Donato Marrero

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POLÍTICAS DE ESTADO

 Publicado: 07/12/2022

Grietas y pandemias


Por Alicia Sadetzki


Comúnmente, y en estos últimos tiempos, se está hablando de grieta aquí, en Uruguay, y en Argentina. En general, refiere al quiebre en el relacionamiento con cierto respeto entre partidos que se oponen y que, además, buscan ganar en las próximas elecciones.

Podríamos decir que estas pujas de poder siempre existieron, que siempre se exagera lo que hace mal el opositor, y también que algunos se caracterizan por exagerar más que otros, minimizando los aspectos buenos y exitosos del opositor.

Aquí ingresamos en el problema de la honestidad. Si bien al partido X puede no convenirle mencionar los éxitos del opositor y los fracasos propios, es cuestión de honestidad y crecimiento político y humano, realizar ese ejercicio, el cual significaría minimizar la grieta de la confrontación, muchas veces vacía de un contenido profundo y de un análisis basado en datos, esos que fácilmente se consiguen en los institutos de estadística y en otros organismos.

Esto nos remite a qué es lo trascendente: ganar las próximas elecciones o, además de ganarlas, poner nuestra historia y nuestro presente en manos de todos con datos serios, por ejemplo. Lo trascendente es vehiculizar las acciones hacia políticas de Estado, que redunden en el bienestar social, espiritual, económico, de todos los conciudadanos. 

Se ha hablado mucho de que hay que hacer políticas de Estado, para que se puedan realizar cambios profundos en las políticas económicas, de derechos civiles, sociales y culturales, pero percibimos que ha habido dificultades, a través de las décadas, para lograr esto.

El avance en los derechos civiles y oportunidades para la diversidad, ha sido algo muy importante en nuestra sociedad. Cabe destacar que la esperanza de vida de la población trans, por ejemplo, era de 35 años. Desde los años 2000, esta población ha tenido oportunidades laborales, se las ha mirado como personas con derechos, desde el gobierno anterior, sí, pero esa política continúa vigente.

De todos modos, hay otras políticas que aún no se han consolidado a través de los diferentes gobiernos de turno: tal es el caso de la política sobre violencia doméstica. Si bien hay muchas ayudas de técnicos, de cobertura en vivienda, la violencia crece. También es el caso de las políticas vinculadas a la población carcelaria; no se han hecho políticas de Estado con resultados y que trasciendan los gobiernos de turno.

Por su parte, la infantilización de la pobreza implica que los niños siguen siendo los más pobres de la sociedad, con el gran costo que esto genera para ellos y para futuras generaciones, es decir sus hijos y nietos. No es un nuevo problema, se mantiene en el tiempo. Lo mismo sucede con el mal llamado problema de los NI NI, que eran 200 mil jóvenes; en realidad, muchas adolescentes se quedaban en casa para cuidar hermanitos, otros dejaban el liceo para trabajar, fracasaban en trabajos mal pagos y terminaban sin hacer nada.

Otro tema muy grave es el de adicciones. Como ciudadanos, nos cuesta entender que haya tan pocos lugares de internación; Portal Amarillo y algún otro espacio tienen escasísimas plazas, y sabemos que hay una población altísima con adicciones, no solo entre los adolescentes, sino también entre los adultos. Y son muy cuestionables algunos centros privados, donde los jóvenes sienten que son explotados en algunos aspectos y que su tratamiento no avanza.

Recuerdo cuando trabajé en SIRPA (Sistema de Responsabilidad Penal Adolescente), muchos jóvenes estaban por delitos no tan graves: hurto, rapiña; había pocos homicidas, pero unos cuantos eran hijos de consumidores de pasta base que ya tenían más de treinta años.

También recuerdo haber trabajado en la cárcel El Molino, que ya no existe. Era una cárcel de mujeres con niños, en la cual quedé muy impactada porque jóvenes de veinte y pocos años, ya viudas por los ajustes de cuentas, eran quienes habían seguido con el comercio de estupefacientes.

Tampoco hay políticas sostenidas en materia de salud mental. Hay casi dos suicidios por día, el mismo número que el de los ajustes de cuentas. Por ejemplo, muchos adictos han sido abusados en su niñez, o han vivido el alcoholismo y maltrato de sus progenitores, otro problema para cual faltan políticas fuertes en nuestro país, especialmente vinculadas a la prevención. También se pueden cuestionar las penas, una rapiña puede mantener cinco años preso a alguien y el abuso a un niño, mucho menos tiempo. Porque, para las leyes, sigue valiendo más la propiedad que la vida y protección de un niño.

