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DE LA PROMESA A LA BANDERA A LAS DISCREPANCIAS CON EL SEÑOR OBISPO
¡Sabremos cumplir…!
Por Eduardo Platero
Una serie de debates laterales se han sumado a la cuestión principal que era la de elegir, en cada agrupación política, a la persona que competirá por la Presidencia de la República. Con una primera vuelta de la cual emergerá el próximo Legislativo y la posibilidad de dirimir la primera magistratura un mes más tarde.
Se supone que elegiremos Persona y Programa, por lo menos en sus líneas generales. Ahora, además, deberemos discutir acerca del Juramento o Promesa a la Bandera; si “a mis hijos no los tocan”; y para completar la fiesta, la fuga de Morabito, a quien no me explico por qué nos empeñamos en que cumpla una condena menor aquí antes de mandárselo a los italianos.
Empecemos
No sería razonable esperar que Morabito y compañía tuviesen la deferencia de contemplar nuestro proceso electoral para no entorpecer con su fuga. Se les dio la oportunidad y ¡echále sal en la cola!
¡Si serán previsores: robaron a la anciana para que, si todo sale mal, deban ser condenados aqui antes que extraditados!
Los de la banda. El cuarto vio la oportunidad y se fue. Por la puerta lateral y por las suyas. Sin duda no entraba en el coche.
En libertad, sin ropa adecuada, sin plata y sin apoyo, realmente fue muy meritorio su esfuerzo. Llegó hasta Salto; como quien dice: ¡”murió en la orilla”!
Me causa gracia la severidad de los juicios. ¡No se apuren, Bonomí ya dijo que se va con el Presidente! Si es que no se calienta y se va antes.
Se me ocurre que podríamos hacer una especie de concurso en el cual, el que pierda, sería premiado con el Ministerio del Interior.
¡Hay que agarrar ese viaje!
Todos los que reclaman porque tan peligroso delincuente no estaba guardado y custodiado en “una Cárcel de Máxima Seguridad” se olvidan de un pequeño detalle: no tenemos “Cárcel de Máxima Seguridad” y se han fugado hasta del Penal de Libertad. “Por la puerta y saludando”, como quien dice. La plata o los servicios mueven montañas y abren puertas.
Me atrevo a sugerir que, aquellos legisladores que reclaman contra Bonomi propongan una ley que nos permita salir de los delincuentes de alto perfil requeridos por otro país enviándolos de inmediato al país que los reclama.
¡Que los cuidan ellos!
La o las investigaciones del cómo, sin duda, arrojarán sospechas o certezas acerca de complicidades internas y exteriores.
-“Nadie puede resistir un cañonazo de un millón de francos” es una frase atribuida a Napoleón.
“Se non è vero, e ben trovato.”
Tampoco es fácil lidiar con bandas internacionales que te pueden comprar o matar. A ti o a tus familiares.
Más vale que los enviemos de prisa al país reclamante.
Nada de “Free on Board”; esposado y en Jefatura. ¡Y te lo llevás rapidito!
A propósito –la memoria es uno de mis defectos– ¿recuerdan aquel egipcio? Detenido por entrar por el Chuy sin declararse en la Aduana. Resultó que, en ese democrático país del “Mundo Libre”, estaba condenado a muerte por un horrible atentado en las pirámides. Se discutió el asunto y, con la aclaración de que no podría ser condenado a más años que los que le hubiesen tocado aquí, lo entregamos.
Nunca más se supo.
Y creo que tampoco preguntamos por su suerte.
Continuemos
También tenemos, para regodeo de aquellos “Patriotas” con mayúscula, la indignación encendida a partir de una propuesta surgida del magisterio de suprimir la ceremonia de “Promesa de la Bandera”.
¡Pobre Artigas! Cuando no sabemos qué hacer con una fecha, ¡zas! La metemos el 19 de Junio.
Natalicio de Artigas. Blanes lo pintó con todo el pelo pero sabemos que cuando empezó el Ciclo ya le quedaban pocos. Una frente despejada, como quien dice.
Natalicio que fue en Montevideo pero se celebra en Sauce porque allí se hizo mocito. Mocito, líder natural, gaucho (pese a que nunca utilizó la palabra que entonces no era elogiosa) y tratante de ganado, antes de ser Blandengue.
Nada que fuese reprobable. Así como en los Estados Unidos la posición se construía yendo al Oeste, aquí se lograba en la difusa frontera que nos separaba (o vinculaba) con la colonia portuguesa.
Elegimos celebrar su nacimiento y dejar de lado su final. En tierras paraguayas y nada conforme con este Estado Oriental que nació de los manejos británicos tanto como de la imposibilidad de Brasil y las Provincias Unidas para someternos e integrarnos.
