Pedro García

Compartir

VADENUEVO DE COLECCIÓN: DEL NÚM. 160 (DICIEMBRE DE 2021). LA DESTITUCIÓN DE TABÁREZ

 Publicado: 07/12/2022

El Maestro no se mancha


Por Omar Sueiro


Lo más resaltable es que su tarea se desarrolló en el “ambiente del fútbol”, cuya polución resumiera Maradona con la frase “la pelota no se mancha”, estableciendo que todo el resto -incluida su propia conducta- termina siendo afectado por la insanía y la suciedad del ámbito.

En este período de 16 años, presidieron la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF): Eugenio Figueredo -quien nombró a Tabárez en el cargo-, José Luis Corbo, Washington Rivero, Sebastián Bauzá, Wilmar Valdéz, Edgar Welker, Pedro Bordaberry (interventor) y, finalmente, Ignacio Alonso -quien lo destituyó-. 

En ese lapso de tiempo, también se intensificó la “polución contratista”, explotadora de inermes e inocentes jugadores, incluso de niños que se vislumbran como futbolistas en función de las condiciones que muestran en el “baby fútbol”; acciones corruptoras que también alcanzan a clubes y selecciones.

La evolución del Tabárez DT

Etapa temprana

La carrera de entrenador de fútbol de Oscar Washington Tabárez tuvo dos grandes etapas: la primera que comenzó en inferiores de Bella Vista y en Primera División de Danubio, siguió luego en Peñarol y Wanderers en Uruguay y en el exterior en diversos equipos de Argentina, Italia y España. En el mismo período dirigió la Selección Nacional en la Copa América de 1989 y el Mundial de 1990, en Italia.

Esta primera etapa (que Wikipedia -en su versión en inglés- denomina “temprana”) finalizó el 7 de marzo del 2006, fecha de la firma del contrato con la AUF. Ese día presentó el “Proceso de Institucionalización de Selecciones y la Formación de sus Futbolistas”, que estableció lo que consideraba la forma adecuada de trabajo con las selecciones nacionales, tanto sub-15 como sub-18 y sub-20 y el equipo mayor, reintroduciendo el 4-3-3 como formación base y estableciendo, incluso, tiempos de estudio para los jugadores.

Segunda etapa: “El proceso”

Duró casi 16 años, desde marzo de 2006 hasta su despido, en noviembre del 2021. En ese largo lapso, Uruguay compitió con la dirección del Maestro Tabárez en: Copas América (2007/11/15/19), Mundiales (2010/14/18), Eliminatorias para 2022, Juegos Olímpicos (2012), Copa Confederaciones (2013).

El “Método Tabárez”

El primer objetivo de El Maestro fue alinear orgánicamente las selecciones, eliminando el desorden derivado de una especie de anarquía debida al amiguismo y la corruptela generalizada.

Tabárez aisló el ambiente de las selecciones uruguayas -de mayores y juveniles- armando “un mundo aparte” -incluso en lo geográfico- en el “Complejo Celeste”, en cuya estructura y organización participó, verdadero “búnker” inexpugnable para la coima, el acomodo y el relajo.

Los objetivos estratégicos fueron: 

- Convencer a los futbolistas de toda categoría y edad de la importancia de la Selección Uruguaya para colaborar en la felicidad de sus compatriotas, y que ello se obtenía a través de actitudes responsables y cuidados deportivos y personales permanentes, lo que los haría elegibles como integrantes de la Selección nacional.

- Re-crear en la población uruguaya la confianza en SU selección, reviviendo la esencia del fútbol, que es la comunicación -por la vía del juego- entre la gente y sus cracks.

En la táctica de juego no hizo innovaciones de importancia; el propio hecho de que los jugadores de la Selección mayor solo están disponibles por lapsos muy cortos, hace que el objetivo de los pocos entrenamientos se limite a coordinar y amalgamar futbolistas que provienen de diferentes equipos, lo que solo habilita a aplicar tácticas híbridas en función del entendimiento entre componentes y líneas del equipo.