En este sentido, debemos preguntarnos, ante grandes problemas como los del suicidio, las adicciones, la violencia hacia mujeres, el abuso infantil, cómo se puede incidir fuertemente para que se concreten políticas de Estado, acuerdos, que colaboren en minimizar la magnitud enorme que en Uruguay tienen esos problemas. Problemas, como dijimos, muy complejos y que se refuerzan entre sí: la violencia refuerza las adicciones en la adolescencia, y ellas refuerzan la violencia en otras generaciones.

Estos problemas mencionados, que son cuatro, aunque hay muchos más y están relacionados, deberían tratarse como una pandemia, estar en ellos al 100%, con expertos, con consultantes, con mucha prevención, como en el caso de la Covid. De lo contrario, la salida se ve lejos y difícil.

No éramos parecidos a Brasil y Centroamérica en materia de crimen organizado, pero en la actualidad sí lo somos, el problema es que el crimen organizado es mucho más poderoso que cualquier gobierno, porque se infiltra en todos los lugares, tiene medios multimillonarios, y profesionales y gente de todo nivel a su disposición.

En cuanto a las drogas, el crimen organizado no quiere dejar ni el menor pueblito del Uruguay sin surtir y, lamentablemente, siempre encuentran candidatos.

Los ajustes de cuentas provienen de adicciones, y tal vez sería más asertivo y efectivo instalar centros de prevención e internación parcial y total, que lidiar con el crimen organizado -con el que sin duda hay que lidiar-, que, de acuerdo a algunos expertos, es una partida perdida de antemano, ya que el poder de la policía llega hasta cierto punto, por más que indudablemente se esmeran.

Las cárceles pueden iniciar o reforzar las adicciones y, como es sabido, debilitar totalmente la salud mental. Se ha estudiado que las personas que viven en la calle, muchas provienen de aquellas.

Algunos expertos opinan que el único medio de combatir el crimen organizado es no consumiendo o, como sucede en Suecia, para minimizar la trata de personas o no remitir a la mujer a objeto sexual, perseguir a los consumidores de prostitutas, dado que, si no hay consumidores, no hay trata de personas para la explotación sexual. Esto se ve claramente reflejado en la película Promesas del Este (David Cronenberg, 2007), en la que las mafias rusa e italiana actúan en conjunto.

En nuestra pobre América Latina, por los caminos de Perú, Uruguay, y tantos otros países, una mujer promete a otra: “En tal pueblo necesitan chicas para una tienda, te paso el contacto”, y allí terminan en manos de un secuestrador, generalmente.

En el caso de la explotación sexual, el crimen organizado se ha disfrazado, en internet, por ejemplo, hasta de ONG, logrando hacer caer, incluso, a enfermeras o maestras, con las promesas de sueldos mejores en otros países.

Debemos reconocer que, en América Latina, tenemos un sitio destacado entre los países con mayor tasa de suicidios, en gran medida entre adolescentes y adultos mayores. Sus causas: problemas económicos, problemas amorosos, no encontrarle sentido a la vida -aunque no se padezca de problemas de dinero o de amor- y muchos otros que desconozco.

Entonces, más allá del Poder, de ganar elecciones, nos consta a todos, o a muchos, que los partidos políticos están haciendo grandes esfuerzos por elaborar propuestas, por hacer lo mejor que pueden, porque todos somos conscientes que en esto se nos va el futuro de las próximas generaciones, hasta diría que hay una sensibilidad generalizada, dado que la realidad rompe los ojos.

Ayer y hoy se han querido erradicar los asentamientos, pero esto si bien es muy valioso, no modifica la grieta social, las heridas en los niños y jóvenes respecto a lo que los adultos les estamos ofreciendo. La vivienda es importantísima, pero lo que sucede dentro de ella, lo es aún más.

Estas situaciones, que son muchas, no se pueden obviar, y es difícil comentar una sí y otra no, por su estrecha relación. La verdadera grieta es cómo se desintegra o debilita la sociedad por estos problemas sin resolver, que a su vez son muy complejos. Es una intrincada situación de ingeniería social y económica.

La grieta es social y económica, y lo ha sido desde hace más de cincuenta años, en un afán de no mirar mucho más atrás.

Los privados de libertad no provienen en su mayoría de asentamientos. He conversado mucho con ellos, y provienen de familias con problemas de alcohol, padre ausente, criados a veces por abuelas, y relatan: “15 mil pesos no dan para vivir”. Este comentario me lo hicieron en el ex COMCAR hace años, en el 2016.