Una vez “amansados”.
Linda tierra que todos ambicionaban, es cierto, pero, ¡ingobernables habitantes!
-“No ahorre sangre de gauchos”- recomendaría Sarmiento años más tarde en su afán “civilizador”.
Éramos “federales” para desesperación de Buenos Aires, y podíamos encabezar a las provincias rebeldes porque teníamos puertos mejores.
Éramos “republicanos” y amenazábamos la endeble unidad del Imperio recién nacido. Demasiado “vecinos” de ese Sur que se sentía más cercano a nuestro republicanismo que del ceremonioso Imperio con sede en Río Janeiro.
El 19 de junio también es “El Día del Abuelo”, tal vez para recordar al abuelo de nuestro Prócer, que fue persona destacada, Tal vez porque nadie se dio cuenta de la incongruencia de celebrarlo el mismo día que celebramos un nacimiento.
Además: “Día del Árbol”… Declaro no tener idea de por qué razón, pero asociado al Ibirapitá. En mi periplo escolar asistí sucesivamente a la solemne plantación de dos Ibirapitás. Ninguno creció porque el árbol a cuya sombra mateaba Artigas es más tropical. En nuestro país, únicamente prospera en la parte más Norte del Departamento de Artigas. En su capital había uno magnífico.
El del año 44, con la Seca, en realidad el protagonista fue Pérez, el caminero de Mal Abrigo que tuvo su trabajo para hacer el pozo a puro pico en una tierra que parecía hormigón.
Prefiero no recordar la sorpresiva propuesta de celebrar en ese día una especie de “reconciliación nacional” que no anduvo.
Y que, en tanto las cosas sigan como están, ¡difícil que anden!
Pero, ¡oh casualidad! En ese día se “Promete” o “Jura” la bandera y en el Cuartel de Blandengues se dan de baja las banderas ya inutilizables.
Lateralmente, también allí se crían los perros “cimarrones” supuestamente descendientes de aquellos con los cuales el Prócer pretendía continuar la lucha cuando le faltaran soldados.
¡Nunca le faltaran hombres! Sí fusiles. Y los cimarrones de ahora son perros fantásticos. Yo tuve uno, cuando la raza estaba por reconocerse, y todavía lo extraño. Cierto, no lo crie para feroz sino para compañero, y tenía más amistades que yo en el barrio.
Ah… ¡también crian “Moros”! Pelaje que fue común y ha ido tornándose escaso. Los cruces van terminando con algunos pelajes.
Como el “Gateado” que no estoy seguro de haber visto alguna vez. Pero, el “Moro” era un pelaje bastante común y la leyenda le atribuye a Artigas un último pedido, antes de fallecer: -“Ensillame el Morito que voy a dar un paseo”.
Cierta o no, la frase inmortalizó el pelaje, así como la sentencia anterior inmortalizó a los cimarrones.
Estos, atigrados mejor que bayos y con linaje reconocido. Los que depredan las majadas serán, tal vez, descendientes de los perros de los portugueses.
¡Vaya uno a saber!
La cuestión es que, con la dictadura y su horrible “Año de la Orientalidad” se ha formado un matete en la cabeza de algunos que, más o menos, coloca al conjunto en un grado supremo de sacralidad.
¡Vaya! En la “Gran Democracia del Norte” se puede poner la bandera en cualquier sitio y día, lavarla, plancharla, remendarla o quemarla y aquí, sus admiradores le rinden culto como si fuera uno de los clavos de Cristo.
Se apoyan en una legislación de la época en que éramos “La Tierra Purpúrea” y los valores militares eran prenda indispensable. La única vez que nuestra bandera ondeó de un solo lado y contra otra fue en la poco gloriosa Guerra de la Triple Alianza. El genocidio del Paraguay de Solano López al que fuimos arrastrados y del cual zafamos en cuanto pudimos. Y que nos avergüenza hasta hoy.
En el cual murieron como paraguayos los hijos que Artigas engendró allá.
Sin dejar de reconocer el heroísmo de nuestros soldados –de aquellos que le rindieron honores a Palleja bajo fuego– no creo que un símbolo, declarado “naciónal” por Ley, constituya algo “sagrado” e intocable.
Tampoco creo que esa “Promesa” o el “Juramento” revistan ese carácter. Esto no es la Alemania nazi, en la cual el juramento implicaba una cesión de la vida y el criterio.
Creo que sería tiempo de revisar toda esa sacralización mesiánica y vacía.
Eso sí, no puedo menos que felicitarlos por la “oportunidad” del planteo. ¡Justo en el inicio de un proceso de renovación de autoridades en el cual los ciudadanos debemos poner lo mejor de nuestra razón y no de nuestra pasión!