Honestidad, orden, unidad, solidaridad y lucha

Si se pudiera sintetizar la metodología de El Maestro Tabárez en pocas palabras, podría utilizarse este quinteto de palabras:

Honestidad en todos los ordenes de la vida de los componentes del grupo.

Orden en la organización de las tareas y en el reconocimiento de méritos y errores.

Unidad y Solidaridad en el espíritu de los componentes de la Selección (jugadores, técnicos, colaboradores y dirigentes) y del combinado con la población.

Lucha: siempre presente para conseguir los objetivos.

En definitiva, los objetivos de El Maestro Tabárez fueron: convicción y entrega para los jugadores; fe, esperanza y aliento para la parcialidad.

El mensaje que emitió a sus dirigidos, de aprecio y cariño a la afición fue trasmitido por estos mediante una generosa entrega en cada partido disputado.

Su frase preferida, “La recompensa está en el camino”, obviamente fue recogida con entusiasmo por los jugadores y ha tenido una repercusión notable en la juventud uruguaya.

La transparencia como barrera

Durante los casi 16 años de actuación del cuerpo técnico liderado por Tabárez, la dirigencia de la AUF pasó por todos los avatares que un colectivo mal dirigido puede atravesar, incluida la prisión internacional de sus máximos dirigentes. La AUF se desmoronó empujada por su propia ineptitud, fue intervenida y reformulada en su estructura.

Todo esto pasó en la AUF, pero ni siquiera rozó a la Selección Nacional que funcionaba en el Complejo Celeste.

Ambiciones que destituyen

Pero desgraciadamente lo formal va por un lado y lo real por otro. La AUF volvió a ser copada por una dirección de “figuritas repetidas” -las que realmente ejercen el poder real- junto a algunas personalidades bisoñas que ejercen el seguidismo. Estos lugares no son todos “honorarios”, hay compensaciones monetarias de por medio, y lo más importante es que hay otro tipo de beneficios que tienen que ver con la importancia del cargo que se asume y las posibilidades “de ascender” si los comportamientos coinciden con el poder real.

A la culpa nadie la quiere

En la Eliminatoria sudamericana, Uruguay tiene cinco partidos con 95% de probabilidad de derrota y 5% de empate o triunfo. Ellos son: dos enfrentamientos con Argentina, dos con Brasil y uno -el de visitante en La Paz- con Bolivia.

Pues bien, debido a la pandemia se reprogramaron las fechas y Uruguay debió enfrentar -después de empatar 0-0 con Colombia- en forma sucesiva a Argentina, Brasil, otra vez Argentina y a Bolivia en La Paz. Es decir que la “nueva” dirigencia de la AUF aceptó que el equipo jugara 4 de los 5 partidos más difíciles de la Eliminatoria sin solución de continuidad.

Ese fue el “Caballo de Troya” que la dirigencia introdujo en el búnker celeste.

Entonces, “el mercado”, a través de las redes y de voluntariosos “creadores de opinión” de diversos órganos, actuó rápidamente responsabilizando a El Maestro y su gente; quince años es mucho para quienes, acostumbrados a utilizar a la Selección Mayor como vidriera para exponer su “mercadería” en el mundo, no pueden hacerlo, con el agravante que tampoco pueden utilizar las selecciones juveniles para cotizar a las promesas cuyo futuro administran y explotan. 

Pues bien, la dirigencia encontró el camino abierto para hacer jugar a la Selección los dos partidos de la última fecha bajo amenaza de despido del cuerpo técnico si los resultados eran adversos y finalmente responsabilizarlo por las derrotas, al grado de despedirlo sin contemplación; dejando trascender que previamente se le había ofrecido al Maestro Tabárez la Dirección General de Selecciones, con la condición que dejara de ser el DT: un despido edulcorado.

Se busca un muñeco maleable

Sin dudas van a encontrar sustitutos sin pruritos, aunque es paradójico y hasta cómico que haya trascendido que están gestionando la incorporación de un “Muñeco” para que se haga cargo de la Selección.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *