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VADENUEVO DE COLECCIÓN: DEL NÚM. 6 (MARZO DE 2009). EL 8 DE MARZO, DÍA INTERNACIONAL DE LA MUJER

 Publicado: 02/03/2022

Polémicas y acuerdos


Por Milagro Pau


1.  Las Naciones Unidas

¿Cuándo comenzó a celebrarse el Día Internacional de la Mujer? ¿Cuándo empezó la lucha de las mujeres por su liberación? ¿Cuál es el origen de esta fecha o en qué punto del planeta aparece?

Estas y otras cuestiones han sido objeto de encuentros y desencuentros a lo largo y ancho del planeta y es legítimo aseverar que los acuerdos y las unanimidades no existen cuando estamos ante un nuevo 8 de marzo. Movimientos, historiadores, corrientes de pensamiento aún no se han acercado a coincidencias más o menos sólidas.

Una primera definición general pasa por consignar que el día en cuestión, "de la Mujer Trabajadora" o "de la Mujer", se celebra el 8 de marzo y está recogido por las Naciones Unidas. En él se conmemora la lucha de la mujer por su participación, en pie de igualdad con el hombre, en la sociedad y en su desarrollo íntegro como persona, siendo fiesta nacional en algunos países.

En 1975, las Naciones Unidas declararon la década del 75 al 85 como la de la Mujer, a la vez que reconocieron el 8 de Marzo como su día. Apenas dos años más tarde, en 1977, la UNESCO reconoció oficialmente ese día vinculando la conmemoración con una determinada raíz histórica.

De allí en más, la determinación de la fecha ha tenido un doble efecto. Le da una institucionalización universal, con todo lo que ello implica, más allá de que deje sin resolver una polémica historiográfica sobre el origen de la fecha.

2.  El pan y las rosas, el pan y la paz

En los boletines de convocatoria del Día de la Mujer aparece reiteradamente la historia de una huelga acontecida en Nueva York, en 1857, en la cual 129 obreras murieron después que los patrones habrían incendiado la fábrica ocupada. El origen de esta información o mito tiene, aparentemente, las primeras fuentes en Francia y Alemania en los años 50 y 60. Sin embargo, la canadiense Renée Coté investigó durante diez años todos los archivos de Europa, Estados Unidos y Canadá sin encontrar pistas o huellas de la huelga de 1857. Aparentemente, la confusión -que algunos tildan de historieta- se asocia con otras dos huelgas ocurridas en Nueva York. Una de ellas, de modistas, duró desde noviembre de 1909 hasta febrero de 1910. La segunda sucedió en la misma ciudad -en 1911- y en ella se produjo la muerte de 146 personas, durante un incendio, causado en las pésimas instalaciones de una fábrica textil. Las víctimas eran mayoritariamente mujeres inmigrantes italianas y judías.

Fuentes más recientes nos informan que la fecha en cuestión se asocia con el 8 de marzo de 1908, cuando quince mil mujeres se manifestaron por las calles de Nueva York exigiendo un recorte del horario laboral, mejores salarios, el derecho al voto y el fin del trabajo infantil, siendo en la instancia elegido el Pan y Rosas como símbolo de la lucha por una mejor calidad de vida. Mas las diferencias son de fechas, y algo más.

Historiadoras como Liliane Kandel y Françoise Picq afirman que el mito que ubica las raíces de la fecha en 1857 tiene su origen en la vocación de eliminar el carácter socialista que posteriormente la fecha adquiriría. Así, se consigna que en 1910 la Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas, reunida en Copenhague, proclamó el Día Internacional de la Mujer Trabajadora, a propuesta de la dirigente socialista alemana Clara Zetkin (1857-1933). Dicha iniciativa contó con el respaldo unánime de más de cien mujeres procedentes de 17 países, entre ellas las tres primeras mujeres elegidas para el Parlamento finés.

Como consecuencia de la decisión de Copenhague, en 1911 la fecha se celebró por primera vez en Alemania, Austria, Dinamarca y Suiza con mitines a los que asistieron más de un millón de personas y en los que se exigió para las mujeres el derecho al voto y a ocupar cargos públicos, el derecho al trabajo, a la formación profesional y a la no discriminación laboral. En este sentido, se entiende que la conmemoración tiene sus orígenes en el movimiento internacional de mujeres socialistas de finales del siglo XlX.