Otros comentarios: “Quiero dejarle a mi hija una casa, que no le pase como a mí”. Lejos de justificar cualquier delito, debemos prevenir, la plata fácil está a la vuelta de la esquina y habrá que desarrollar miles de estrategias, como en la otra pandemia, la del coronavirus.

Educar a las madres en cómo tratar a los hijos sería una de esas estrategias. Las mujeres son muy violentas, a veces, o pueden ser indiferentes, poco afectivas, y esto repercute muy negativamente en los niños, lo mismo que si lo son los padres. Todo ello genera futuras generaciones violentas.

Los niños y jóvenes están muy solos todo el día, las empleadas domésticas y otras mujeres y hombres, aunque sabemos que hay muchísimas jefas de hogar (la tarea recae en la mujer en infinidad de casos), trabajan de sol a sol. Habrá que buscar más estrategias para que en cada barrio haya más centros barriales.

Los presos salen de la cárcel y nadie les hace un seguimiento. Si bien está la DINALI (Dirección Nacional de Apoyo al Liberado), cuyo rol es bueno, en cada barrio debiera haber seguimientos. En España, durante seis meses, algunas personas de la comunidad los siguen en su desarrollo y convivencia; por ejemplo, un tiempo alguien de la policlínica, otro tiempo otra persona de la comunidad, etcétera.

Entonces, la idea debería ser tratar los problemas graves como pandemias, para abordarlos de una mejor forma, reconocer que la grieta es socio-económica, a la que se suma la grieta secundaria de los desacuerdos entre quienes pretenden resolver esos problemas. Si de verdad quieren hacerlo, deberían dialogar mucho y pensar en la trascendencia como sociedad, no en los cargos políticos (porque hay que acomodarse ya, porque no se sabe qué pasará después). Esto, tristemente, ha pasado siempre. Se debe pensar en personas capacitadas para los cargos de confianza, no en las que militen más, pues no se les debe ningún favor. Debería hacerse por idealismo.

La verdadera vida que nos merecemos todos los uruguayos es sin adicciones, con derecho a recibir tratamiento, información para prevenirlas, espacios de salud mental (recordemos que el consumo de psicofármacos es altísimo), que ni hombre ni mujeres reciban violencia por parte de su familia, no más niños, niñas y adolescentes abusados, y que menos personas no puedan sostener la situación de sufrimiento que les produce estar vivas.

Mas allá de generar los recursos, el problema es cómo abordar estas situaciones, desde lo intelectual y desde las acciones desarrolladas, que deberían ser tomadas entre todos los partidos, también porque en todos los partidos hay excelentes técnicos y personas de bien. Es decir, entender que la grieta no son las peleas ante las cámaras de televisión, sino el sufrimiento padecido por las personas, que no solo se remite a sus ingresos económicos -que, por supuesto, influyen: tener para comer, para los medicamentos, tener un techo, poderse divertir-.

Este sufrimiento de niños, jóvenes, mujeres y hombres de todas las edades, debería llevar a tratar los problemas mencionados como las pandemias uruguayas, las que, además, son coincidentes con las de la región, una región que se ha empobrecido -como señala Kliksberg-, aumentando aceleradamente el número de pobres.

Nos debería esperar una ardua tarea, con expertos, con organizaciones de la sociedad civil, con la experiencia, en algunos casos errada y en otros no, de las instituciones, y acrecentar el capital social; que algunos municipios pudientes aporten desde unos barrios a otros, por ejemplo; ciudadanos que aporten desde Carrasco a Barrio Maracaná, dado que el Estado no tiene medios infinitos. Claro que estas ayudas no deberían ser erráticas, sino bien organizadas desde la comunión de partidos, organizaciones, municipios y expertos.

3 comentarios sobre “Grietas y pandemias”

  1. De todo lo que planeas solo discrepo en que los partidos políticos están haciendo todo lo posible para formular propuestas de la mejor manera posible. Quizás sea demasiado terminante pero a mi entender no están haciendo nada que realmente mueva la aguja, estos temas no reditúan votos, y por lo tanto no interesan a los políticos.
    Y solo me voy a referir a dos temas que tu encaras : Las penas por delitos de narcotráfico. Y la asistencia en Salud mental.

