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VEAMOS LOS DATOS

 Publicado: 05/09/2018

¿El nuevo uruguayo trabaja poco?


Por Martín Buxedas


El título de este artículo, sin los signos de interrogación, encabeza una columna publicada con el sugestivo título “Pobre país“ por el diario de derecha uruguayo El País, de Montevideo[1].

La idea de que la gente común trabaja poco tiene largo rodaje en el tiempo y difusión en los países, suficiente para alcanzar la condición de estereotipo; una descripción válida de un amplio universo de personas. Por supuesto, descripción que no comprende a quienes emiten el mensaje.

Veamos si esa afirmación se sustenta en los datos.

MÁS POBRE, MÁS HORAS

En promedio los alemanes trabajan 35 horas por semana, los estadounidenses 37 horas y los neozelandeses, 33. En contraste, los uruguayos trabajan 43 horas por semana, los argentinos y los chilenos, 38.[2]

No es extraño, entonces, que los trabajadores mexicanos sean los que dedican más tiempo a su tarea remunerada entre los 35 países integrantes de la OCDE, el club de países ricos que invitó e incluye a unos pocos pobres.[3] La gran mayoría de los mexicanos no siguen la conducta de un personaje interpretado por Cantinflas que justificaba su poca inclinación a las ocho horas afirmando que, “si el trabajo fuera bueno, pues, se lo quedarían todo los ricos”. Bueno, Cantinflas, no te pases. Ni te rajes.

La información no deja dudas en cuanto a que cuando un país avanza en su desarrollo económico la gente trabaja menos tiempo, se libera más horas del trabajo. Ese resultado puede parecer paradojal, pero no debería serlo. Lo importante es cuánto se produce cada hora y no cuántas se permanece en el trabajo.

La tendencia a la disminución de la jornada tiene larga historia y es muy posible que continúe en el futuro, más si se cumplen las promesas de la automatización.

En el siglo XIX eran frecuentes las jornadas laborales semanales de 80 o más horas, particularmente en las fábricas. Afortunadamente ese tiempo quedó atrás aun en los países más atrasados. Es cierto que en el pobre Bangladesh los trabajadores se dedican 47 horas semanales a sus tareas, pero aun así están muy lejos del horario que cumplían los trabajadores fabriles en Inglaterra en medio de la floreciente revolución industrial.

A MENORES INGRESOS, PEORES CONDICIONES DE TRABAJO

En general, las personas ocupadas en países menos desarrollados trabajan más que en otros países: peores condiciones de seguridad laboral, enfermedades asociadas al trabajo, rutina, mal ambiente laboral y, por supuesto, falta de seguridad social y salarios bajos. Aún dentro de un país, no es extraño que las condiciones laborales sean peores entre quienes trabajan más horas.

MÁS RICOS, MENOS TRABAJO NO REMUNERADO

En la sociedad en que vivimos, si algo no pasa por el mercado no existe. Mientras los ricos no estuvieron dispuestos a pagar los cuadros de Van Gogh, éste no vio un solo florín holandés que no proviniera de su generoso hermano.

Es el caso de los trabajos no remunerados, no pasan por el mercado pero están allí. El trabajo no remunerado comprende el doméstico en el hogar, el de cuidados, el brindado sin remuneración a otros hogares y el voluntario. En Uruguay ese trabajo ocupa aproximadamente el mismo tiempo que los que proporcionan ingresos y se realiza mayoritariamente por las mujeres y requiere más dedicación en los hogares más pobres que en los más ricos.


Fuente: Sistema de Información de Género, Inmujeres-MIDES, en base a Módulo EUT 2013, INE



La carga de trabajo no remunerado en el cuidado de personas dependientes (niños y otros) desciende cuando aumentan los ingresos. Mientras que la tasa de participación de las mujeres que residen en hogares pertenecientes al quintil de menores ingresos (Q1) es de 60%, en las del quinto quintil este valor desciende a 12,5%. Las brechas de género, por su parte, aumentan a medida que disminuyen los ingresos de las personas, como señala el estudio citado en el gráfico siguiente.



En síntesis, los datos con concluyentes: los trabajadores de los países más pobres trabajan más horas y en peores condiciones que los más ricos y los pobres hacen más horas no remuneradas que los ricos, particularmente si son mujeres.

Esta conclusión no significa que no pueda haber situaciones de menor inclinación a un trabajo continuo, particularmente cuando este es reiterativo, poco estimulante y pobremente remunerado. Y es una buena iniciativa la de promover la Cultura del Trabajo en todos los componentes de la sociedad, dado el papel central que cumple éste en las personas, los hogares y el país.

Por más que la información no lo confirme, las palabras repetidas y multiplicadas por medios adecuados pueden generar estereotipos negativos como los de que el uruguayo (o el argentino, o el chileno…) es medio atorrante y como tal es responsable de los males de su país; un sentimiento bastante extendido en círculos que se ven a sí mismos como magníficos.

[1]El País, 22 de agosto de 2018: “El nuevo uruguayo trabaja poco. Apenas lo justo e imprescindible. El horario de entrada es flexible…El de salida, en cambio, se respeta a rajatabla…” Esa condición del nuevo uruguayo sería la responsable de la situación del país, como queda expresado en el título de la columna, firmada por Pepepreguntón.

[2] Organización Internacional del Trabajo, Horas de trabajo.

[3]Los trabajadores mexicanos están 2.257 horas por año en sus puestos de trabajo, mientras que los del conjunto de la OCDE permanecen 1757 horas. OCDE: Hours worked (en inglés).

2 comentarios sobre “¿El nuevo uruguayo trabaja poco?”

  1. Ese estereotipo parece dirigido a aguijonear a los trabajadores a esforzarse más: es una más de muchas afirmaciones no comproovadas que hacen parte de la cultura de las clases «pudientes».

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