Desde este lado del Atlántico se reivindican, asimismo, las actuaciones del Partido Socialista Americano, que designó el último domingo del mes de febrero, el 28, de 1909, como el Women´s Day, que las socialistas norteamericanas celebraban desde 1908 y cuya finalidad principal era reivindicar el derecho al voto. En 1920 se aprobó la 19ª Enmienda de la Constitución de EE.UU. por la que las mujeres adquirieron el derecho al sufragio.

Pero las reivindicaciones cruzan nuevamente el océano. Se recuerda por varios autores que en 1917, como reacción ante los dos millones de soldados muertos en la Gran Guerra (1914-1918), las mujeres rusas escogieron el último domingo de febrero para declararse en huelga por Pan y Paz. El histórico día fue el 23 de febrero, según el calendario juliano utilizado entonces en Rusia, pero era el 8 de marzo según el calendario gregoriano.

Habiendo dado una muy liviana pincelada sobre una discusión para nada saldada, se puede acordar que la fecha ha ido adquiriendo una dimensión mundial a nivel planetario. El creciente movimiento internacional de la mujer, reforzado por Naciones Unidas en varias conferencias mundiales, ha contribuido a que la conmemoración sea un punto de convergencia de actividades coordinadas a favor de los derechos de la mujer y su participación en la vida política y económica.

3.  Las tareas siguen planteadas

Han pasado muchos años desde las primeras luchas de las heroicas mujeres de las cuales heredamos nuestros primeros derechos. Nos debemos sentir privilegiadas por la herencia que recibimos, pero las tareas están aún en la agenda. Hay un largo camino a recorrer. El maltrato, la explotación, la postergación, la discriminación, no han desaparecido.

Los avances gigantescos que se verificaron en un siglo en importantes sectores de la geografía del mundo, en modo alguno hablan de derechos generales obtenidos y afirmados. Aun en sociedades caracterizadas por un funcionamiento democrático estable se pueden detectar sin mayores esfuerzos señales negativas en el tema que nos ocupa.

En Uruguay existen diversas organizaciones que defienden los derechos de las mujeres. Desde ángulos y miradas diferentes. No comparto todas esas miradas, pero destaco que hay factores comunes esenciales.

Porque a la mujer se le exige más que al hombre a nivel laboral. Porque no se entiende que hay una doble jornada real al tiempo de ser trabajadora, ama de casa, madre. Porque las mujeres deben multiplicar esfuerzos para ser reconocidas y somos doblemente juzgadas ante nuestros errores.

No se trata de reclamar medallas, pergaminos ni monumentos. Tampoco de ampararse en el rol de víctima de la vida. Se trata de equidad social, de cumplimiento efectivo de la Constitución de la República Oriental del Uruguay en lo que atañe a igualdad de derechos y oportunidades. Se relaciona con ser valoradas por lo que somos, lo que realmente hacemos y aportamos a la edificación diaria de la sociedad. Y no hay que limitarse a mirar alrededor buscando culpables.

En el país hay normas constitucionales y legales así como convenios con cláusulas en materia de igualdad de oportunidades. Hay acuerdos internacionales ratificados por el Uruguay que se transforman, consecuentemente, en derecho positivo para el país.

No es suficiente, solamente, con la sanción de normas. Ellas deben cumplirse y para ello hace falta gente convencida en su defensa. Es preciso que avancen nuestras cabezas en un aprendizaje que debe ser de mujeres y de hombres, de la sociedad toda, para barrer prejuicios, cambiar determinados "sentidos comunes" integrados consciente e inconscientemente por el colectivo social.

Hay quienes señalan que no es necesario un día como el 8 de marzo. Que, en lo que atañe a la comarca uruguaya, la ley ya arregló los problemas. Ojalá fuera cierto, pero no lo es. La igualdad todavía es utopía. Para que las utopías sean menos tales, sean más realidades, hay que bregar todos los días. Hay mucho por hacer.

Nos volveremos a encontrar.

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