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EXPOSICIÓN DE ROBERTO SABAN

 Publicado: 06/04/2022

“Diario íntimo en Berlín”


Por Cristina Retta


 

Conocí a Roberto Saban y a su esposa Rosario, de improviso, en un encuentro casual recorriendo con una amiga la explanada de la Intendencia de Montevideo aquella nochecita del 27 de marzo pasado, mientras se dirimían los resultados del último plebiscito uruguayo. Tras los saludos de rigor, se entabló espontáneamente una amena charla, donde tanto Roberto como su esposa Rosario, explicaban su  presencia en esa instancia. De inmediato surgieron puntos de coincidencia en relación a Alemania y a nuestros respectivos pasados universitarios en el Uruguay de los 70/80  con el ineludible tema del exilio, que en el caso de Roberto y Rosario, terminó asentándolos en Argentina.

Como pasé la mayor parte de mi juventud y hasta la actualidad en Alemania, los caminos de ida y vuelta entre Uruguay y aquel país que ambos recorrimos en las últimas décadas, nos resultaron conciliables en muchos aspectos. De inmediato me interesé sobre su última entrega plástica, que acababa de inaugurarse el día anterior el 26 de marzo, Diario íntimo en Berlín, que trata del exilio de su familia a causa de las persecuciones del antisemitismo nazista. 

El acento de esta obra de Saban está puesto en un diario que fue escrito por su madre, Ellen Reininger (1920), comenzado en Berlín en 1935 y terminado en La Paz, Bolivia, en 1940, del cual Roberto conservaba partes, hojas, fotos que él contextualiza con recortes de periódicos y revistas de la época de aquellos sombríos años 30 en Alemania y Europa. El autor insiste en que se trata de una labor colectiva, de más de una década, en la que participaron sobre todo mujeres, en su mayoría vinculadas a su familia, en especial su esposa, Rosario y su hija Karen.

La visita de esta muestra, en el Centro Cultural y Museo de la Memoria (MUME),[1] que como uruguayos residentes en el extranjero no conocíamos, se hizo algo imperiosamente necesario y la realizamos al día siguiente.

Diario íntimo en Berlín, descripción de la muestra

Entramos a los jardines de la majestuosa casa quinta[2] donde está emplazado el MUME, y de inmediato nos sorprendimos de encontrar ya en medio de la exótica y frondosa naturaleza, interesantes muestras temporales y permanentes relacionadas con la recuperación de la memoria histórica nacional y latinoamericana y con la defensa de los derechos humanos.

La exposición está en el interior del Museo, en una zona trasera y al mismo tiempo contigua a la exhibición permanente de todo lo vinculado a los presos políticos de la dictadura uruguaya, las cárceles, los videos sobre lo que fue el advenimiento de la dictadura en 1973 y el terrorismo de estado con el consiguiente exilio forzado de miles de uruguayos.

Sobre muros de fondo de ladrillos rústicos que armonizan con los tonos sepia de las 17 tablitas (de 18 x 39 centímetros) que constituyen los collages de la muestra, se va desplegando la narrativa estética que hace alusión (a través del collage de recortes de periódicos, revistas y fotos de documentos) al contexto histórico de la época anterior a la Segunda Guerra Mundial e inicios de la misma. 

Como lo aclara María Eugenia Grau (Curadora) en el prospecto que acompaña el Catálogo, “en las tablitas los fragmentos anuncian a través de la prensa escrita, el estallido del nazismo, el antisemitismo, acaso las futuras listas de los condenados a muerte”.[3] Las noticias lejanas sobre los mismos aconteceres aparecen también en extractos de la prensa uruguaya y latinoamericana. El puente intercultural está entonces presente: lo europeo y lo latinoamericano implicándose a través de miradas directas y más lejanas, con todo lo que estas perspectivas diferentes significan.

La ascendencia familiar de Saban forma parte del proceso, al ser nieto de abuelos sobrevivientes al Holocausto y también de abuelos que murieron en Auschwitz.[4] Y después, el exilio sudamericano de los sobrevivientes de su familia (Bolivia, Chile) para luego asentarse en el Río de la Plata.

 La estética escogida

En lo vinculado a la estética de la muestra, como bien señala María Eugenia Grau, contiene un predominio de “afichismo de memoria urbana”, en base a la evidente observación de trabajos en muros, que delatan de manera alternada diferentes situaciones en estratos temporales superpuestos, constituyendo así, de forma coherente, una memoria colectiva que impone su mensaje con sentido. Cada tablita tiene en su parte inferior una pequeña prominencia a modo de cajita, pero que está vacía; representa el misterio de lo íntimo, lo no expuesto.

