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QUÉ DICEN LOS GURÚES

 Publicado: 01/09/2021

¿Tocó fondo la crisis económica?


Por Francisco López Martí


Recuperación desigual de la economía mundial 

Buenas noticias. Según los gurúes del Fondo Monetario Internacional (FMI) y de otros organismos, la actividad económica mundial comenzará a recuperarse en el 2021 y continuará la tendencia en el 2022. A la caída de 3,2% de la actividad económica mundial en el 2020, la sucedería un incremento del 6% en el 2021 y 4,2% en el 2022.[1]

“Se ahondan las brechas en la recuperación mundial”. El titular del informe del FMI se basa en los resultados de sus previsiones sobre la diferencias entre países en cuanto a la profundidad y extensión de la crisis y el ritmo de la recuperación. Así, en el 2020 la economía China siguió creciendo, aunque a un ritmo inferior, mientras la de América Latina y el Caribe sufrió una severa recesión. 

La brecha continuaría en el 2022, ya que las pérdidas de ingresos per cápita que se produjeron en el  2020 aún no se habrían revertido en aproximadamente dos tercios de los mercados emergentes y las economías en desarrollo (Banco Mundial, junio 2121).[2]

Previsiones sobre la economía

Porcentaje de cambio interanual de la actividad económica:

Fuente: FMI (julio de 2021), BCU y Encuesta a consultoras del BCU.

El impacto sobre las personas. En general, las tasas de empleo se mantienen por debajo de las previas a la pandemia y su recuperación es sumamente desigual. Los jóvenes y los trabajadores poco calificados de todas las economías, y las mujeres de las economías de mercados emergentes y en desarrollo, siguen constituyendo los segmentos más golpeados.

Algunos datos ilustran esas diferencias. En el primer trimestre de 2021, respecto al cuarto trimestre de 2019, el empleo de los trabajadores menos calificados disminuyó 4,5%, y el de los más calificados, 1,1%. En el resto de los países, los empleos de los trabajadores menos calificados bajó 7,7%, y el de los más calificados, 4,9% (FMI, julio de 2016).

Según la CEPAL (Comisión Económica para América Latina y el Caribe, de Naciones Unidas), en América Latina la pandemia profundizó desigualdades estructurales: altos niveles de informalidad, desprotección social y baja productividad, y dejó al descubierto nudos críticos en salud, educación y cuidados. Asimismo, magnificó la injusta división sexual del trabajo y organización social del cuidado, con un retroceso de una década en inclusión laboral de las mujeres y un impacto más negativo para los trabajadores informales y los jóvenes.

El virus de la desigualdad. Según el FMI: “El acceso a las vacunas se ha convertido en la principal brecha a lo largo de la cual la recuperación mundial se divide en dos bloques: los países que pueden esperar una mayor normalización de la actividad a finales de este año (casi todas las economías avanzadas) y aquellos que todavía se enfrentan a un rebrote de contagios y un aumento del número de víctimas de COVID”.[3]

Algunos ganan. Durante la crisis, una parte de las empresas aumentaron sus beneficios y valor. Entre marzo de 2020 y marzo de 2021 la capitalización de las 100 mayores del mundo creció 48%, hasta alcanzar un valor de 31,7 billones de dólares, una cifra jamás antes registrada. Todas esas empresas han participado de esa revalorización, pero las del sector tecnológico y las relacionadas con el comercio electrónico han sido las más beneficiadas.[4]

En suma, es posible que lo peor haya pasado y comience la recuperación de la actividad económica mundial en 2021 y continúe en 2022. La recuperación, sin embargo, será desigual. La pasarán mejor los que viven en un país rico y con mucha gente vacunada, las personas activas de mediana edad, los hombres y quienes tienen educación terciaria. Si se trata de una empresa, es mejor ser transnacional y del sector tecnológico y de las comunicaciones. Si uno se pone a pensar en serio, no era tan difícil preverlo.

Una nota sobre Uruguay

La recuperación estaría comenzando. Luego de un descenso de 5,9% en la actividad económica de Uruguay, se esperaba una fuerte recuperación en el 2021, la que no se ha confirmado en el primer trimestre, en el que continuó cayendo. Con estos datos, en agosto de 2021, los expertos consultados por el Banco Central del Uruguay (BCU) han bajado sus pronósticos de crecimiento de la economía a 2,6% en el 2021, 3,2 en 2022 y 2,8 en el 2023. El notable avance en la vacunación puede contribuir a que se cumplan esos pronósticos, si no hay sorpresas.

La caída del PBI de Uruguay en el 2020 es la tercera mayor en los últimos sesenta años. El impacto de la crisis actual sobre la economía y las personas está lejos de ser tan devastador como las anteriores macrocrisis: las de 1982 y 2002, particularmente si se confirma el comienzo de una recuperación sostenida, que en el segundo semestre de 2022 permitiría alcanzar el nivel de actividad de 2019.

Diferencias sectoriales. En el primer trimestre del año, la actividad económica continuaba cayendo principalmente en los sectores vinculados al turismo y al consumo interno. 

Empleo y pobreza. Los datos e indicadores económicos de 2020, elaborados por el INE (Instituto Nacional de Estadísticas), confirman que la incidencia de la pobreza aumentó de 8,8% a 11,6% y alcanzó a unas 100.000 personas adicionales.

Refiriéndose al tema, Mauricio da Rosa, investigador del Instituto de Economía de la Facultad de Ciencias Económicas y de Administración de la Universidad de la República, sostuvo que las cifras muestran una concentración mayor del ingreso y un empeoramiento en todos los índices distributivos, como el de Gini, que compara cómo le va al 10% más rico y al 10% más pobre. Para Da Rosa: “estamos en un contexto de caída del PIB que se acompaña de un incremento de la pobreza y de un empeoramiento de la desigualdad. Esta crisis impactó más fuerte aún en los hogares que ya eran vulnerables”.[5]



Si fuera imprescindible cerrar el artículo con una síntesis, una bastante simple diría que esta a crisis le pegó fuerte a los uruguayos y a la economía en general. Como es habitual, a unos más que a otros. Lo único “optimista” para decir es que duraría algo menos de dos años.

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