    Respecto al tema de las penas judiciales, es terrible ver, y lo he visto, como a un padre de familia que no encuentra otro recurso para mantener a su familia que traficar se le aplican 5 años y medio de cárcel efectiva, que obviamente no accede a abogado para negociar la pena en Fiscalia, y el defensor de oficio sobrepasado de trabajo no puede brindarle el apoyo jurídico indispensable, mientras te enteras por la prensa que el responsable de un mega tráfico no solo tiene una menor pena, con un buen y bien pago abogado, sino que se le autoriza a viajar a Buenos Aires a tener un casamiento vip. Me consta que la persona a que me refiero es una buena persona que se equivocó si pero no es justo que sean tan diferentes las sentencias. Y que no me digan que no hay una justicia para pobres y otra para ricos la hay sin dudas por más que la Suprema Corte de Justicia rechace este aserto, no es el Poder Judicial, es todo el sistema. Y los partidos políticos, a mi juicio, miran para el costado.

    Y en la salud mental pasa algo parecido. Es cierto que ha habido algunos intentos de encarar soluciones, pero lamentablemente muchas cosas que en el papel parecen avanzar en soluciones, luego al aplicarlas se desvanecen, y solo te doy un ejemplo, se previo para todos los prestadores de salud, públicos y privados, que en el caso de enfermedades mentales, una vez que el paciente sale de una internación se le refiera un Comité de Recepción donde con prioridad se le asignará un psiquiatra y un psicólogo para su seguimiento. En este caso también tengo referencia concreta. Pues resulta que una de las IAMC más grandes del país, y que invierte en publicidad importantes sumas en detrimento de sus servicios, dispuso que la prioridad para acceder a esa atención ya no era para el paciente que médicamente lo necesitara más, sino para el socio VIP. Donde quedó el espíritu conque se intentó crear el FONASA ? y como en el tema anterior los partidos políticos miran para el costado.

    1. Luis
      Es muy cierto lo que dices
      Se habla de la justicia injusta y es asi.
      Respecto ala salud. Hay mucho que decir. Yo creo que la reforma que hubo hace años no considero la salud mental y sus recursos
      Con salud mental no hay violencia ni suicidios ni abusos ni crimen organizado
      Es la base de todo. Parte fundamental de la salud
      Gracias por comentar

  2. De todo lo que planeas solo discrepo en que los partidos políticos están haciendo todo lo posible para formular propuestas de la mejor manera posible. Quizás sea demasiado terminante pero a mi entender no están haciendo nada que realmente mueva la aguja, estos temas no reditúan votos, y por lo tanto no interesan a los políticos.
    Y solo me voy a referir a dos temas que tu encaras : Las penas por delitos de narcotráfico. Y la asistencia en Salud mental.

    Respecto al tema de las penas judiciales, es terrible ver, y lo he visto, como a un padre de familia que no encuentra otro recurso para mantener a su familia que traficar se le aplican 5 años y medio de cárcel efectiva, que obviamente no accede a abogado para negociar la pena en Fiscalia, y el defensor de oficio sobrepasado de trabajo no puede brindarle el apoyo jurídico indispensable, mientras te enteras por la prensa que el responsable de un mega tráfico no solo tiene una menor pena, con un buen y bien pago abogado, sino que se le autoriza a viajar a Buenos Aires a tener un casamiento vip. Me consta que la persona a que me refiero es una buena persona que se equivocó si pero no es justo que sean tan diferentes las sentencias. Y que no me digan que no hay una justicia para pobres y otra para ricos la hay sin dudas por más que la Suprema Corte de Justicia rechace este aserto, no es el Poder Judicial, es todo el sistema. Y los partidos políticos, a mi juicio, miran para el costado.

    Y en la salud mental pasa algo parecido. Es cierto que ha habido algunos intentos de encarar soluciones, pero lamentablemente muchas cosas que en el papel parecen avanzar en soluciones, luego al aplicarlas se desvanecen, y solo te doy un ejemplo, se previo para todos los prestadores de salud, públicos y privados, que en el caso de enfermedades mentales, una vez que el paciente sale de una internación se le refiera un Comité de Recepción donde con prioridad se le asignará un psiquiatra y un psicólogo para su seguimiento. En este caso también tengo referencia concreta. Pues resulta que una de las IAMC más grandes del país, y que invierte en publicidad importantes sumas en detrimento de sus servicios, dispuso que la prioridad para acceder a esa atención ya no era para el paciente que médicamente lo necesitara más, sino para el socio VIP. Donde quedó el espíritu conque se intentó crear el FONASA ? y como en el tema anterior los partidos políticos miran para el costado.

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