Sin embargo, un hilo conductor esencial para captar en su totalidad el mensaje histórico-cultural de esta muestra lo brinda el texto de Karen Saban, hija de Roberto y por tanto nieta de Ellen, que ha hecho con su historia personal, lo que podría llamarse el regreso a los orígenes de su abuela (la vuelta a la semilla) para recapturar el sentido de una vida y de esa forma dignificar la memoria de un exilio que representa, en realidad, todos los exilios y que mirado bajo la óptica de la historia cultural, tiene una actualidad indiscutible.[5]

Proyecciones socio-culturales e históricas de Diario íntimo

Es evidente, que más allá de los aspectos estéticos de esta muestra, la misma está envuelta de un halo de misterio que provoca interrogantes y despierta curiosidad acerca de esa cotidianeidad que envolvió épocas turbulentas de la historia del siglo XX, y que podrían ser trasladadas a situaciones de migraciones y exilios de la actualidad. 

Esa “intimidad” que envuelve a un diario, y que normalmente encierra secretos entre líneas, oficia de acicate para plantearse hipótesis diversas que pueden servir como método interpretativo para el historiador; serían un llamado a la actividad reflexiva. Este es por ejemplo el punto de partida teórico de Paul Ricoeur,[6] filósofo francés que insiste en que llegada la etapa hermenéutica (método de interpretación  y explicación de textos), es fundamental tomar en cuenta los distintos modos de expresión, entre los que incluye la escenificación teatral, el cine o las artes plásticas, como en el caso que nos ocupa.

En una obra de la antropóloga chilena Rossana Cassigoli,[7] (profesora de la UNAM) exiliada en México en 1973, también se pone de relieve lo que llama etnografía existencial del exilio, aspecto éste de difícil abordaje teórico y empírico, ya que comprendería el nivel emocional. El desafío consistiría en entrelazar las dimensiones intelectuales y emocionales para acercarse al hecho antropológico en sí que representa el exilio. 

Esta muestra de Roberto Saban junto a lo escrito en el catálogo por su hija, la Dra. en Germanística Karen Saban, acerca del trabajo de investigación y reflexión en base al exilio de sus ancestros, y en especial de su abuela, nos retrotraen a estas obras teóricas fundamentales para el historiador de la cultura, en lo vinculado con la importancia de los testimonios individuales para acercarnos de forma más cabal a la comprensión del pasado. 

Es obvio que no es en esta nota periodística que ahondaremos en todo lo que podría proyectarse a partir de la exposición Diario íntimo en Berlín. Pero sí conviene dejar asentado la trascendencia de reflexionar sobre el impacto emocional y al mismo tiempo revelador del significado de época que nos deja esta muestra, una época en apariencia pasada pero que sin embargo convive con la actualidad.

9 comentarios sobre ““Diario íntimo en Berlín””

  1. L a necesidad de expresarse en cualquiera de las formas artísticas es revelador del crecimiento emocional del ser humano, sea cual sea su situación económica.
    A través de los dolores del desarraigo, de la nostalgia permanente y de la necesidad de expresarnos se alarga el grito del exilio, y más duele no ser comprendidos en Uruguay.

  2. Inspirante nota, donde las circulaciones y las articulaciones de los exilios están puestas en relieve a través de encuentros, emociones y acertadas reflexiones, a partir de la muestra de Roberto Sabán y familia en el potente espacio del MUME.

  3. Hermosa nota. No conocía la historia familiar de Roberto, y me alegra mucho que la albergue el MUME, al cual tuve el honor de ser invitado para su inauguración hace 15 años, en representación de la LADH, y luego otros avatares me impidieron volver a acercarme. Espero llegar a tiempo para ver también la muestra. Gracias!

  4. Cristina :
    La posibilidad de traer el pasado al presente , es una condicion de lo que llamamos » nuestra » humanidad » . Pero , tristemente , se aprende poco. Siguen las guerras , los exilios , el hambre , la pobreza , la falta de empatia , el dolor de los más infelices por estar sometidos , al poder envilecido por intereses espurios . No me siento feliz y muchas veces me avergüenza , pertenecer a una raza que discrimina , a un mundo que aún globalizado , ve de lejos , la angustia de sus semejantes …

  5. La capacidad de traer el pasado al presente , es una condición de lo que llamamos nuestra » humanidad » . Pero » humano » es un valor que se contrapone a Inhumano . Hemos aprendido poco de nuestro pasado . Continúan las guerras , los exilios , el hambre , la sed , el dolor , el terror , la muerte de niños , de gente inocente. El Poder que responde a bajos instintos , que envilece a nuestra raza . La gente inocente siente miedo y es acribillada sin piedad ! Entonces señores : ni la globalización , ni la cercanía en el tiempo , produce empatía . Como decia Shelley : » Se puede hacer tanto daño por falta de comprensión , como por maldad .

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