Se me ocurre que, tal vez, podríamos zanjar la discusión si, a las “promesas” y “juramentos” actuales les00 agregamos otro. Especial y obligatorio para todos los militares y policías, que son los que pueden tener armas.
Los civiles prometemos y/o juramos si los armados prometen y juran decir todo lo que saben de los desparecidos y con toda buena fe juran no avasallar nunca más las instituciones.
¿Qué tal? Yo no sé si algunos se dan cuenta que, de tanto amolar, conseguirán que terminemos convencidos de que no debemos tener Fuerzas Armadas.
El que quiera servir bajo banderas de Naciones Unidas, ¡que se aliste! Y se acantone en otro país.
Comida para los inundados también pueden hacer las cocineras municipales y escolares.
Por último…
Está este asunto del instructivo ciudadano que nos endilgaron los obispos y el movimiento de “a mis hijos no los toquen”.
Los señores Obispos se declaran escandalizados por la enseñanza escolar en lo que refiere a sexo. Creo que el asunto no da para tanto, pero se oportunizan. El Obispo del Opus Dei hasta clama que en la escuela oficial le enseñan a los niños a masturbarse.
No conozco a nadie que haya tenido necesidad de que se lo enseñaran. Ni creo que el señor Obispo pueda citarme muchos casos de quienes nunca lo practicaron.
En cambio, no leí una sola palabra de condena a las vergüenzas que el Papa Francisco lucha por erradicar. No se condena la pedofilia. Practicada en perjuicio de niños a los cuales los padres habían confiado a la Iglesia.
Tampoco hay ningún “mea culpa” por los abusos sufridos por monjas en zonas de evangelización.
Es un asunto delicado, es muy borrosa la línea que separa la tolerancia de la incitación y todos deberíamos tenerlo presente.
Así como tener presente que el pasado de la Humanidad está plagado de homosexualidad. Aquíles y Patroclo. Sócrates y Alcibíades. El drama pasional que terminó con el asesinato del Tirano Pisístrato. El “Batallón Sagrado” con el que Tebas derrotó a los espartanos. Nicomedes y el joven Julio César.
La lista sería interminable. En la Antigüedad era común y pública. Cosa distinta en la pequeña tribu semita que había pactado con Jehová. En una tribu el reproducirse es esencial. ¡Asunto de Estado! Porque son pocos, siempre al borde de perder la identidad y olvidar el “pacto”.
¡Por eso se enojó tanto Moisés cuando, al bajar con las Tablas de la Ley, los encontró adorando al “Becerro de Oro”! Nada menos que al “Buey Apis” que se adoraba en Egipto.
Cristo era judío y en la conquistada pero rebelde provincia se rechazaban en bloque las costumbres romanas. Tanto la homosexualidad, cuanto los baños!
El asunto de “fueron creados Hombre y Mujer” es un tanto delicado. En el mismo Libro, separados por unos pocos versículos, Eva es creada dos veces. La primera, en una siesta de Adan de su costilla. La segunda vez: de barro.
No hay forma de fundamentar en la Biblia y al intentarlo se puede caer en posiciones fanáticas.
Y caer en la tentación de ignorar el mensaje universal y fraterno del Evangelio para buscar razones en el Viejo Testamento.
Y estoy suponiendo que se argumenta de buena fe. Espero que no ataquen por ese lado a la Escuela Pública para luego salir pidiendo subsidios para la enseñanza privada.
La Escuela gratuita, laica y obligatoria ha sido una de las mejores cosas que le han pasado a nuestro país. Uno de los pilares de nuestra sociedad: democrática e igualitaria.
Alfabetizó y formó ciudadanos. Que es tanto o más importante.
Bueno, esto ya va siendo largo, pero me queda un último consejo para “A mis hijos no me los tocan”: no conviene escupir para arriba.
En este paisito en el cual todos protestamos y rezongamos las cosas son muy democráticas y la sociedad muy tolerante. Pero si le damos manija al fanatismo podemos terminar con un Estado rígido y autoritario.
¿Qué tal si miramos a nuestros vecinos? La Argentina aún tiene Servicio Militar, bastante atenuado, creo. Pero Galtieri no consultó ni a reclutas ni a padres y mandó a los conscriptos a morir en las Malvinas.
¡Así que no te los tocan!
¿Recuerdan la “Muerte Blanca” que congeló a un pelotón de conscriptos chilenos haciendo maniobras de montaña?
Para no recordar, con el corazón encogido, a los conscriptos que el 13 de setiembre del 73 fueron fusilados porque se negaron a salir a matar civiles.
“Que la Prudencia nivele tu pasos”.
Es un buen consejo.
En principio interesante. Pero deberé leerlo varias veces más, para entenderlo todo. Será que amanecí tapado hoy.