinara medidas económicas, desinformación y la corrupción con el apoyo a un golpe de Estado contra el gobierno constitucional.
Lo que sí está claro es que el pueblo recibe el impacto del uso del poder económico, incluso a través del hambre, aunque esto parezca no llegar jamás a sus gobernantes.
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Como consuelo a la falta de apoyo militar directo, el principal instrumento utilizado por Estados Unidos y sus aliados es el aislamiento de la economía rusa. Sin embargo, Rusia no es un pequeño “lagarto verde”, como llamó el poeta Nicolás Guillén a Cuba, y los sancionadores no están dispuestos a pagar el costo de un bloqueo serio.